Le robaron la cartera, vendieron un celular a $ 30 y ahora los condenaron a 12 años de prisión

Le robaron la cartera, vendieron un celular a $ 30 y ahora los condenaron a 12 años de prisión

El tribunal, que presidió el juez Caramutti, fijó la pena para "Soldadito" Páez y "Bebelú" Méndez y estalló el escándalo dentro de la sala

REACCIONES. Bebelú Méndez (de campera de jeans azul) pateó un pupitre que cayó al piso y un policía lo sujeta, mientras Soldadito Páez mira sentado. REACCIONES. "Bebelú" Méndez (de campera de jeans azul) pateó un pupitre que cayó al piso y un policía lo sujeta, mientras "Soldadito" Páez mira sentado.
Una joven de 18 años esperaba ansiosa en la segunda fila de las butacas del público. Entre sus manos sujetaba un denario, parecía contener  el llanto con el puño derecho cerrado y tapándose la boca. Josefina Micaela Orso esperó casi dos años para escuchar la sentencia del juicio por el crimen de su madre María Isabel Osores. 
La escribana Osores murió el 12 de octubre de 2010, tres días después de haber sido asaltada y golpeada en calle La Plata 27, de la capital. Querían robarle la cartera, pero al forcejear, los delincuentes la tiraron al piso y la patearon hasta dejarla inconsciente y tendida sobre el cordón de la vereda, toda ensangrentada. 
Al momento de anunciarse la sentencia, adentro de la sala, había un total de 14 policías que observaban cualquier movimiento en el sector del público. Eran las 21.50 cuando entraron los tres jueces y luego todos volvieron a sentarse. Josefina estrujaba el denario entre sus manos. A cinco pasos de distancia, estaban sentados los dos acusados del crimen. Rubén "Soldadito" Páez y Exequiel "Bebelú" Méndez. En 2010, cuando cometieron el robo y el crimen, ambos acusados tenían 18 años.
El secretario del tribunal, Fabián Fradejas, se acercó al micrófono para leer la sentencia. Al lado de Josefina estaba su padre, Ramón Orso. El viudo de la escribana Osores disimulaba los nervios para contener a su hija, mientras que en las butacas de al lado estaban los familiares de "Soldadito" Páez bien separados de los familiares de "Bebelú" Méndez. Entre ambas familias no sólo no se hablan, sino que se odian. Así quedó reflejado en las dos audiencias del proceso oral y público. A sabiendas de esa enemistad, los jueces reforzaron ayer la guardia policial.
Tras un breve silencio, que parecía eterno, el secretario Fradejas leyó la condena a 12 años de prisión para cada uno. Los familiares de "Bebelú" se tomaban la cabeza. Al terminar la lectura, los jueces se levantaron del estrado, mientras un policía ordenaba al público ponerse de pie. Los magistrados no habían salido de la sala y, en ese mismo instante, "Bebelú" pateó un pupitre que cayó al piso y el estruendo desató el griterío de la familia Méndez. Primero, lloraron y, después, gritaron. "Lo vu'a matá; lo vu'a a matá a todos", vociferaba un joven de remera blanca señalando a las mujeres de la familia de "Soldadito" Páez, que estaban en la primera fila.
Los policías pedían calma, pero seguía el griterío. El jefe de guardia abrió la puerta de la sala y ordenó que desalojaran a la exaltada familia Méndez. "Justicia" gritaba una de las mujeres, mientras cuatro policías retiraban a "Soldadito" y a "Bebelú" por otra puerta rumbo a la Alcaidía de Tribunales.

Por separado

Para evitar el contacto entre ambas familias, la Policía desalojó a los Méndez y ordenó que se quedaran en la sala los Páez. Por los pasillos y las escaleras, seguían gritando. Insultaban y juraban que iban a vengarse. Durante el juicio, el imputado Páez resaltó que él sólo fue a robar, pero no a matar y culpó del crimen a Méndez. En cambio, "Bebelú" responsabilizó a "Soldadito" Páez. El  abogado Roberto Flores (defensor de Méndez) dijo en su alegato que su cliente no participó en el hecho y que se estaba dañando el buen nombre y honor de su defendido.
El Defensor Oficial César Picón pidió que su cliente "Soldadito" Páez fuera condenado sólo por robo, porque -según argumentó- él no cometió el crimen. 
La fiscala Estela Velia Giffoniello responsabilizó a los dos imputados y pidió una condena de 17 años para cada uno por el delito de robo seguido de muerte. En su alegato recordó que Méndez le dijo a Páez "vamos a laburar y que eso significaba ir a robar". La fiscala detalló que, en la calle, se encontraron de frente con la escribana. "Páez le insinuó que era una mujer grande, pero Méndez insistió en que había que 'laburar' porque no tenía una moneda". 
En la esquina de Congreso y La Madrid, seguía el revuelo. Los ocasionales transeúntes y automovilistas no entendían las razones del caos. La familia Méndez seguía gritando desde la calle. Un policía cortó el tránsito y otro grupo de guardias se abalanzó sobre el pariente más revoltoso de remera blanca. Las mujeres lloraban y gritaban. "Soltalo, soltalo", gritaba una mujer a los policías que se llevaban al detenido adentro del edificio. El escándalo duró 15 minutos hasta que se calmaron. Los condenados aguardaban en la oficina de la alcaidía sin tener contacto con nadie y esposados. 
Los Páez seguían adentro de la sala, en el segundo piso. También estaban Josefina y su padre Ramón, que no le soltaba la mano a la joven que ayer sufrió y lloró a la  siesta, cuando escuchó el relato de la fiscala sobre cómo la mataron a su madre. "Soldadito" y "Bebelú" volvieron anoche a la cárcel. El tribunal, que presidió Carlos Caramutti, los condenó a 12 años. Una mujer murió por aferrarse a la cartera. Los delincuentes se la arrancaron, la golpearon, huyeron y más tarde vendieron el celular por $ 30. Como si una vida pudiera valer esos billetes.

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