El tiempo de la acción

El tiempo de la acción

El avance del calendario electoral apresura la gestación de acuerdos para agosto. La legisladora Avila discrepó con el gobernador por la ubicación de barrios de San Felipe. Cano sale al ruedo, con indefiniciones en el armado.

Acaba el paréntesis de Semana Santa y el tiempo para las excusas empieza a agotarse. El calendario electoral avanza inexorablemente y obliga a producir definiciones. La política reconoce dos campos bien delimitados: el oficialismo y la oposición. Esta exhibe un perfil heterogéneo y desarrolla muy pocas acciones concretas para sobresalir con nitidez en el tablero.

En Tucumán, una parte del espectro opositor corre el riesgo de empantanarse con las idas y vueltas de las demandas que impugnan judicialmente, entre otras cosas, la constitucionalidad de la re-reelección de José Alperovich y la presente integración de la Junta Electoral Provincial (JEP). En verdad, esta actúa como un órgano satélite de la Casa de Gobierno -dos de sus tres integrantes vienen del corazón alperovichista-. Teóricamente, debiera controlar la pureza del proceso comicial, pero que está sospechada de parcialidad.

A todo esto, la implementación del voto electrónico se difirió para el tiempo de las calendas griegas. Quién sabe si en 2015 se lo aplicará, según las últimas promesas oficiales. El voto electrónico no le impide al oficialismo ganar las elecciones provinciales. Para botón de muestra vale el caso de Salta, donde fue reelecto el peronista Juan Manuel Urtubey. Lo que sus contendientes no supieron o no pudieron construir desde la política, el dispositivo artificial no sirvió como salvavidas.

En Tucumán, acaso, el oficialismo teme más a que con ese sistema se diluya el efecto de los fiscales de mesa (que se pasan de golpe al bando más poderoso el mismo día de la elección) que a perder el Gobierno. No se quiere salir del esquema vigente, debido a que les proporciona muchas ventajas a los arquitectos del poder.

La especulación por la puesta en marcha del voto electrónico cede terreno ante la dinámica de la política. Si los antialperovichistas se cruzan de brazos y esperan salir airosos del embudo en que deviene la Corte Suprema de Justicia, pecan de ingenuos.

Al llano

Las debilidades de los adversarios no disimularon las tensiones internas en el paisaje gubernamental. Cuando José Alperovich inventó el sistema de acoples, creía que resolvía los enfrentamientos entre sus funcionarios y sus adherentes. Pues bien, los potenció, sobre todo en San Miguel de Tucumán. Es más fácil hacer política en la capital porque se necesitan menos recursos que en el Oeste y en el Este, observa un dirigente experimentado.

Se desató una guerra territorial que sumió en la intranquilidad al Gobierno. Hasta el más mínimo intento de reordenar límites alimentó los recelos en el ultrasensibilizado bloque oficialista. El proyecto de ley que ubica cuatro barrios de San Felipe (departamento Lules) en la capital levantó una polvareda, que obligó a Alperovich a bajar al llano. En época electoral no se debe hacer ningún cambio. No se pueden modificar las reglas de juego: es decir, que un votante vaya de un lugar a otro, sentenció.

La legisladora Beatriz Avila, autora del proyecto, ventiló su disenso en forma pública, algo impensado hasta hace un tiempo. No se modifica ninguna regla, los vecinos sólo quieren mejores servicios, aseveró. La mayoría de ellos ya vota en la capital, arguyó la legisladora. Se equivoca el gobernador en ese sentido, pontificó Avila. Las objeciones proceden mayoritariamente del oficialismo y sus portavoces hacen hincapié en que Avila y su esposo, el diputado nacional Germán Alfaro, están asociados al intendente Domingo Amaya.

La anécdota es indicativa de la atmósfera que envuelve a la coalición oficialista. Después de Pascua, puede volver el recalentamiento político. La restricción de los acoples protegidos por el Ejecutivo a tan sólo 12, suscita tensiones entre sus promotores, mientras circulan rumores de cortes de boleta en el cuerpo del gobernador y vice en la capital. Se trata, por cierto, de maniobras de apriete, pero que blanquean descontentos. Desconfían de la promesa de cobertura en cargos oficiales tras los comicios. Osvaldo Jaldo y Sergio Mansilla son los jefazos de las listas oficiales en el Este y en el Oeste. Sin romper el cerco oficial, el ministro Edmundo Jiménez abrió una brecha, con postulantes propios.

Mayo definitorio

No desencandenará la ola de reacciones del legendario Mayo Francés del 68, pero si acomodará a algunos y satisfará a otros. Hasta el 9 del mes próximo se anotarán las alianzas que competirán contra Alperovich, que arrancó muy temprano con candidato a vicegobernador cantado: Juan Luis Manzur.

La convención de la UCR consagró al senador José Cano para la cabeza de la fórmula, que carece de vicegobernador. El diputado Juan Casañas era pieza segura en el número dos del binomio hasta fines de 2010, pero ahora la segunda plaza sigue sin cubrirse, porque es materia de tratativas con eventuales aliados.

En 2011, el ruralismo bifurcó sus preferencias políticas, ante el declive de la oposición. La Casa de Gobierno es un imán que atrae y abre puertas en los despachos de la Casa Rosada. Si bien las compensaciones a la soja forman parte de las deudas pendientes, las posibilidades de conseguir ventajas en otras ramas productivas son concretas. A la vez, la esposa de un encumbrado jerarca ruralista es candidata a concejala por un acople con el intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, y el ex ministro José Manuel Paz a la intendencia de Tafí del Valle, con la venia de Alperovich. Paz se fue del Poder Ejecutivo cuando la protesta contra la resolución 125 sublevó a los sojeros contra el kirchnerismo. La diversidad de destinos políticos explica la pérdida de preeminencia relativa de los dirigentes rurales en la consideración de los aliancistas.

Cano entra al ruedo con una posición más sólida que Mario Marigliano en 2003, cuando la UCR estaba en peligro de extinción. El senador radical acepta que está en desventaja con Alperovich, quien es el actor central y excluyente de la campaña gubernamental.

En la UCR se descartaron las elecciones internas, porque le abren rendijas para que Alperovich intervenga en favor de que puedan ser amables en el futuro. Al mismo tiempo, se reconoció la validez del Acuerdo Cívico y Social, pero no se clausuró la negociación con otras fuerzas políticas. Sin embargo, se blindará el entendimiento contra los avatares de la política nacional. Los desacuerdos en la puja por la presidencia de la Nación no debe perturbar los armados domésticos. ¿Por qué un radical debe ceder una postulación legislativa a uno que viene de otro partido aliado?, se preguntan cerca de Cano. Deben someterse a una elección interna cerrada de la alianza, sentencia Cano. La inclusión de peronistas es una incógnita que permanece abierta. El tiempo apremia.

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