21 Julio 2012
Tres historias bien amigueras
Vivís demasiadas horas con ellos y es inevitable que termines haciéndote amigo de por lo menos uno de tus compañeros de trabajo. Las obligaciones, responsabilidades e incluso jerarquías no necesariamente son obstáculos para entablar relaciones que trasciendan la oficina. Te damos algunos ejemplos y ojalá te inspiren para bajar las barreras que te alejan de algunos de ellos.
AMIGOS EN EL TRABAJO. Los lazos de amistad sobrepasan las jerarquías de trabajo.
Jefe y empleados en el casamiento del cliente
No solo son amigos ellos tres, sino que el vínculo de amistad se extiende también hacia algunos de los clientes de la librería. Detrás del mostrador del negocio de La Madrid al 400, Juan José Guzmán es el jefe y Diego Agüero y Rodrigo Amaya, los empleados. Pero a esta relación laboral la fortalece los cimientos de la amistad que lograron construir. "La clave está en saber separar los tantos: mientras haya respeto y confianza no va a haber problemas. Y en el caso de que surja alguno en el ámbito laboral, hay que sentarse y hablarlo sin demora", explica Juan José flanqueado por Rodrigo y por Diego (a la izquierda y a la derecha en foto, respectivamente). Los tres definen a la librería como un negocio en el que abunda la buena onda y que esa actitud también les permitió convertirse en amigos de algunos de sus clientes y sumarlos a la banda. "Incluso uno de ellos, que se casó hace poco, nos invitó a los tres a la fiesta", destaca Rodrigo, mientras sus amigos asienten y se ríen.
Organizar la fiesta marcó el antes y el después
Hay un momento de la mañana en la que empiezan a charlar. Pero entre las trivialidades que van y vienen junto con los mates también se cuelan confesiones, consejos y las palabras que solo puede decir y que se esperan de un amigo. Este es uno de los tantos rasgos que convierten la relación de Adriana Malinar y Melisa González (a la izquierda y a la derecha en la foto) en algo más que un simple vínculo laboral. Estas dos empleadas de la Municipalidad capitalina coinciden en que el hecho que marcó el nacimiento de la amistad fue la organización de la Fiesta del Día del Periodista, que se celebra cada 7 de junio. "El Departamento es el que se encarga de organizar el festejo (ellas se desempeñan en Información Pública). Fuimos todas y fue muy bueno, porque nos pudimos conocer fuera del ámbito laboral y esa es una de las mejores maneras de hacer amigas", destacó Adriana. Al grupo de compinches de la oficina también lo integran Cecilia Carabajal y María Jesús Lazarte.
En el asado, la jerarquía termina en las brasas
Es mediodía y hacen un alto en la obra en la que están trabajando en 9 de Julio al 400. Salen a la calle y se sientan en los escalones de entrada de la casa de la par. Le compran unas mandarinas al verdulero ambulante que pasa por la cuadra y empiezan a comer en silencio. Y no hace falta preguntar quién es el bromista y quién suele ser la víctima favorita. De golpe, Raúl Ledesma le saca la gorra negra a Miguel Juárez y le deja al descubierto la pelada. Pero Miguel no se enoja; al contrario, estalla en una carcajada y le contagia el buen humor al resto. Ellos dos, Ramón Albornoz, Juan Mendoza, Ariel Ávila, Luis Severo y Walter Acuña son albañiles y trabajan juntos desde hace ocho años. "Todos tenemos edades diferentes, pero eso no es un problema. Porque los más grandes les vamos transmitiendo las enseñanzas a los más jóvenes", destaca Luis. "Fuera del laburo también nos juntamos: hacemos asados y ahí no hay jefes ni subordinados", agrega Raúl.
No solo son amigos ellos tres, sino que el vínculo de amistad se extiende también hacia algunos de los clientes de la librería. Detrás del mostrador del negocio de La Madrid al 400, Juan José Guzmán es el jefe y Diego Agüero y Rodrigo Amaya, los empleados. Pero a esta relación laboral la fortalece los cimientos de la amistad que lograron construir. "La clave está en saber separar los tantos: mientras haya respeto y confianza no va a haber problemas. Y en el caso de que surja alguno en el ámbito laboral, hay que sentarse y hablarlo sin demora", explica Juan José flanqueado por Rodrigo y por Diego (a la izquierda y a la derecha en foto, respectivamente). Los tres definen a la librería como un negocio en el que abunda la buena onda y que esa actitud también les permitió convertirse en amigos de algunos de sus clientes y sumarlos a la banda. "Incluso uno de ellos, que se casó hace poco, nos invitó a los tres a la fiesta", destaca Rodrigo, mientras sus amigos asienten y se ríen.
Organizar la fiesta marcó el antes y el después
Hay un momento de la mañana en la que empiezan a charlar. Pero entre las trivialidades que van y vienen junto con los mates también se cuelan confesiones, consejos y las palabras que solo puede decir y que se esperan de un amigo. Este es uno de los tantos rasgos que convierten la relación de Adriana Malinar y Melisa González (a la izquierda y a la derecha en la foto) en algo más que un simple vínculo laboral. Estas dos empleadas de la Municipalidad capitalina coinciden en que el hecho que marcó el nacimiento de la amistad fue la organización de la Fiesta del Día del Periodista, que se celebra cada 7 de junio. "El Departamento es el que se encarga de organizar el festejo (ellas se desempeñan en Información Pública). Fuimos todas y fue muy bueno, porque nos pudimos conocer fuera del ámbito laboral y esa es una de las mejores maneras de hacer amigas", destacó Adriana. Al grupo de compinches de la oficina también lo integran Cecilia Carabajal y María Jesús Lazarte.
En el asado, la jerarquía termina en las brasas
Es mediodía y hacen un alto en la obra en la que están trabajando en 9 de Julio al 400. Salen a la calle y se sientan en los escalones de entrada de la casa de la par. Le compran unas mandarinas al verdulero ambulante que pasa por la cuadra y empiezan a comer en silencio. Y no hace falta preguntar quién es el bromista y quién suele ser la víctima favorita. De golpe, Raúl Ledesma le saca la gorra negra a Miguel Juárez y le deja al descubierto la pelada. Pero Miguel no se enoja; al contrario, estalla en una carcajada y le contagia el buen humor al resto. Ellos dos, Ramón Albornoz, Juan Mendoza, Ariel Ávila, Luis Severo y Walter Acuña son albañiles y trabajan juntos desde hace ocho años. "Todos tenemos edades diferentes, pero eso no es un problema. Porque los más grandes les vamos transmitiendo las enseñanzas a los más jóvenes", destaca Luis. "Fuera del laburo también nos juntamos: hacemos asados y ahí no hay jefes ni subordinados", agrega Raúl.
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