"Alperovich sabe que no puede pedirme nada raro", dijo Estofán

Ayer, apenas fue elegido presidente de la Corte Suprema de Justicia para el período 2009-2011, Antonio Estofán precisó el perfil que pretende dar a su gestión. Anticipó que será "a puertas abiertas" y que mantendrá fluidas relaciones con los otros poderes del estado. "La interrelación es fundamental, porque no concibo el aislamiento total de la Justicia. Eso no significa intromisión ni permitir la intromisión de otros", aseguró.
Estofán, que asumirá el próximo martes, se impuso en primera vuelta. Antonio Gandur, que aspiraba a ser reelegido, sufragó por René Goane y este por aquél. Luego lo hizo Alberto Brito, que postuló a Estofán, quien seguidamente se votó a sí mismo, mientras que Claudia Sbdar le dio el tercer aval, decisivo, que necesitaba.
Desde 1991, en la disputa por la presidencia de la Corte, Estofán es el primer vocal en votarse a sí mismo en una primera ronda (en 2007, Alfredo Dato lo había hecho en segunda vuelta) y no ve nada de malo en ello. "Sufragué por mí, porque era postulante. Quería ser presidente y me preparé dos años para serlo. Lo menos que podía hacer era confiar en mí. Cualquier candidato, incluso en la arena política, vota por sí mismo. Es lo razonable y no está reñido con ninguna norma", argumentó.
Como consecuencia del recambio que hubo, Estofán presidirá las dos salas en que se divide la Corte:  la Civil y Penal seguirán con la misma integración (Brito y Sbdar), mientras que Goane y Gandur conformarán la Contencioso Administrativo y Laboral. Goane continuará como vocal decano y, por ende, sustituirá a Estofán cuando este no pueda ejercer sus funciones. 
Función social
Durante la entrevista con LA GACETA, mientras el teléfono celular no paraba de sonarle como consecuencia de quienes lo llamaban para saludarlo, Estofán volvió a reivindicar su amistad con el titular del Poder Ejecutivo, José Alperovich, y aclaró que eso no afectará en nada la independencia de la Justicia. "Tengo una vocación de servicio infernal. De alguna manera, el gobernador ha descubierto esa vocación que yo desarrollaba dentro del ejercicio profesional. La Fiscalía de Estado, cuando la encabecé, ha sido prácticamente una oficina social, que entregaba zapatillas, guardapolvos y audífonos, amén del trabajo que hicimos en los barrios marginales, para conseguirle terrenos a la gente. Y aquí, cuando no es algo jurisdiccional, trato de buscarle soluciones a toda la población judicial", esgrimió.

-Su llegada a la presidencia de la Corte, a raíz de su amistad con Alperovich, ¿no es un óbice para la independencia judicial? 
-Para nada. En las causas, esa circunstancia me inhibe o hace que me recusen. Yo firmé sentencias contra la Provincia, aunque me excuso mucho, porque hay numerosos pleitos de la Fiscalía de Estado en los que intervine personalmente. Además, el gobernador jamás me ha preguntado ni me ha pedido nada. Son valores entendidos entre nosotros: sabe que no me puede pedir nada raro.

-Ud. presidirá la Junta Electoral y en 2011 habrá comicios...
-Si hubiera algún planteo personal contra el gobernador, me excusaré y, si no, me recusarán. No tengo dudas: la mejor garantía que le puedo dar al gobernador, que es mi amigo, es hacer bien las cosas.

-¿Sigue pensando que, hasta que el Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) concluya con los concursos para la selección de los futuros jueces, será necesario algún mecanismo que permita la designación de jueces subrogantes? 
-Eso sería muy conveniente. En un órgano, como el CAM, integrado por diferentes estamentos, en primer lugar, será muy difícil contar el reglamento, que será la columna vertebral del CAM. Luego seguirán las designaciones de los tribunales evaluadores (de las pruebas de oposiciones), que serán recusables, porque no se puede coartar el derecho de defensa. Recién, entonces, vendrán los concursos, en los que también habrá cuestionamientos. Yo veo que esto va para largo.

-¿Pero la subrogancias serán resueltas en la órbita del CAM?  
-No creo que eso sea posible con la normativa vigente. Hace falta una norma, que habilite al CAM o a la Corte Suprema.

¿Ud. es partidario de que la Corte designe a esos subrogantes? 
-No soy partidario de nada. No me gusta meterme en la parte legislativa, porque, si bien debemos tener muy buenas relaciones con los otros dos poderes, hay que cuidar el cerco de cada uno. La República significa eso. Creo que sí será necesario o muy útil una ley de subrogancias. Hay una (por la Nº 8.136, que permitía que los poderes políticos designaran subrogantes discrecionalmente), que está vigente pero cuestionada judicialmente (bloqueada por una medida cautelar). Entonces, cualquier otra debería modificarla y hacerla caer, y con ella todos los pleitos que hay respecto de la Ley 8.136.