La cajita feliz
A poco más de un año de la renovación total de autoridades provinciales, ¿la dirigencia política le presta atención los comicios en la UNT en función de su posible incidencia en la elección de 2015? Si observamos el presupuesto universitario, $ 1.400 millones, y vemos que varios ex funcionarios de esa casa de altos estudios ocupan bancas legislativas, o han llegado a ocupar cargos públicos tras su paso por la UNT, no se puede despreciar este proceso electoral. En ese marco hay dos visiones de relativo peso para tener en cuenta en cualquier análisis: la radical, porque es la UCR la que más visiblemente usufructuó la UNT como trampolín político para los correligionarios. Sin embargo, no parece que al centenario partido le preocupe demasiado la posibilidad de que la universidad tucumana deje de convertirse en usina de referentes radicales, sino más bien a unos pocos dirigentes de boina blanca.

Según la otra visión -peronista-, al decir de un legislador del PJ, la UNT es una agencia de colocaciones o una “cajita feliz” para unos pocos radicales, que poco y nada le interesa al justicialismo. Y no es tan así, porque a quién más que a los compañeros les atrae un espacio de poder para repartir cargos entre amigos leales. Un ex parlamentario del PJ añade una afirmación que puede resultar graciosa en un primer momento, pero que a los fines de la realidad política tucumana es para lamentar: los primos han manejado los recursos de la universidad con más desprolijidad que nosotros con las comunas rurales. Cierto o no, cabe mirar la pelea universitaria dentro del marco de referencia político de 2015. ¿Cómo será lo que está en juego que LA GACETA tuvo que levantar una encuesta on line por manipulación de votos? ¿Qué viene después? Las zanahorias. Sí, los famosos “bolsones” de los tiempos de elecciones, esos que se dan a cambio de sufragios. ¿Quién no recuerda el caso de los últimos comicios de la UNT; en 2010, cuando un funcionario universitario fue filmado ofreciendo cargos a cambios de adhesiones? O sea, lo peor de la acción política en un ámbito institucional que mira al cielo pero metiendo los pies en el barro. ¿Cabe que se repita? Hay muchos intereses, pero es de esperar que prime el juego limpio, aunque suene utópico desde que los candidatos rectorables digan que ganaron adjudicándose tantos asambleístas docentes que sumados dan 105, cuando los cargos a cubrir son 78. ¿Acaso no hay la suficiente materia gris en la UNT y la suficiente convicción como para no dejarse engañar con este tipo de triquiñuelas? Es lamentable.

En fin, si se menciona que el diputado radical José Cano es el que está mejor parado para enfrentar al alperovichismo en 2015, y que la UNT tuvo “influencia” en el pasado, cabe mirar a la universidad como una “cajita” de recursos al fin. Claro que hay que advertir que Cano hoy está lejos de la UNT y que se ha ganado su espacio de principal opositor por su discurso político. Se ganó un lugar propio de poder. Son otros los más inquietos, porque pueden perder todo. ¿Qué es todo? La posibilidad de manejar recursos financieros y de repartir cargos. Al alperovichismo, en función de los comicios de 2015, donde pondrá en juego su continuidad, no le interesa la UNT como una fuente de instalación de candidatos opositores. Le preocupa más mostrarle al kirchnerismo -que se está despidiendo del poder- que, por lo menos, no perdió los comicios en la UNT, para lo cual se jugó por los candidatos del oficialismo.

El gobernador, según comentan los que supuestamente saben de estás cosas, sólo pidió mantener Canal 10 bajo su órbita y alguna que otra secretaría para disponer de algunos “puestos de lucha” para la juventud revolucionaria. Tal vez para La Cámpora, tal vez para otros más cercanos. Y algunos operadores universitarios -se comenta- trabajan en ese ámbito para congraciarse con Alperovich y aparecer en alguna lista o puesto alperovichista en 2015.

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