Toretto recargado

Toretto recargado

Dom Toretto y Brian O´Connor están en Río de Janeiro, huyendo de la justicia; allí planean robarle una fortuna a un despiadado zar de las drogas. Al mismo tiempo, deben escapar del agente Hobbs, que trata de encarcelarlos. Todo esto, a bordo de poderosísimos automóviles.

07 Mayo 2011
RAPIDOS Y FURIOSOS 5: SIN CONTROL | Acción - PM13 130´
BUENA

En la década del ´60, las primeras películas de James Bond lograban exactamente lo mismo que provoca en el público esta realización de Justin Lin: entretener y divertir aunque lo que ocurre en la pantalla resulte completamente inverosímil. Es más: parte del encanto de este tipo de filmes reside precisamente en lo absurdo de la mayor parte de las situaciones que se plantean en la pantalla. Es mérito del director, de los guionistas y de los actores lograr que el público acepte la convención y se entregue sin reparos a la narración que se le propone.

En esta oportunidad, los audaces conductores de esos sorprendentes automóviles que ya son una marca de fábrica en esta serie de películas están en Río, tramando el gran golpe que les va a permitir vivir el resto de sus existencias sin problemas; hasta allí llega un agente federal norteamericano que los quiere apresar. La trama no es otra cosa que un pretexto para justificar (levemente) las persecuciones y las carreras por las calles que constituyen la razón de ser de la saga. En este caso, enmarcadas en la sorprendente belleza de los paisajes cariocas.

Los personajes masculinos rivalizan para demostrar quién es el más "duro" o el más ocurrente a la hora de replicar, y las mujeres dejan en claro que tienen tantas agallas como belleza. También resulta divertido conjeturar si las remeras de Vin Diesel y de Dwayne Johnson serán capaces de contener tanto músculo anabolizado sin estallar en pedazos.

El plato fuerte son las escenas de acción; cada una va superando a la anterior en audacia, precisión e imaginación, hasta desembocar en la gran secuencia de la persecución final por las calles de Río: los autos chocan y estallan en número tal que produce la sensación de que ha de haber quedado diezmado el parque automotor brasileño.

Esto es entretenimiento y diversión en estado puro. No hay que buscar nada más; y hay que reconocer que, a lo largo de más de dos horas, la película logra acabadamente su objetivo.

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