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 la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli (archivo) la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli (archivo)
21 Abril 2014
Estigmatizan a motociclistas
Soy motociclista, y lo soy desde mi juventud por ello me siento totalmente agraviado por los manotazos de ahogado que el Gobierno intenta para detener una pequeña parte de la inseguridad que él mismo ha generado. Al parecer se cree que una motocicleta es una especie de monstruo que transforma en delincuente a todo aquel que las conduce. He acuñado una frase: “Hay muchos delincuentes que andan en moto, pero no todo aquel que anda en moto es un delincuente”. Esto tan sencillo no es comprendido por aquellos que tienen el poder de dictar normas que muy lejos están de ser jurídicas y menos aún justas. Patentar seres humanos en un ejercicio de la llamada “teoría de la peligrosidad” es algo que no dista mucho de la costumbre impuesta por el Tribunal de la Inquisición de colgar el sanbenito a aquellos que, por las dudas, consideraban peligrosos para los que estaban de su lado. Esto que es una peligrosa costumbre puede generar aún mayores desastres en contra del derecho a la igualdad. Tampoco es tan distinto a la decisión del dictador coreano que ordenó a todos los hombres de su país a cortarse el pelo igual que él. Estoy sumamente lejos de tener conocimientos reales sobre seguridad frente al delito pero me pregunto: si una motocicleta debe llevar una chapa patente, ¿no es susficiente identificación? Dirán que muchos no las llevan o están colocadas alrevés; pues bien, hagan cumplir la norma. Con el criterio de quienes opinan en forma favorable a esta horrorosa exigencia, ¿no deberían los automóviles llevar además de su patente, grandes letras y números pintados en su carrocería? ¿O por qué no los peatones portar un chaleco donde esté inscripto nombre y número de documento? Al final hay delincuentes en auto y de a pie... pero mejor no demos ideas, ¿no les parece? En definitiva, podría escribir muchísimo más en defensa de los motociclistas honrados, porque los delincuentes, ya sea que se desplacen en moto, auto o a caballo deben ir presos.

Fernando Secundini
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Obesidad

Estoy totalmente de acuerdo con la carta publicada el 18/4 por la Sociedad de Obesidad de Tucumán, en la que expresan que la obesidad está declarada como enfermedad, pero que aún no existe una ciencia médica que encare el problema. Creo entender que el doctor Vázquez cuando expresó que la obesidad es la enfermedad más frívola de la medicina, es porque faltan muchos temas a resolver o mejor dicho a estudiar y esto resulta porque la obesidad, si bien es una enfermedad, también es una adicción (comer en forma desmedida). Soy de la opinión que cuando un médico se encuentra ante un paciente que es adicto (cualquiera sea la adicción), le saca la pelota de la cancha. Sin ir más lejos, los estudios de los neuroquímicos, característicos en los pacientes que son adictos, no están totalmente estudiados. Son pocos los facultativos que se dedican al tema de las adicciones; mejor dicho contados con los dedos de la mano, porque son enfermedades frívolas para la medicina. Quiera Dios que se descubran métodos para combatir mejor este tipo de enfermedades y que el riesgo de muerte sea reducido. Deseo aclarar que soy simplemente un lector que estudia publicaciones de los doctores, referentes al tema en cuestión.

Emilio Sánchez
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Laclau

Quería comentar la nota por la cual nos anoticiamos del fallecimiento del politólogo Ernesto Laclau (14/4), en tanto movilizó muchas vivencias juveniles de mi paso por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En primer lugar, me atrevo a afirmar que es un error lo que se consigna, que se recibió de Licenciado en Historia en 1964. Yo ingresé en ella en 1954, y creo que él también. Inteligente y estudioso, se tiene que haber recibido, probablemente, por ahí de 1958. (Yo a fines de 1956 dejé la UBA, por el servicio militar, y no volví a verlo). Dicho sea con humor, creo que yo no le simpatizaba mucho. Pasa que él no era peronista, y se sabía en la facultad que yo era sobrino de un profesor “recontraperonista” que dictaba la materia Introducción a la Historia. El 16 de septiembre de 1955 fue el golpe de Estado de la “Revolución Libertadora”. Hubo juvenil algarabía por la caída de Perón, ya que la gran mayoría de los estudiantes universitarios eran “contras”. ¿Por qué lo eran? Es bueno saber lo que Félix Luna, estudiante en esos años, dice al respecto: “Era el tema de la libertad lo que nos separaba del gobierno... Aún sabiendo que las mayorías adherían al peronismo... seguíamos adelante con todos los riesgos personales que ello implicaba, porque pensábamos que estábamos defendiendo una forma de vida donde el disenso y la oposición al oficialismo fueran expresiones respetadas”. (Citado en “La sociología en la Argentina”, de Héctor E. Recalde, 2010). Pocos días después del golpe hubo una asamblea de estudiantes en la facultad. Asistí de puro curioso, pues siempre fui apolítico. Laclau era uno de los que estaban en el estrado; era un activo militante. En ella, por supuesto, se “descuartizó” a los profesores peronistas, que fueron expulsados. En la nota se dice que Laclau, tras el golpe, formó el grupo Contorno junto con Eliseo Verón. Digno es de destacarse que un miembro de la revista Contorno, el joven David Viñas, recibió un premio del Fondo Nacional de las Artes, que se acababa de crear, por un libro suyo en base al cual se hizo la película “El jefe”. En el extranjero Laclau hizo una excelente carrera, igual que Verón. Su obra es considerada importante, y fue traducida a muchos idiomas. Sin conocerla, estimo que para ponderarla debe dejarse de lado la ideología que mostró en sus visitas a nuestro país, y eso a muchos les cuesta. Y digo esto porque hace un año y medio, un lector opinaba en esta sección que la UNT no debía haberlo distinguido. Aquí surge esta cuestión: ¿Repercuten en la sociedad las ideas de los intelectuales? Al respecto, vaya esta anécdota. A una intelectual que fue miembro de un grupo que se formó en 1984 en apoyo a Alfonsín, una periodista le preguntó, hace dos años, cuánto creía ella que influía la palabra de los intelectuales en la gente. Respondió: “Nada. En eso es más efectivo Tinelli”. Para pensarlo. Si ello fuere cierto, bien podría deberse a la “farandulización” de la política y a la “politización” de la farándula. ¿O no?

José E. Santillán
Lizondo Borda 1.137
San Miguel de Tucumán

Avenida Perón I

Por la presente pongo en conocimiento mi impresión respecto al lamentable estado de la avenida Perón, extensivo a toda Yerba Buena. La suciedad y el descuido es la crónica de una combinación de factores: Por una parte, nosotros los ciudadanos, que carecemos de amor por lo propio y tiramos los residuos en cualquier parte (platabanda usada como paseo, espacios verdes, etcétera); armamos basurales en las esquinas, como si con ello se solucionara el problema de suciedad. Ni qué hablar de algunos frentistas (casas particulares, fincas, barrios privados que ni por asomo limpian sus frentes. Por otra parte, la Municipalidad, totalmente ineficiente, no cumple con una tarea básica que es la de barrido y limpieza; ni qué hablar de cestos para residuos; los pocos que hay, gracias a un plan de armado de plazas, no son limpiados nunca. Los empleados que cortan el césped destrozan la basura desparramada al realizar la tarea, sin molestarse en limpiar previamente. Como frutilla del postre, dos actores que ayudan a completar el dantesco cuadro: los recolectores, que mejor les cabría el nombre de “desparramadores” de residuos -los amontonan en cualquier parte-, y los perros que lo acompañan los destrozan. Luego se llevan parte que queda sin importarles el resto. El último eslabón son las cartelerías de propaganda de obras. Quien cambia los carteles de publicidad destroza los previamente pegados y estos quedan regados por veredas y calles. Lamentable. Alguna vez tomaremos conciencia de que para vivir en lo limpio, primero debemos amar lo propio, o sea nuestra ciudad, y las instituciones correspondientes tener un mínimo de eficacia en sus tareas.

Sandra de Monteros
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Avenida Perón II

Parece reiterativo lo que ya se planteó en este espacio en otras oportunidades, pero la realidad obliga a repetirlo. La avenida Perón es una avenida peligrosa. Los graves accidentes que ocurren deben llamar a tomar medidas; en la noche del viernes al sábado, en la oscuridad, por la escasa iluminación en Saavedra Lamas y Perón, se asistía a los heridos, que afortunadamente no parecían graves, pero hubieran estado en problemas si la situación hubiera sido peor. No se comprende que no se repongan y mantengan las luminarias. Muchos sectores se mantienen a oscuras. Es una esquina siempre concurrida, con paradas de ómnibus a ambos lados de la calle, doble mano y con giro de varios sentidos. Los alumnos de la escuela municipal primaria y secundaria y los peatones deben hacer cruzadas de calle arriesgadas por el intenso tránsito en horas pico y entre maniobras de vehículos. Falta señalización de tránsito. Los deportistas, corredores, ciclistas y la gente que desea caminar, lo hacen por las calzadas, tal vez por los pastos altos y por la oscuridad e inseguridad en las veredas. Sumemos las picadas de motos y autos que impunemente atruenan en las noches. Tampoco se mantiene apropiadamente limpia la avenida, hay basura por todos lados; si cortan los pastos queda todo allí, plásticos, botellas etcétera. A esto se suma que las cámaras de vigilancia no funcionan, al parecer por rotura de la fibra óptica, según me informaron en la central de monitoreo. Semejante inversión en tecnología para mejorar la seguridad resulta inútil y costosa si no se la mantiene. Se colocaron como herramientas para investigar delitos y accidentes de tránsito además de servir como prevención. Sí debo decir que aumentó la presencia policial últimamente. Lo relatado para esta esquina se repite en muchos otros puntos del municipio así que el Concejo Deliberante y la Intendencia se deben poner a trabajar y dar soluciones visibles y duraderas.

Mónica Herbst
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Ex empleados de YPF

A la doctora Cristina Fernández de Kirchner quisiera dirigirme en esta semana de recogimiento y de reflexión cristiana, donde los valores que mueven a toda sociedad deben reflejar el amor, la transparencia y la justicia. Los ex “ypefianos” vemos con tristeza y a la vez con un dejo de indignación cómo nuestros derechos fueron y son cercenados. Como la discriminación, la exclusión social y la falta de justicia han acechado a más de 30.000 agentes de YPF por más de 20 años y aún perduran a pesar de que la Presidenta enarbola las banderas de la inclusión social, de la lucha contra la indiscriminación y el gozo del estado pleno de derecho a través de la defensa de los derechos humanos. Todo esto consecuencia de la privatización despiadada de YPF que fue impulsada y aprobada por la Presidenta y su esposo. Vemos que ella ha tratado de revertir esta situación, convirtiéndola otra vez en una empresa estatal. Pero, señora Presidenta, ¿cuál es el costo? ¿El costo es a costa de ignorar nuestro resarcimiento por el pago del 10% del paquete accionario que nos pertenece por ley 24.145? Podemos comprender que todo ser humano puede equivocarse, aceptamos su equivocación pero lo que no podemos aceptar es que se nos siga ignorando y se haga caso omiso de nuestros justos reclamos con la excusa de que no hay dinero, cuando podemos constatar que personas afines a su gobierno reciben sumas millonarias y la ahora YPF estatal ha tenido ingresos multimillonarios. Señora Presidenta, el día 22 del actual hay una audiencia pública; ansiamos que se haga justicia con nosotros y nos permitan expresar “la verdad”, verdad que no es la “nuestra” sino la que realmente es. Muchas gracias desde ya por permitirnos hablar y que Dios la ilumine mucho para que pueda hacer lo que es correcto.

Armando Gómez
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DNI en Concepción

He leído cartas referidas al anuncio del Poder Ejecutivo Nacional de que a partir del 1 de enero del año 2015 sólo será válido el nuevo Documento Nacional de Identidad, tapa celeste, y el impacto que esto causa en la vida de aquellos obligados a cambiarlo. En la ciudad de Concepción se registra, a mi entender, el más grave, puesto que en paralelo a la imposibilidad de conseguir un turno por internet han surgido como hongos en todo el territorio quioscos y cibers donde los venden a diferentes valores según sea la ubicación de estos negocios o la necesidad del adquirente. A consecuencia de ello, los empleados de la delegación local del Registro Civil no sólo están sufriendo una invasión de frustrados ciudadanos, sino también el injusto acoso e insultos de aquellos otros que suponen una connivencia entre esta oficina y los citados mercaderes de la necesidad ajena, y quienes necesitan imperiosamente renovar sus documentos no lo pueden hacer con la premura suficiente. Agrava esta situación el hecho de que esta dependencia no cuenta con el apoyo de oficiales de policía que pongan orden y cuiden la integridad física de los que allí se desempeñan y de quienes van en busca de todo tipo de documentación, y que esto transcurre en un incómodo y deslucido espacio, donde falta desde personal hasta armarios y computadoras. Como consecuencia de lo que acabo de describir y en defensa del derecho que todo argentino tiene de desempeñar sus tareas a salvo de agresiones y en un ambiente digno, y del resto de recibir los servicios por los que paga con sus impuestos, exhorto a la directora del Registro Civil de nuestra provincia a que en lugar de “ampliar el servicio por internet” para la provisión de turnos -que a esta altura del cuento ya se han convertido en una burla, porque el sistema elegido a todas luces fue un fracaso-, disponga otra manera de distribuirlos, solicite una investigación de los lugares donde hasta hoy se los vende, gestione el suficiente personal policial para que cuide la integridad física de todos los actores, y convierta ese escenario en un ambiente confortable y debidamente equipado, para aliviar y agilizar la importantísima tarea que allí se realiza, considerando lo enumerado como una meta ineludible entre aquellas que seguramente se fija a diario. Y finalmente, si busca un ejemplo a imitar para llegar a la clase de atención que nos merecemos todos, le sugiero visitar la delegación Concepción de la Anses, donde a pesar de que cientos de sureños que tramitan diferentes planes y programas nacionales hacen cola , desde la madrugada para ser atendidos, no se percibe caos ni violencia; será porque los recibe un policía convenientemente capacitado y provisto de una computadora conectada a su correspondiente impresora, quien registra cada caso en particular, y apretando una simple tecla, imprime y entrega el correspondiente turno, a continuación de lo cual cada beneficiario se sienta y espera a que lo llamen, todo ello sin desorden, sin arrebatos, sin amontonamientos ni malos tratos, y porque todo transcurre en un ambiente cuidado, climatizado y prolijo.

Delia Pinchetti de Sierra Morales
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Elecciones en la UNT

A algunos de los que estamos obligados a votar se nos presenta siempre una cuestión de fondo ante a una elección: ¿cómo votar a un candidato –en esta semana, por ejemplo, en la Universidad Nacional de Tucumán– si únicamente parecen existir meras listas? Se pueden argüir frente a esta pregunta respuestas que apelen al espíritu de la democracia y a la necesidad de la representación. Ahora bien: muchos sabemos que no es así, que la lealtad de los representantes está más bien relacionada con intereses particulares o con las candidaturas principales. Así, muchas veces nos obligamos a votar sabiendo que no importan las ideas, otras votamos por una de las personas que están en la lista, a pesar que la comparte con alguna persona que no conocemos o que no apoyamos. En los hechos solamente resta esperar cuatro años. Y esto no es justo, no es ético. Es hora de repensar seriamente el sistema de elecciones. Deberíamos desarrollar un sistema que nos permita votar a quienes creemos que respetarán las ideas con las que comulgamos o aquello con lo que soñamos para nuestra vida en comunidad y que contemple un sistema de control más eficaz y concreto para que las promesas e ideas se puedan cumplir y hacerlas cumplir. La elección de rector/a y decano/a y de sus consejeros debería ser nominal y directa. Esto es ya imperioso. Somos universitarios, somos parte de una casa de altos estudios. No podemos demorarnos más. Necesitamos otra: reforma universitaria y la necesitamos ya. La primera nos introdujo a una universidad pujante, la próxima, tal vez nos lleve a la excelencia mayor.

Francisco Juan José Viola
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La mortaja no tiene bolsillo

“La mortaja no tiene bolsillo”. Sabias palabras pronunciadas por el Papa Francisco, durante una ceremonia religiosa en la basílica de San Pedro, para referirse, muy especialmente, a los hombres que manejan la riqueza en el mundo. Él se preguntaba: ¿para qué acumular tanta riqueza, sin pensar que todo ser humano el día de mañana, cuando su vida se apague, sólo será asistido por los recuerdos, si fue bueno o malo? La riqueza acumulada por muy pocos crea la mayor cantidad de pobres en nuestro planeta, donde diariamente peregrinan hombres, mujeres y niños pidiendo ayuda, en especial los que habitan en los países que carecen de alimentos, educación y justicia. Para los dueños del dinero sólo existe su dios, y lo fabrican diariamente, ya sean dólares, rupias, euros, etcétera. Construyen castillos por el mundo, se trasladan en lujosos autos, sus vidas palaciegas no terminan nunca y sus hijos siguen su ejemplo. Cuando se nace en cuna de oro se sigue gozando este privilegio. En Tucumán también se ve. En el centro vemos edificios en altura y en las zonas marginales vemos gentes que no tienen ni lo mínimo para vivir, duermen en el piso, sin ayuda, sin alimentos, sin obras sociales; condenadas para siempre a la marginalidad social y el abandono. El Gobierno los ha olvidado en una provincia donde se juró al Independencia. La alegría y la felicidad son para pocos y el llanto y la tristeza, para muchos.

José Antonio Chaves
Sabin S/N El Corte
Yerba Buena-Tucumán

Jubilados de distinto tipo

Felicito a los policías retirados de la provincia, porque según noticias recientes, con los haberes de julio empezarán a percibir la movilidad que les corresponde según el artículo 5 de la ley 6.772. Lástima que no gocemos de igual suerte los jubilados y pensionados transferidos a quienes desde el año 2009 el Gobierno provincial no nos actualiza la asignación contenida en la ley 7.652; será tal vez porque nosotros no tenemos un gremio que se acuartele, libere “zonas rojas” ni nada parecido. Sería conveniente que el Poder Ejecutivo explique a qué obedece tanta discriminación, que no la aplica a la hora de exigirnos los aumentos en los servicios e impuestos. ¿Será que para el gobernador somos una clase pudiente y privilegiada que no tiene necesidad alguna?

Marcelino de Jesús Rojas
Chile 654
San Miguel de Tucumán

Azúcar y mosto

Hice el servicio militar en Tupungato, Mendoza. Allí conocí el significado de palabras usadas en los viñedos, como el mosto, tan de moda en los últimos días. Pero, ¿qué es el mosto? Es el zumo exprimido de la uva antes de fermentar y hacerse vino. Pero, ¿qué es el zumo? Es el líquido de las hierbas, flores, frutas u otras cosas semejantes que se saca exprimiéndolas o mojándolas, utilidad que se saca de una cosa. Hablemos ahora de nuestra caña de azúcar. Le sacamos el azúcar, ron, hidrocarburos, alconafta y con el bagazo hacemos este papel de diario; vendemos al extranjero azúcar negro y nos la venden de vuelta como edulcorantes y con los desechos industriales por el río les matamos la flora y la fauna de los santiagueños. Ya nos olvidamos del azúcar que de contrabando entra del Brasil, del azúcar de remolacha y bla, bla. Sólo atinamos a aconsejar a los cuyanos que los excedentes del mosto los exporten. Basados en el mismo estado de derecho y obligaciones, si ellos les cobran un impuesto al azúcar, les pongamos el mismo porcentaje a sus vinos y de paso les damos vida a los vinos regionales.

Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180 B° 20 de Junio
San Miguel de Tucumán

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