15 Julio 2012
Hace dos años dejamos la asfixiante Buenos Aires y nos radicamos en Monteros, "La fortaleza del folclore", en Tucumán. Nunca pensé que tal determinación iba ser tan beneficiosa para la crianza de mis hijas. Atrás quedó la esquizofrenia capitalina. Acá ellas se pueden dedicar a lo que más le gusta, sin correr ningún riesgo. Por el caso de Naraa tengo que agradecerle a las autoridades de la Escuela Presidente Perón, quienes permitieron que ella y Andrés pudieran integrarse con los otros chicos, sin importar su incapacidad. Soy un ex suboficial de la Policía Federal pero en estos días y desde hace un tiempo integro, junto a profesionales y padres de otros chicos no videntes, una agrupación que se llama "Tiflotuc" en la que se trabaja para la integración de las personas sin o de escasa visión, además de guiar a los chicos cada vez que se suben a sus "bicis", claro.
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