Todos cabemos en la parte trasera del auto

Todos cabemos en la parte trasera del auto

Mamá, papá, los nenes y las mascotas se multipican en forma de stickers en centenares de vehículos. La identidad familiar se expone

NO FALTO NI LA TORTUGA. El boom de los calcos cunde en Tucumán. / LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO NO FALTO NI LA TORTUGA. El boom de los calcos cunde en Tucumán. / LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
17 Julio 2011
Las madres se niegan a quedar "pegadas" como fregonas con escoba; los padres se resisten a quedar inmortalizados como un señor pelado y panzón; ellas quieren quedar inmortalizadas en jogging o azuzando el celular ; los papás se sueñan en su versión golfista o futbolero de fin semana; el retrato de familia se completa con los hijos (frescos, como todo adolescente) y con las infaltables mascotas (perros, gatos, tortugas, hámsters). En menor medida, en la parte trasera del auto también aparecen los abuelos, completando en sticker (de vinilo mayoritariamente blanco y negro, pero también en colores) el retrato familiar que se multiplica desde hace un par de meses en cientos de automóviles tucumanos. Fernanda (16) y Natalia (ídem) son compañeras de colegio y viven en Yerba Buena: y tanto en el Megane familiar de Fernanda como en el Fiat de Natalia, el auto "canta" cómo está compuesta la familia. "Los veíamos en la playa, en Brasil, nos resultaron simpáticos; y cuando los vimos en Tucumán, mi mamá decidió ponerlos: están también mis dos hermanos varones, el perro y el hámster", enumera Fernanda.

Como dice Natalia, la moda de la "familia a bordo" llegó a Tucumán desde el Brasil. Pero basta recorrer la web para corroborar que la tendencia es mundial (hay "tipos de familia" peruanos, chilenos, franceses, estadounidenses y la lista sigue).

Un show

¿Qué está indicando esta propuesta que en los últimos meses se va expandiendo con furor en Tucumán? Fabiana, psicóloga y propietaria de una empresa de diseño que confecciona y vende los stickers en una galería céntrica ($5 cada figurita en blanco y negro) opina que esa moda está indicando la necesidad de marcar identidad familiar. "Aunque también hay gente que pone las figuritas de la familia que le gustaría tener, y no necesariamente de la que tiene", apuntó.

En la red, la moda de los stickers familiares ya genera chanzas en foros de fierreros. "Cuando Barreda (el odontólogo que mató a su familia) tuvo que sacar los stickers, se le saltó la pintura del auto", escribe un internauta. "Ayer vi el auto de un conocido con el sticker de la familia perfecta. Y no saben las cosas que le hace a la mujer", asevera otro polemista. También se puede leer: "es un aviso para los choros, que así saben cómo está compuesta tu familia".

Pero las ganas de mostrar el retrato de familia (o de enfatizar la identidad familiar) son más fuertes. Sara Soro, diseñadora y propietaria de un local de calcos ubicado en Barrio Norte, da cuenta del boom: "los hacemos en vinilo (en blanco y negro). Vienen los padres con los hijos, en un clima de entusiasmo tremendo: nos piden que les diseñemos figuras jugando rugby, hockey, golf. Esta semana vinieron 11 hermanos con los padres; y pidieron que sumemos el perro y el gato".

Jimena Paz Posse, encargada de un local del shopping de Yerba Buena en el que se venden los stickers en colores, afirma que cada vez que una familia arma su equipo se genera "una suerte de asamblea".

"Empezamos a traerlos en mayo; primero los veías en blanco y negro. Después, en una feria de Diseño, en Buenos Aires, encontré "la familia en colores" ($7 cada uno, a prueba de agua) . Te da muchas posibilidades, porque son más de 110 tipos (figuras). Lo que busques", desafía.

Jimena cuenta que al principio "la gente" no se le animaba a la propuesta. "Ahora vienen a buscarla y se divierten armándola. Primero eran los adolescentes los más entusiastas; últimamente los compran los adultos para regalárselos a otras familias", afirma respecto de este fenómeno, que en Yerba Buena se expande sin pausa (estima que se "arman" unas 12 familias por semana).

Asegura, además, que cuando la familia se para frente al muestrario arranca un show aparte. "Debaten si hay que poner o no a determinado integrante de la familia; y los chicos la ven a la madre como cocinera, y ella se quiere vestida de gimnasia. Y empiezan a negociar", grafica la joven. Los sueños y proyecciones de una familia tipo, sintetizados en la parte trasera del auto.

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