Alperovich y Gandur, por el bronce

Alperovich y Gandur, por el bronce

"Alperovich va por el bronce", especulan algunos de sus cercanos y algunos de sus detractores más acérrimos. En realidad, el mandatario nunca ocultó su profundo deseo de superar en gestión a -por ejemplo- Celestino Gelsi. El operativo bronce -de ser reales las especulaciones- se intensificó pasadas las elecciones legislativas: Alperovich anunció que gestionará una autopista a Las Termas, el dique Potrero del Clavillo, el microestadio en el parque 9 de Julio y hasta una peatonal sin ambulantes. Una lectura política fue que buscó recuperar la iniciativa luego de los comicios en los que ganó, pero perdió un diputado. Otra mirada un poco más profunda muestra a un mandatario en retirada, que busca cómo garantizar que su sucesor sea un hombre que nazca de su propia costilla y a la vez dejar una provincia con obras que lo mitifiquen.

Pero por estos días Alperovich está más cerca de la pesadilla que del sueño de gloria. Los medios nacionales lo mostraron ayer como un mandatario K más preocupado por los viajes exóticos que por la gestión. Ya lo habían golpeado en el hígado dos meses atrás, cuando se difundieron los lujos de su paseo por Dubai. Luego, los resultados de los comicios le pegaron en la cara: gran parte de los votos de las clases alta y media fueron para la oposición (perdió en Capital y en Yerba Buena, por ejemplo). A estos "ronquidos" que interfieren con su utopía se suman reclamos por la falta de institucionalidad y por el desdibujamiento de la división de poderes. Así las cosas, Alperovich deberá colgar muchos "atrapasueños" para que filtren los malos y prevalezcan los buenos (color ocre), hasta antes del fin de su tercer mandato.

Una frase similar a la del comienzo de este relato se pronuncia respecto del titular de otro poder. Antonio Gandur, afirman varios togados, está decidido a convertir su gestión en digna del bronce. Anunció cambios en el funcionamiento judicial, dijo que se abrirá a la sociedad, que será independiente del poder político y que no tolerará a los "vagos". Esta semana lanzó mensajes para varios integrantes de la judicatura con una sola acción. El cuerpo de auditores solicitó al fiscal Guillermo Herrera que le remita todo lo actuado en torno a las causas iniciadas como consecuencia del enfrentamiento que mantiene la Asociación Bancaria con la Caja Popular de Ahorros. Esta acción fue el final de un requerimiento por escrito que había efectuado Gandur al ministro Fiscal, Luis de Mitri, a través del cual le había solicitado que le informara dónde estaban y en qué estado se encontraban esas denuncias. De Mitri le habría contestado a Gandur -por escrito- que gran parte de las denuncias relativas al conflicto Bancaria-Caja Popular estaban concentradas en la Fiscalía X°, que conduce Herrera. Y que allí se venía actuando como correspondía. No conforme con la respuesta de De Mitri, el titular de la Corte ordenó la auditoría. Además, pasó todas esas causas (unas 50) a la Fiscalía V° de Washington Navarro Dávila.

Por una cabeza

Según trascendió, Gandur baraja la posibilidad de sancionar a De Mitri y/o a Herrera en caso de que del informe de los auditores resulte que las causas estuvieron paralizadas. En los pasillos de Tribunales se rumorea que existe una enemistad de vieja data entre el titular del máximo tribunal y el jefe de los fiscales, y que Gandur busca dar dos mensajes con este pedido a los auditores: que ya es hora que De Mitri se aleje del cargo (ya comenzó hace un tiempo su trámite de jubilación) y que avanzará contra los fiscales que no cumplan en tiempo y forma con su tarea.

A la vista está que Alperovich no es la única cabeza de un poder estatal que va por el bronce.

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