Cartas de lectores
19 Noviembre 2012

Derechos humanos a la carta

El Gobierno provocó la renuncia a un empleado abogado, por intervenir como defensor de acusados por delitos de lesa humanidad, lo que fue efusivamente festejado por el secretario de Derechos Humanos de la Provincia. Esto trajo a mi memoria un hecho acaecido hace 30 años o más. Ejercía mi segundo mandato como secretario de Derechos Humanos de la Federación Universitaria de Tucumán, y el ex rector de la dictadura, y asesores de la dictadura, ofrecían en el Centro Cultural Virla una conferencia sobre el Derecho a la Vida. El debate fue si podía darse cabida a estos paladines del horror y la muerte en un espacio recuperado para la democracia, para que hagan gala de su natural impudicia y cinismo, y sostuve en esa oportunidad que sí, que debía tolerarse, por mucho que ello indignara, porque la peor derrota que podíamos sufrir era en el plano de los valores, que derrotaran ese compromiso de toda una sociedad con las libertades que estrenábamos, con los derechos recuperados. La idea que me bullía en la cabeza era la de la integridad del concepto; no eran mis derechos humanos "a la carta", según mi apetito de oportunidad; se trataba de un sistema que cubría toda la actuación del Estado y de los particulares; un parámetro que mide igual siempre: un kilo es un kilo, pese oro, alimentos o estiércol. Un abogado tiene derecho a ejercer su profesión, (trabajar y ejercer industria lícita como dice la Constitución nacional Art. 14), trabajo que tiene protección de la ley (CN Art. 14 bis); y los acusados como represores tienen derecho a una defensa efectiva (CN 18, Convención Americana de de DDHH, Art. 8). Ese es el sistema, y en ningún lado figura que los empleados del Estado deben compartir la ideología, ni que deben ajustar su pensamiento con el funcionario de turno; los derechos al trabajo y a la libertad de elegir son tan constitucionales y humanos como cualquier otro, y su defensa debe hacerse bajo cualquier circunstancia, aun cuando no comparta lo que esa persona piensa. Es lo que debe esperarse de alguien que está llamado a defender la personas del abuso de poder en Tucumán. Lejos de ello, este funcionario sale a festejar la violación de derechos fundamentales. Festeja la cesantía de un empleado, pero se adhiere a un Gobierno que ha pretendido llevar a la Corte Suprema a aliados de la dictadura, que tiene en sus bancas y como primeros operadores políticos a procesistas y bussistas. ¿Cómo es posible que esto no le genere ninguna molestia al secretario de Derechos Humanos? Ser socio político del bussismo, pero rasgarse la vestidura por un simple empleado que ejerce su profesión, cumpliendo una función que la propia Constitución reclama como requisito para que todo este proceso de juzgamiento de los responsables del horror llegue al final que los organismos de Derechos Humanos siempre buscaron y lograron: la vigencia de la Justicia en un Estado de Derecho. Mis respetos de siempre a estos luchadores; mi repudio al oportunismo, a la inconsciencia. Los Derechos Humanos son un concepto de valores, no de vedetismo político; lástima que el secretario de Derechos Humanos de la Provincia no lo sepa ni pueda advertir la diferencia.

Pedro Eugenio Guaraz

Publicidad

[email protected]


Patrimonio y accesibilidad

El patrimonio arquitectónico de una ciudad forma parte del medio ambiente y hace a la calidad de vida de los ciudadanos. Son bienes no renovables o de casi imposible recuperación, por la pérdida de las técnicas constructivas que se utilizaron en su construcción y son recursos económicos de primer orden, sobre todo para una provincia donde quiere revitalizarse el turismo como una de las principales actividades integradoras y de placer. Toda ciudad debe contar con un pasado arquitectónico, el cual debe conservarse y ser accesible a todos, prestando atención al proceso de envejecimiento de la población y a la igualdad de oportunidades a las personas discapacitadas. Sobre todo si el edificio en cuestión es de vida activa, como le sucedió al doctor Carlos Fiori (carta 18/11) al pretender acceder a la Federación Económica de Tucumán. Las personas no se definen desde sus habilidades, sino que son seres únicos con los mismos derechos que todos los ciudadanos, es por eso que la posibilidad de accesibilidad al patrimonio arquitectónico y a cualquier edificio público o privado de uso público, debe realizarse mediante intervenciones adecuadas. En el caso del patrimonio arquitectónico, este proceso debe ir paralelo con la conservación y rehabilitación de estos tesoros históricos culturales, tarea compleja que requiere una dosis de tecnología e innovación, manteniendo la esencia del lugar, sin producir un impacto visual ni atentar con la esencia del edificio. 

Publicidad


Josefina Ocampo de Guchea,                                            

Graciela Rotella de Bauque

[email protected]


La otra discriminación

Justo al lado de la carta del lector Fiori (18/11),que habla de las barreras arquitectónicas en nuestra ciudad, leo que se utiliza el término autismo para definir a una acci+on absolutamente voluntaria del Ministerio de Educación. Utilizar términos como autismo, down y otros de manera despectiva o como insulto es también discriminar y es otra barrera que entre todos debemos sortear, como los lugares reservados ocupados, la falta de acceso, baños adaptados, juegos en las plazas para los niños con capacidades especiales y sobre todo adaptar y educar a nuestra mente y nuestro corazón a crear un mundo y una ciudad para todos

Judith Gilda Lilián Ismaín

[email protected]


HOSPITAL OBARRIO

Con gran preocupación leí lo publicado referente a la situación del Hospital Dr. Juan M. Obarrio (18/11), y el Servicio N° 5 del mismo, institución de la que formé parte hasta el momento de mi jubilación. Llamado por ese entonces Servicio de Alcoholismo y Drogadicción, fue creado en la década del 70 por el doctor Joaquín Corbalán. La prioridad de atención siempre apuntó a los problemas del alcohol, siendo los casos de drogadicción muy pocos, cuando no nulos. Por ese entonces los niveles de prevención se orientaban a charlas en escuelas, centros educativos, lugares de trabajo, en una tarea de extensión desarrollada con un equipo formado a pulmón para las visitas y la capacitación. Siempre se pensó que un hospital psiquiátrico no reunía las condiciones de contención y atención a estos problemas. Hoy el tema drogadicción supera totalmente esta situación. Coincido con la opinión de los dos psiquiatras consultados: no puede haber internaciones compulsivas y tampoco es una solución poner un policía por paciente. El tema de las adicciones merece una atención especializada en lugar fisico adecuado; capacitación permanente; intervención de la comisión de Salud parlamentaria; de organismos recaudadores en la contribución económica para capacitación y tratamientos; observar estas problemáticas como de interés prioritario. Si se puede coordinar todo ello, el Hospital aludido dejará de ser un motivo impactante y seguro una ayuda para pacientes y familias. El problema de las adicciones involucra el compromiso de varios sectores, no tan sólo los que la padecen y sus familias; o de instituciones como en este caso no reúnen la infraestructura y las condiciones de atención. No se puede soslayar la reflexión del interno, cuyo relato debe ser tratado desde la reflexión y no de la represión. Bajar el nivel de hegemonía y omnipotencia es buscar el camino de las soluciones.

Héctor Sergio Estrade

[email protected]


Peatonal Muñecas

La peatonal Muñecas tiene ese qué sé yo ¿viste? Al menos tres organizaciones de perros callejeros; a veces aparece el show de los patos. Delikatessen de repostería mantenida con rígidos movimientos ondulantes para espantar las moscas, variedad de productos en auténticas copias truchas desde DVD hasta ediciones de libros claramente piratas; confraternidad envidiable de inspectores con los propios vendedores a quienes no deben permitir instalarse; ignorancia total del cartel que prohíbe la entrada de motos, bicicletas, etcétera; robo a plena luz del día de electricidad de las farolas para alimentar los equipos de música que ofrecen CDs truchos; contenedores de basura colapsados por cajones de los verduleros ambulantes y como si esto fuera poco, el viernes 16 un hospital de campaña en el mejor estilo de esos que uno ve en los países que han sufrido una terrible tragedia, haciendo donaciones de sangre al paso. Todo esto salpicado por los transeúntes desaprensivos, que al ver esto piensan que ensuciar está bien.

Atilio Carmona Ruiz

[email protected]


Isabel Sarli

Todas las mañanas doy gracias a Dios por el regalo del nuevo día. Hoy también di las gracias y a renglón seguido me la agarré con mi papá y mi hermana-madre: ¿por qué y para qué me hicieron estudiar, leer, escuchar música, conocer museos? ¿Para qué diablos me incentivaron y educaron en la cultura del estudio, el esfuerzo y el trabajo? ¿Por qué no me dijeron que ser actriz erótica era mejor? Como actriz erótica no hubiese necesitado ni saber leer, hubiese trabajado pocas horas, conocido gente, ganado más plata y me hubiese divertido una barbaridad; ¿o no? Y hoy no diría malas palabras por la mísera jubilación, que no incluye el 82% móvil que por Ley me corresponde. Si no me creen, busquen en el Boletín Oficial de la Nación el Decreto 1.876/2012 y se enterarán de que a Isabel "Coca" Sarli, cuyo esfuerzo para balbucear el bocadillo "¿qué pretende usted de mí?" la convirtió (ojo que no es "moco e'pavo") en "Embajadora de la Cultura Popular Argentina, con rango de subsecretaria, por ser considerada una verdadera representante de la cultura nacional… figura insoslayable a la hora de ensalzar los valores éticos y culturales, al representar la síntesis de la imagen que la República Argentina desea proyectar al mundo..." ¡Tomá! tiemblen Argerich, Aleandro, Ocampo y las tucumanas Elena Rojas, Cristina Bulacio, Elena Perilla, Rosita Avila, etcétera. Ah, el carguito está adornado con 34.000 mangos, más viáticos, obviamente garpados por todos los argentinos y argentinas. Aclaro: no tengo nada contra el erotismo ni la señora Sarli, y el lunfardo que uso es para estar a tono. Sólo aspiro a que un jurado idóneo valorice el talento y méritos de los artistas argentinos y argentinas, que hay para elegir. Ahora, ¿qué les decimos a las jóvenes de la Orquesta Juvenil, del Ballet Estable? Tantos talentos tucumanos que se van muriendo y no firman la bendita Ley. ¡Mujeres Argentinas! Basta de pelarse las pestañas estudiando, de rendir concursos, obtener distinciones y premios honoríficos y trabajar para vivir dignamente, si desnuditas nomás nos adornarán con un lindo carguito ¡Se viene el Ministerio Erótico!

Marta Oviedo Martita

[email protected]

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios