“Mister Electrodos”

“Mister Electrodos”

Peralta es el kinesiólogo del plantel

 la gaceta / foto de antonio ferroni la gaceta / foto de antonio ferroni
23 Abril 2015
Eran épocas de riquezas, de música fresca consumada por esos artistas que deslumbraban dentro del escenario verde del estadio Monumental. Patricio Peralta fue un “decano” más de los que sufrieron el Purgatorio de tantos años en el Argentino A y que de golpe y porrazo se emborracharon de éxito con ese empalme de ascensos consecutivos a la B Nacional y a Primera.

Era, como tantos otros, un verdadero fanático del “decano”. “Pura sangre de Atlético”, agrega hoy quien es el kinesiólogo oficial del plantel y que después de ver triunfos en la A como contra Boca, por ejemplo, su teléfono celular sonó y su vida cambió. Después de ese llamado abandonó para siempre su lugar en una de las plateas centrales ubicadas sobre calle 25 de Mayo. A partir del 10 de octubre de 2009 Peralta, “Pato” o “Mister electrodos”, debió sacarse la camiseta del hincha pasional.

“Al principio era raro porque estaba acostumbrado a estar de la tela hacia afuera y no de la tela hacia adentro. Antes veía y compartía las alegrías como cualquier simpatizante. Pero cumpliendo mi función desde adentro mi vida es otra. Es linda, sí; aparte soy un profesional y me debo a eso. Ya no se puede insultar como antes, ja”, ríe el padre de Patricio junior antes de dar el primer sorbo de café.

El barullo de una plaza Urquiza repleta en pleno mediodía emula un bullicio parecido a la que Peralta vive a diario en el “decano”, donde llegó por Aldo Fernández. “Prácticamente se vive para el club. Si se entrena por la mañana, estoy en el club. Y a la tarde, los jugadores van a mi consultorio. Estoy full time, podría decirse”, reconoce quien goza cada segundo de su labor, aunque, claro, no todo lo que brilla es oro. “Prácticamente no tenés fines de semana ni días libres. Si viaja el equipo yo me quedo acá con los que están entrenando. Y por ahí pueden pasar semanas sin tener descanso”, la confesión llega, obvio, con el tirón de orejas familiar.

“Y, es difícil llevarlo”, reconoce “Pato”, que de vez en cuando debe disculparse con Paola, su esposa, por no darle el tiempo que merece. Con su hijo sucede lo mismo. “A él, que tiene tres años y medio, no puedo llevarlo a la cancha”, reniega casi o más que si debería remendar un desgarro, quizás la vedette dentro de las típicas lesiones musculares de los futbolistas. “Los isquiotibiales y los femorales son las zonas más afectadas, por lo general. Le siguen los gemelos (pantorrillas) y los cuádriceps, pero lejos”, marca la historia clínica de la típica lesión de un hombre de fútbol.

“Generalmente utilizo trabajos activos, casi nada de relajación y sí mucha fisioterapia. Lo mejor es doble turno para acelerar la recuperación. La movilidad de los músculos es vital”, explica “Pato”, quien supo ganarse la confianza del futbolista, un animal raro como pocos. “Hoy por hoy jugadores que ya no están en Atlético todavía me llaman para consultarme sobre una lesión. Inclusive, estando fuera del país se comunican conmigo. Eso me llena de orgullo porque quiere decir que mi laburo les gusta a los chicos, ja”.

Estando tan identificado con Atlético era imposible no llevar a Peralta al campo de las chicanas.

- ¿Cruzarías de vereda?

- No, no y no, ja .

- ¿Ni por la plata del mundo?

- Creo que haría cualquier cosa antes. A San Martín no. Hasta saldría a cortar el pasto antes que fichar en La Ciudadela. Cualquier club menos ese, ja.

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