Los efectos de la lluvia sobre la obra pública

Los efectos de la lluvia sobre la obra pública

La fuerte tormenta del domingo a la noche que se prolongó hasta la madrugada del lunes y las lluvias de las últimas horas han puesto en entredicho la calidad de muchos de los trabajos de pavimentación y la construcción o reconstrucción de cordones cunetas que se han venido realizando -entre otras obras públicas básicas- en las ciudades del área metropolitana y en buena parte del territorio de nuestra provincia. A través de las redes sociales o mediante otros medios de denuncias, gran cantidad de lectores y vecinos de nuestras ciudades se han encargado de advertir que estas obras -muchas de ellas esenciales para mejorar la habitabilidad de los barrios, el tránsito de vehículos y personas y las comunicaciones entre vecindades- no se habían construido o desarrollado con todos los argumentos y especificaciones técnicas, la planificación de fomento e ingeniería adecuada o, según ha ido transformándose en evidencias, además, sin una coordinación básica entre las diversas áreas, reparticiones o jurisdicciones que estructuralmente deberían intervenir en los distintos pasos y avances de esos proyectos.

Roturas de pavimentos en calles del pleno centro de San Miguel de Tucumán, obras inconclusas o semiabandonadas en barrios, trabajos sin finalizar que sólo agregan desechos de la construcción y terminan transformándose en espacios de basurales, además de veredas con avances de obras en las que los pozos o roturas son más notorias que la propia obra, y hasta cordones cunetas parcialmente ejecutados y cubiertos por malezas han ido conformando un panorama de descuido en el control y la certificación de esas obras y hasta de una desatención y desconsideración social que alarma y que debe tener una pronta respuesta de las autoridades competentes.

Cada vez llegan a la mesa de edición reiteradas denuncias de vecinos que envían imágenes de estas obras públicas deficientemente finalizadas o que no resisten lo suficiente el paso de las correntadas o las lluvias. Y también aparecen reclamos que ponen en tela de juicio la verdadera capacidad profesional de los operarios que realizan ciertas tareas; vecinos o personas de diferentes condiciones se quejan de la informalidad y la inconsistencia en la gestión de la tarea que muestran muchas de las cooperativas a las que se les asignaron determinadas obras, incluso hasta las que podrían considerarse pequeñas o de menor cuantía.

Pero si este cuadro ya es preocupante desde todo punto de vista, no termina de entenderse la razón que lleva a ciertos emprendedores a desarrollar un proyecto de obra sin la coordinación básica con todas las reparticiones o jurisdicciones que deberían estar en línea para realizar un trabajo conjunto. Advertencias de casos en los que la pavimentación no ha tomado especialmente en cuenta el resguardo de la traza de la cañería maestra de agua potable o las conexiones de la cloacas, que impondrá -entonces- la reconstrucción o el replanteo de la obra, tanto por el propio constructor o bien por la empresa Sociedad Aguas del Tucumán o por las municipalidades, son bastantes frecuentes por parte de nuestros lectores y vecinos.

Es inexplicable que no se repare en los múltiples inconvenientes sociales y el daño económico al erario y a las comunidades que generan esas improlijidades; es inconcebible asumir que un aguacero pueda llegar a desbaratar obras y construcciones que la ingeniería y la tecnología podrían preservar mucho tiempo más.

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