Para robarle la moto, a un joven le pegaron con una piedra en la cabeza y lo mataron

Para robarle la moto, a un joven le pegaron con una piedra en la cabeza y lo mataron

Damián Díaz tenía 24 años y le faltaba un ojo. Ayer a la madrugada lo atacaron entre cinco. Según la Policía, los agresores fueron los cuatro hermanos Cabrera y su padre; al menos dos de ellos ya participaron de otros homicidios. Lo dejaron ensangrentado en la oscuridad de la calle, en el barrio Ampliación Los Vallistos. Falleció dos horas después en el Padilla.

IMPOTENCIA. En el patio de su casa, Marcela Díaz explica a LA GACETA cómo atacaron a golpes a su hermano Damián hasta dejarlo tirado en la calle. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ IMPOTENCIA. En el patio de su casa, Marcela Díaz explica a LA GACETA cómo atacaron a golpes a su hermano Damián hasta dejarlo tirado en la calle. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
06 Marzo 2012
Era el último fin de semana de carnaval y Damián Díaz no quiso perdérselo. Buscó a su cuñado, a dos amigos más y se fueron a ver el desfile de comparsas en San Andrés, el domingo a la noche. Regresaron temprano al barrio Ampliación Los Vallistos. No eran más de las 2.30 cuando emprendieron la vuelta a bordo de dos motocicletas; Damián conducía una de ellas. Faltaba una cuadra para llegar a su casa cuando, de repente, aparecieron los cuatro hermanos Cabrera, encabezados por su padre. "¡Dame la moto!", les gritó uno de ellos. Damián quiso entregarles el vehículo pero no le dieron tiempo. Según relató su amigo que viajaba como acompañante, los bajaron a patadas. A este joven lo golpearon, le quitaron las zapatillas y la billetera, pero consiguió escapar. Sin embargo, a Damián le tocó la peor parte.

Mientras su amigo corría en medio de la oscuridad y en busca de ayuda, a Damián lo molieron a golpes. "Le sacaron las zapatillas, y le pegaron con palos y piedras, una le destrozó la cabeza", contó su hermana Marcela Díaz.

El cuñado y otro amigo huyeron a tiempo. Aunque a uno de ellos le quitaron todo lo que llevaba puesto. Lo dejaron en slip, y tuvo que pedir un pantalón prestado a un vecino. El acompañante de Damián encontró a su hermano y ambos volvieron corriendo al lugar del ataque. Habían pasado sólo unos minutos, pero en ese corto tiempo huyeron del lugar. Los agresores intentaron llevarse la moto CG negra de Damián, pero no arrancó y la abandonaron 100 metros más adelante. "Yo estaba durmiendo cuando me vinieron a avisar que a mi hermano le estaban pegando a la vuelta", recordó Marcela. La mujer se levantó de un salto y salió a buscarlo. Pero lo encontró inconsciente. "Estaba tirado en medio de la oscuridad, porque ni luz tenemos en el barrio, todo ensangrentado", describió.

El lado izquierdo de la cara de Damián parecía un volcán. La sangre le brotaba sin parar. Intentaron detener la hemorragia cubriéndole la herida con una remera, pero todo era en vano.

Lo levantaron y caminaron unos 300 metros hasta la ruta. "Estuvimos 40 minutos con mi hermano sangrando; pasaron un patrullero y una ambulancia y no lo quisieron levantar", se quejó Marcela. Finalmente, llegó una ambulancia del Hospital Padilla que lo asistió, pero ni bien lo subieron al vehículo la médica les advirtió: "ya está agonizando".

Llegaron a la guardia del Padilla a las 3.30. Una hora después, Damián murió como consecuencia de un derrame cerebral.

El joven, de 24 años, era el mayor de los varones: tenía nueve hermanos. Vivía en concubinato con su novia, y tenía tres hijos de 2, 5 y 7 años. Marcela, la hermana, contó que Damián estaba limitado para trabajar porque había sufrido un accidente de tránsito hace dos años. "Perdió un ojo y tenía placas de platino en la cabeza y en la mandíbula", dijo. Por eso, el joven ayudaba a su papá en un aserradero.

Anoche, en la casa de la familia Díaz todo era llanto y dolor. Mientras esperaban el cuerpo de Damián llegaban los vecinos para intentar consolar a los padres, que no hallaban una explicación ante semejante desgracia.

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