Pesque, pese y pague

Pesque, pese y pague

Enclavado al pie del cerro El Pelao se encuentra el criadero de truchas, donde los visitantes pueden comer su propia pesca.

 LA GACETA/ FOTO DE osvaldo ripoll LA GACETA/ FOTO DE osvaldo ripoll
27 Febrero 2015

La modalidad no es nueva, pero sí única en la provincia. “Pesque, pese y pague” es un emprendimiento privado pensado para los amantes de la pesca de truchas y también para quienes no pescaron nunca. En ambos casos, la experiencia se vive con igual intensidad.

Ariel Reynoso es uno de los responsables de la iniciativa que se desarrolla al pie del cerro, a unos 9 kilómetros de Tafí del Valle, colindando con la Finca La Carolina. El camino es de tierra, hay que circular con cuidado bordeando los cultivos de papa y de hortalizas.

En el lugar hay seis piletones para la cría de los juveniles de truchas, que cuando llegan a pesar más de 500 gramos son seleccionadas y volcados al estanque donde se las puede pescar.

Para ese fin, los propietarios disponen de cañas y carnadas que facilitan a los visitantes, quienes reciben las instrucciones necesarias para terminar con éxito la experiencia de obtener un ejemplar, pesarlo y pagar para llevarlo.

También el turista tiene la posibilidad de un servicio extra. En el lugar hay una cocina y asadores, donde se pueden cocinar las capturas o pedir que las preparen.

La pesca se realiza con boya y carnada natural, sean mojarritas pequeñas o lombrices, y también utilizando artificiales (cucharitas).

Está permitido que los visitantes acostumbrados a la pesca con mosca utilicen sus equipos en el radio que sirve para la extracción de los ejemplares.

Además del atractivo de la pesca, los visitantes pueden admirar los paisajes que rodean el lugar, con cerros y quebradas, y distintos cultivos.


En unos días sembrarán los salmónidos juveniles 

En la Estación de Piscicultura que la Secretaría de Flora, Fauna Silvestre y Suelos posee en El Mollar, se incubaron las ovas de truchas que la institución compró el año pasado en Bariloche. Por estos días, algunos de los ejemplares están midiendo unos 10 centímetros de longitud. De manera que en unos días llegará el momento de sembrarlos en los ríos de montaña, principalmente en Los Sosa, Los Zazos y en la Quebrada del Portugués.

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