Sorteo cómplice

Sorteo cómplice

Argentina recibirá a Brasil en marzo del próximo año

PARA GUARDAR. Berlocq, Zabaleta -subcapitán que ya no estará-, Delbonis y Zeballos luego de la victoria ante Israel.  PARA GUARDAR. Berlocq, Zabaleta -subcapitán que ya no estará-, Delbonis y Zeballos luego de la victoria ante Israel.
Un lapso de seis meses es una eternidad en la vida de un deportista. O de varios. Por eso es difícil hablar de lo que puede pasar entre Argentina y Brasil en la serie de Copa Davis que se jugará en nuestro país entre el 6 y el 8 de marzo del año próximo. Mas lógico parece ser hablar de lo que ocurrió en Dubai, con otro sorteo cómplice para el tenis argentino. ¿Por qué cómplice? Brasil era la única opción con condición de local asegurada. ¿Por qué otro? El sorteo que puso a Israel como rival en el repechaje es el antecedente inmediato. Fuera de Brasil, Bélgica y Japón significaban sorteo para ser local. El resto, ser visitantes y, entonces, no elegir superficie ni pelotas.

Brasil acaba de derrotar a España y conseguir el ascenso al grupo mundial. Fue la de la semana última una España sin los nombres que la convirtieron en potencia mundial. Pero aún así fue un equipo con dos singlistas entre los 44 mejores del ranking mundial.

Un Thomaz Bellucci en su zona mental-técnica-física ganó sus dos puntos, uno de ellos desde 0-2 en sets. Y una de las mejores duplas del mundo, Bruno Soares y Marcelo Mello, aportó su firma a un resultado impensado. De no pasar nada extraño, esa será la base que visite Buenos Aires.

¿Y Argentina? De más está decir que el potencial es muy distinto con o sin Juan Martín Del Potro en el equipo. Aún sin capitán, y a esta altura con pocas chances de contar al tandilense en sus filas, hay una combinación de formaciones que permitirían jugar la serie con buenas opciones de triunfo. Aunque, está dicho, seis meses es una eternidad.

Como ocurre ininterrumpidamente desde 2002, el Grupo Mundial de la Davis tiene a Argentina como protagonista. Hasta que llegue la acción habrá que consensuar ciertas decisiones, generar un clima de buena predisposición, y defender en la cancha lo conseguido en más de una década. Porque, lo sabemos todos, no hay sorteo alguno que nos vaya a defender eternamente.

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