09 Diciembre 2014
DE RODILLAS. Eduardo Luna pidió a la Virgen por la salud de su madre.
CONCEPCIÓN.- La lluvia torrencial, que arreció en la madrugada, no impidió ayer que miles de peregrinos de distintas localidades del sur tucumano, cumplan con su deseo de rendir tributo a la Inmaculada de Concepción. Cerca de la medianoche de ayer mas de un centenar de fieles de Aguilares fueron los primeros en arribar a la catedral de la Perla del Sur. Caminaron hostigados por una tormenta que se desató alrededor de las 22 con lluvia y viento. Al frente de la columna vino el sacerdote Rodolfo Apud. “Fue un duro sacrificio que lo hicimos por nuestra madre santa. Felizmente llegamos bien” dijo.
A pesar de todo, los fieles arribaron entusiasmados, con misachicos que se hicieron oír con bombos y flautas. Primero desfilaron ante la Inmaculada Concepción y luego escucharon misa. Cerca de las 6 llegaron grupos de fieles desde Arcadia, La Trinidad, Alpachiri, Medinas y Gastona. También sufrieron la lluvia, pero con la convicción de que el esfuerzo “es una profunda muestra de agradecimiento a la Virgen”, según dijo Víctor González de Gastona. Durante toda la jornada de la festividad, fue incesante el desfile de creyentes ante la imagen de la Inmaculada, que yacía en el interior de la catedral. Hasta el mediodía fueron unos 30.000 los que, como en otros años, quisieron repetir el ritual de devoción. “Desde hace 20 años no falto a esta celebración porque le tengo una profunda fe a la virgencita. Siempre me acompañó en momentos muy difíciles. Y de ahí que hoy no le quise fallar. Llegamos empapados por el agua” contó María Barrionuevo, de Arcadia. A media mañana, cuando mejoraron las condiciones climáticas, las misas previstas para cada hora fueron oficiadas en un escenario frente a la catedral.
En la misa dedicada a los peregrinos, el sacerdote Miguel Soria, de la diócesis local, habló del pecado como puerta hacia los peores males. “Así como el pecado nació de un hombre y una mujer, la salvación viene también a través de María y José.
La procesión con la imagen de la Inmaculada Concepción, por calles de la ciudad, se realizó después de la misa que celebró el obispo José María Rossi. La subida de la Virgen al camarín se concretó a las 21.
A pesar de todo, los fieles arribaron entusiasmados, con misachicos que se hicieron oír con bombos y flautas. Primero desfilaron ante la Inmaculada Concepción y luego escucharon misa. Cerca de las 6 llegaron grupos de fieles desde Arcadia, La Trinidad, Alpachiri, Medinas y Gastona. También sufrieron la lluvia, pero con la convicción de que el esfuerzo “es una profunda muestra de agradecimiento a la Virgen”, según dijo Víctor González de Gastona. Durante toda la jornada de la festividad, fue incesante el desfile de creyentes ante la imagen de la Inmaculada, que yacía en el interior de la catedral. Hasta el mediodía fueron unos 30.000 los que, como en otros años, quisieron repetir el ritual de devoción. “Desde hace 20 años no falto a esta celebración porque le tengo una profunda fe a la virgencita. Siempre me acompañó en momentos muy difíciles. Y de ahí que hoy no le quise fallar. Llegamos empapados por el agua” contó María Barrionuevo, de Arcadia. A media mañana, cuando mejoraron las condiciones climáticas, las misas previstas para cada hora fueron oficiadas en un escenario frente a la catedral.
En la misa dedicada a los peregrinos, el sacerdote Miguel Soria, de la diócesis local, habló del pecado como puerta hacia los peores males. “Así como el pecado nació de un hombre y una mujer, la salvación viene también a través de María y José.
La procesión con la imagen de la Inmaculada Concepción, por calles de la ciudad, se realizó después de la misa que celebró el obispo José María Rossi. La subida de la Virgen al camarín se concretó a las 21.
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