"Sólo la memoria del amor no es un juego"

"Sólo la memoria del amor no es un juego"

11 Diciembre 2011
"Creo que no hay género más autobiográfico que la poesía", al decir de Rogelio Ramos Signes que leo apenas ingreso a una respuesta suya: Encuesta de la Poesía para el Tercer Milenio (de Buenos Aires), que le propuso el poeta Piero de Vicari en su página virtual Poemanía. De modo que debería interpretarse que los versos (800) que conforman el libro son momentos y espacios de la vida de este sanjuanino venido al muy distinto paisaje tucumano, en un tiempo congelado: 1976.
Imagino que nos propone un juego: el título nos remite al décimo verso. En cada poema es el último. Todos, los 80, se igualan: diez versos. Un collar de perlas de igual tamaño pero de diferentes materias. ¿Qué autobiografía poética podrá tener todas sus perlas del mismo material? Ninguna. Cada día, cada dolor, cada muestra de ternura que se recibe o se entrega varía con su esencia, su intensidad. La subjetividad testimonial. La singularidad, en suma. "Solo la memoria del amor no es un juego / en la interminable vigilia" (Metátesis). R.S. vuelca llanamente, en prietos poemas, experiencias, momentos, inquietantes definiciones. Y hasta angustias, pero en  serena clave, casi con sordina. "Es que cuando te sientes a un milímetro de la muerte / toda insanía (pero toda toda) te parece posible" (Cuando salga de esta habitación).
Recorro las páginas del libro, en segunda o tercera lectura, seleccionando "el décimo verso" que imagino apto para el juego. Esta casi irreverencia con los poemas de Ramos Signes no tiene otra intención que la de afirmar lo que el propio autor expresa: "la poesía lleva en sí el ineludible peso de ser novedad en el lenguaje"? "en la acepción inesperada de la palabra". "Pero siempre estará obligada a no ser obvia".
Un poeta es "Señor" de todas las obviedades. Y lo es para desnudarlas y mostrarlas en su esencia o en aquella en la que descubre vivencialmente. En sus metáforas, y en toda la construcción autorreferencial de esta nueva entrega del prolífico Ramos Signes. Siguen en fila los décimos versos de las páginas 75/76/77/78/79 para el "juego": Esa otra gramática / que (por simple indecisión) no termina de arder / para hacernos saber las malas nuevas / hasta tocar todos los andenes. / Así funciona la muerte con todas sus ausencias. Sé indulgente, Rogelio, por este atrevimiento. © LA GACETA

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