Cartas de lectores
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25 Noviembre 2014

COLEGIO NACIONAL (I)

Hace algunos días, con la invitación a un cumpleaños histórico en el bolsillo, subí aquellos escalones que tantas veces recorrí a saltos, con el paso inseguro y vacilante de los que, como yo, llegamos a la fiesta con el cuerpo agraviado por los años y el alma llena de recuerdos de lo vivido hace más de 70 años en esas grandes aulas donde pasé las horas más felices de mi vida asimilando conocimientos y experiencias que dejaron profundas y perdurables huellas en mi espíritu adolescente. Allí aprendí el sentido de la convivencia democrática compartiendo cursos, fraternalmente, con compañeros de todas las razas y credos y de los más diversos estratos sociales. Aprendí que la amistad es la forma más alta del amor porque es la única capaz de dar todo sin pedir nada a esos hermanos por elección con los que compartí la mágica e irrepetible aventura de ser jóvenes. Aprendí de mis profesores cómo es y qué significa este hermoso país que heredamos con sus portentosas condiciones naturales que podrían colocarnos a la “cabeza de las naciones en marcha”, como soñaba Sarmiento, de no ser por el nefasto accionar de seudo “dirigencias” civiles y militares, incapaces y corruptas, empeñadas, a partir del Centenario, en un proceso de autodestrucción que nadie puede explicar ni mucho menos justificar. Pero la mayor y mejor de mis lecciones la aprendí en el patio, donde se levantaba la bandera todas las mañanas descubriendo que la patria era otra cosa que me nublaba los ojos y me ensanchaba el alma con la promesa de servirla en cada hora de mi vida, siempre con el corazón y las manos limpias. En tercer año, fui nombrado celador, naturalmente ad honorem, y esta pequeña dosis de autoridad me enseñó que la única fuente legítima de poder es la conducta de quien lo ejerce. Esto en nada cambió la relación con mis compañeros, amigos para siempre desde nuestro egreso en 1943. Desde entonces, y siempre fiel al noble legado del Nacional, aprendí que si no luchamos contra el mal, nos convertimos en parte de él, y que si no me convierto en parte de sus soluciones, sólo soy un mero espectador de la vida. Tal vez por eso, y para no traicionar aquel legado, sigo escribiendo desde hace más de 65 años, convencido, a pesar de mis 90 años, de que aquel hermosos país de mis 18 años sigue siendo posible. A pesar de todo.

Dante Diambra Caporaletti
Avenida Sarmiento 947
San Miguel de Tucumán


Colegio Nacional (II)


Como complemento a lo expresado por el doctor Jorge Bravo Córdoba en su carta del 23/11, relativa al triunfo tucumano en la Justa Nacional del Saber de 1962, quiero rescatar algunos hechos que se me ocurren positivos y ejemplificadores de aquel acontecimiento, uno de los importantes logros de una representación del Colegio Nacional en su siglo y medio de vida. No fue aquel un resultado azaroso: hubo toda una estrategia organizativa y una decisión razonada de las autoridades de darle competitividad al conjunto. La rectora era Azucena Gómez Urrutia, suave, dulce y maternal, figura contrapuesta a la de la vicerrectora, Atilia Guerrero de Moris, quien intentaba detrás de una máscara rigurosa poner algo de orden en aquella alborotada estudiantina. Yolanda Maressio, inolvidable profesora de Historia, actuaba como jefa de coaching. Y luego de una estudiada selección de los integrantes del equipo, los rodearon con exitosas políticas de capacitación y contención emocional, tan necesaria en esa edad adolescente. ¿Fue casualidad o parte de la estrategia conformar un grupo tan homogéneo en cuanto a otros valores que los intelectuales? La cuestión es que en ese equipo abundaron las actitudes desinteresadas y altruistas, las renuncias a las vanidades personales en pro del conjunto y se generó en el mismo un ambiente de camaradería y afecto que fue muy útil a esa convivencia obligada de casi un año. Había una convicción que el esfuerzo y el sacrificio eran parte obligada del camino emprendido, coronado con un exitoso resultado final, que aumentó aún más el merecido prestigio de nuestro añoso colegio, proveedor serial de gente de bien a la sociedad tucumana.

Luis Marcelo Zelarayán (h)
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LOS GRAFITIS

Cuando el clima está destemplado, a veces mirar al frente es la alternativa de no mirar al cielo. Y nos topamos con los grafitis. Desde los tiempos de las cavernas, el hombre quiso dejar su mensaje para la posteridad. Los mensajes que aparecieron en las paredes de Roma recibieron el nombre de “grafiti”. La actualidad no es diferente. Pero quienes antes pintaban búfalos, hoy escriben mensajes de cuestionable racionalidad. Cito algunos: “La música no mata (Callejeros inocentes)”. Esto podrá ser verdad, pero las bengalas encendidas en un local atestado sí matan. “Sexo cuando yo deseo” (y alguien te lo quiera dar). “Embarazo cuando yo decido” (si Dios quiere). “Aborto legal para no morir” (¿cómo se logra abortar sin matar?) Dentro de un taxi: “Prohibido fumar, comer, beber” (¿y fuera del taxi?). Y si los grafiti se defienden como un ejercicio de la libertad de expresión, habría que preguntarles a sus autores sobre el derecho de los propietarios de las paredes a que se respete su derecho a mantener limpia su propiedad.

Daniel C. Lecuona
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Congreso

Los graduados en Ciencias Económicas participamos recientemente de nuestro congreso nacional, que constituye el máximo evento de la profesión. Esta vez en la ciudad de Salta, en un centro de convenciones que pudo albergar el trabajo de más de una decena de comisiones, acto de apertura multitudinario y hasta una cena para casi 2.000 personas cómodamente sentadas. En 2016, será organizado en Tucumán. Se publicita y ya se lo difunde como el Congreso del Bicentenario. Qué difícil será evitar que quede en la memoria de los asistentes la comparación entre los dos eventos. El recientemente realizado en una ciudad como Salta con avenidas y autopistas que dejan a nuestra provincia a años luz de distancia. Y qué decir del Centro de Convenciones, que es una deuda pendiente para Tucumán. Y nuestra provincia se la merece. Es una verdadera pena que Tucumán no cuente con las instalaciones para realizar eventos de estas características, que permitiría mantener a los asistentes en un solo lugar, con funcionamiento de todas las comisiones y dando las posibilidades a los participantes de interactuar en diferentes áreas, según los temas de su interés. Aún cuando los colegios profesionales de la provincia, en general, tienen un alto peso a nivel nacional, se ubican en una jurisdicción que ha relegado el rol central que ocupaba en el NOA para organizar estos eventos. Ojalá la imaginación de los organizadores supere las limitaciones físicas que hoy existen y se haga un papel, por lo menos en relación con la infraestructura, que sea decoroso y no sea fuertemente criticado. ¿Habrá tiempo de revertir esta situación?

Luis Alberto Comba
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Salarios docentes

José Cano denuncia al Poder Ejecutivo por “la falta de controles de un organismo (Juntas de Clasificaciones) que su administración mantiene intervenido desde hace varios años”. Raro ángulo el elegido para referirse a la situación de los docentes. En vez de poner en duda a toda la docencia, ¿por qué no habla sobre su miseria salarial y se compromete a pagar $12.000, si asume para el cargo de maestra de jornada simple? Esta simple medida descomprimiría la “carrera” de los “puntajes”, a la que se ven sometidos los docentes para “pillar” dos cargos y poder sobrevivir. De esta manera, los maestros pondrían todos sus sentidos en el objetivo de la enseñanza-aprendizaje, dejando de lado la competencia, la desunión y la dispersión. Las Juntas, a la vez, lograrían un autocontrol natural, como la llamada autodisciplina. ¿O detrás de su denuncia está la intención de coparla con cargos, con nuevos elementos, sin ningún control? En realidad, la normalización que pide Cano está muy lejos de la sentida reivindicación docente, sobre su contralor, a través de la elección de representantes que rindan cuentas periódicamente de su accionar, y que en caso de no cumplimiento, puedan ser revocados. Para ello, que las múltiples agrupaciones que formen los docentes se puedan postular libremente, sin los condicionamientos o impedimentos de ser una asociación jurídica o un sindicato. En ese sentido, la posición de Cano se asemeja a la de Alperovich, donde su “contralor” se reduce a un cruce de información entre Aremiyc (registro, monitoreo y certificación de títulos y cursos) y las Juntas. ¿Las razones? Si la docencia no puede monitorear las Juntas, mucho menos al Aremyc. Conclusiones: llegó la hora de la democracia, a través de las elecciones, poniendo fin a la arbitrariedad de la intervención.

Pedro Pablo Verasaluse

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PELIGRO EN UN BALDÍO

Solicito mayor presencia policial en la zona de la terminal de ómnibus, principalmente en un baldío de avenida Brígido Terán 139, donde personas se sientan a fumar paco, realizan roturas a la puerta de ese lugar y desde allí pueden dirigirse a cualquier domicilio de casa de familia y/o negocio o bien esconderse después de cometer un posible ilícito. Fundamentalmente en horarios de la noche-madrugada.

Fabián Levy
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POR MANO PROPIA

Si cada uno de nosotros va a resolver las cosas por mano propia, el día de mañana vamos a tener un accidente (de tránsito) y yo voy a creer que tengo la razón y lo voy a matar de un palazo al que me chocó”, subrayó Gassenbauer. Esta reflexión pertenece al ministro; expresa además que el gobierno está preocupado por el fenómeno de justicia por mano propia que viene sucediendo entre los tucumanos, ante la laxitud de las leyes y los procederes judiciales y la ineficacia policial. Sólo podría sorprenderse el opinante, si no hubiese sido ministro luego de tantos años; pero sorprenderse, como si estuviese entre los ciudadanos comunes, es una burla. En LA GACETA del 23/11, se hace un racconto de los casos de justicia por mano propia acontecidos últimamente y todos terminan con una expresión mas o menos así: “...los golpearon hasta que llegó la Policía...” o “los golpearon y luego los entregaron a la Policía”. En cualquiera de los casos, la Policía no estaba, lo que demuestra dos cosas. a) La Policía no hace inteligencia y b) el ciudadano de a pie es más efectivo que la propia policía. ¿Dónde está la policía ? En los adicionales que le reportan dinero; en las canchas de fútbol los días que hay partidos o en las comisarías dejando constancias en los libros de las cientos y cientos de denuncias formuladas por los ciudadanos, sobre delitos cometidos, contra su integridad física o sus bienes. Esos mismos ciudadanos salen de las comisarías con la constancia de que han sido víctimas. ¿Soluciones? Casi ninguna. ¿Devolución de bienes?, qué esperanza. La Justicia no le va en saga. No tenemos fiscales que actúan de oficio salvo honrosas excepciones. Todos los meses se sanciona un fiscal o un juez penal por mala praxis. Los concursos parecen ser ganados por parientes y amigos. Hay ternados que ya saben que no van a ser elegidos y para colmo las leyes procesales son permisivas y destructivas de la seguridad de los ciudadanos. “Entran por una puerta y salen por la otra”. ¿Quién ha creado tal estado de cosas? ¿ El ciudadano o el gobernante? La gente común ya no cree en la Justicia tal como debiéramos entenderla, con jueces que condenen, fiscales que investiguen y con la cárcel para los responsables. Se está empezando a creer en castigar por mano propia es un modo de justicia rápida y eficaz entre otras cosas para defenderse. Lamentable. Nuestro gobernador no parece un gobernante, sino gente común, cree en lo mismo. Si no se reforma la Justicia, ni la Policía, esto seguirá siendo una parodia de Estado y la violencia seguirá creciendo. las consecuencia ya las sabemos. Pobre provincia.

Enrique Parellada
[email protected]


CENTRO DE SALUD

El 31 de octubre pasado, una persona de condiciones muy humildes, se cayó al suelo de espaldas. Los llevamos en ambulancia al hospital de la zona. El médico de guardia le indicó a mi esposa que lo acompañaba, que se le había quebrado la cadera. por lo tanto, debía ser trasladado a la capital. Lo llevamos a la sala de guardia del Centro de Salud, que se asemeja a un hospital de campaña en épocas de guerra: pacientes con distintas patologías, a simple vista sin los cuidados necesarios. No le hicieron los estudios complementarios para confirmar la patología; 15 días después su piel estaba teñida de un calor amarillo fuerte. El médico dijo que un cálculo se le había escapado de la vesícula, lo que le produjo un derrame biliar, que estaban prontos a realizarle una tomografía computada, estudio que finalmente le hicieron luego de 22 días. Este buen hombre, de 69 años, ya tiene una operación de alto riesgo practicada allá por los años 80, de la que participó el gran neurocirujano Raúl Matera, en el hospital Fiorito, de Buenos Aires, se halla en vida ahora vegetativa. Quiero recalcar que las autoridades del Centro de Salud deben poner más celo en el cuidado de pacientes en condiciones similares a las de nuestro amigo Ángel Vicente Galarza. Mientras haya pobres e indigentes y discriminados, entiendo que vivimos un presente sin futuro, con demasiadas injusticias sociales y sin derechos humanos.

Carlos Alberto Drube
Avenida San Martín 51
San Pablo-Tucumán


EN SEÑAL DE PROTESTA

No es de mi interés entablar una polémica con Francisco Centurión (carta del 23/11). Sé que el lector es una persona culta, por eso le recomiendo que recuerde que en el siglo IV A.C., en Atenas, Diógenes usaba el gesto que usted describe en su carta, como señal de protesta y rabia expresando así su desagrado a la oratoria poco seria de Demóstenes. Más tarde surge la historia de los arqueros de Enrique V, que mostraban con orgullo la conservación de su dedo medio como señal de triunfo ante los enemigos a quienes amputaban los dedos índices y medio para impedirles el uso de sus arcos. Según investigaciones realizadas por I. Robbins, profesor de Leyes de la Universidad Americana de Washington, el dedo medio hacia arriba actualmente por su difusión, ya no representa intereses lascivos ni siquiera obscenos. Cambiando tema le respondo a Centurión, que nuestro gobierno se destaca por ser uno de los más corruptos del planeta, al contrario de los gobiernos de nuestros países limítrofes que silenciosamente van en vía de crecimiento. Tenemos una Presidenta investigada por irregularidades impositivas graves en sus propias empresas; un vicepresidente doblemente procesado. Y también le respondo que el ministro Kicillof a quien usted atribuye ser “un ferviente defensor de los intereses de nuestro país”, entre otras cosas, acaba de gastar 600.000 dólares por la contratación de un avión privado para asistir al G-20, mientras el Papa en su viaje a Brasil y la reina de Holanda en su reciente viaje a Argentina, utilizaron aviones de línea para sus desplazamientos.

Ana María L. S. de Poli
[email protected]


LA TERCERA EDAD

Nosotros, los que transitamos la tercera edad, debemos comprender que bien o mal, a medida que fuimos viviendo, hemos ido superando cada etapa o ciclo que la vida nos demanda y comprobamos que la vida no es igual para todos, que no está sujeta a ningún albur, sino a la importancia que constancia y actitud solo podemos lograr. La importancia a la que me refiero, debe ser integral: cuerpo, alma, intelectualidad y ese algo más que suena intenso como un misterio feliz e irrefrenable dentro de un marco consciente de humildad. “La diferencia es pobre, la diferencia es leve, una onda trae espuma, una onda trae nieve”. En definitiva, dos o tres pastillitas -algunos otros el doble o un poco más-, pero debemos aceptar que no son las pastillitas las que marcan las diferencias, sino la actitud y la decisión de vivir esta tercera edad como la etapa más feliz de nuestra existencia. Seamos prácticos. La tranquilidad no tiene precio, si no nos miman, mimémonos a sí mismos, cada vez que pensemos en algo, hagámoslo en positivo, alimentemos las ilusiones y las esperanzas más grandes, hagamos lo que más nos agrade: caminar, pensar, escuchar música, hablar con buenos amigos, tengamos una mascota para cuidad y que nos quiera, una revista, un libro para volver a empezar. En esta etapa, lo único que debemos lamentar son los espacios de tiempo que dejamos vacíos. He comprendido que la serenidad y la tranquilidad no tienen precio; reconocer que los años nos vuelven más frágiles y vulnerables, pero no por eso vamos a dejar de seguir adelante. En todo caso hacer lo que nos dice el médico y el sentido común; nos mejoremos hasta donde sea posible. Cada día trato de tener actitud y voluntad, saber que hoy, mañana y siempre, debo ser mi más grande ayuda y mi mejor amigo, y pese a los momentos duros, no me olvido de sonreír y de ser feliz a mi manera. “Los milagros del cielo comienzan en la tierra”, nuestras vidas comienzan a cada instante. ¿Alguien dijo salud? Por siempre ámbar... “la luz” que transparenta la oscuridad como símbolo inequívoco de que todo se puede.

Héctor L. Bravo
Avenida Ejército del Norte 429
San Miguel de Tucumán

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