Las heladas potencian la situación de crisis

Las heladas potencian la situación de crisis

Los efectos del incidente climático se pueden observar en estos momentos en los distintos cultivos, y recuerdan las promesas incumplidas por parte del Estado cuando ocurrieron las severas heladas del año pasado. Por Gustavo Frías Silva - Sección Rural.

31 Julio 2009
El campo tucumano, y por ende el productor, fue nuevamente afectado por las condiciones climáticas adversas que empeoran aún más el destino incierto de algunas actividades productivas locales. Las heladas dijeron presente desde la madrugada del 23 de julio pasado y se dieron hasta la mañana del miércoles pasado en diversas zonas de la llanura tucumana.
Los efectos de las heladas ya son palpables y puede observarse a simple vista durante el recorrido por las rutas de la provincia.
"Las campañas 2008-2009 referida a la triguera actual; a la casi finalizada actividad citrícola; a la frutihorticultura y la golpeada industria azucarera de este año, no será olvidada fácilmente por todos los vaivenes que pasaron respecto de las condiciones climáticas que afrontaron y a las desavenencias políticas a la que estuvieron expuestas" afirmaron representantes de distintos ámbitos de productores tucumamos.
El frío se hizo presente este año y afectó muchas actividades en diferente grado, según el estado fonológico, la intensidad y la duración de las bajas temperaturas a la que estuvieron expuestos los cultivos.
Hoy pueden verse sus efectos directos de daños en cultivos hortícolas en general. Los productos más afectados fueron los zapallitos de tronco, los tomates, los pimientos y la papa para consumo, que muestra en sus plantas los daños en sus hojas totalmente ennegrecidas y deterioradas.
El arándano que estaba comenzando su proceso de floración y cuaje de frutos sintieron también los efectos de las bajas temperaturas en la provincia, pero no al grado de los daños ocurrido el año pasado, dado que este fenómeno se presentó a 45 días antes de aquel 6 de septiembre de 2008.
La frutilla también sufrió el embate del fenómeno climático, y fue afectada en plena floración. En los cultivos que no fueron protegidos adecuadamente con las mantas anteladas se dañaron los frutos a ser cosechados.
Los trigos adelantados que ya estaban en proceso de floración terminaron muy estropeados por las heladas. Esta circunstancia le sumó más dramatismo a la situación que viene marcando la falta de agua en los suelos en la actual campaña triguera.
Los efectos en los cañaverales y en las plantaciones cítricas todavía son evaluadas, ya que los daños tardan más tiempo en manifestarse en los órganos afectados por el evento climático. Sobre todo en los tallos y el cuaje y en frutos desarrollados.
Los daños directos en las hojas en caña de azúcar y en los brotes tiernos de las plantas limoneras son los que dan un cierto grado de certeza, que los daños fueron bastantes severos. Indudablemente este incidente climático afecta económica y espiritualmente a numerosos sectores productivos, por lo que ahora se deben instrumentar ciertas herramientas para morigerar en parte los efectos.
El Estado provincial y los organismos intermedios deben generar estrategias para salir adelante de esta difícil coyuntura y no quedarse solo en palabras, sino demostrar con hechos lo que realmente se puede y se está haciendo.

Sin crédito
La helada del año pasado dejó sus huellas en el campo tucumano y nada se hizo de lo  que se había prometido entonces desde el Gobierno para el sector. Todavía muchos productores no disponen de créditos accesibles para enfrentar inversiones que ayuden a mitigar y a prevenir los efectos de las bajas temperaturas.
La presión impositiva y los impuestos distorsivos siguen su cauce como si nada hubiera pasado, y actualmente la situación del campo tucumano y nacional viven momentos de incertidumbre sin saber hacia donde vamos.
Algunas cosas se hacen bien, como la coordinación de envíos y la distinción de calidades en la comercialización citrícola, y se buscan acuerdos para desarrollar una zafra azucarera estable en cuanto a precios y a volúmenes destinados al mercado interno y externo.
Todo lo que hoy sucede en la actividad agrícola y ganadera deben servir para algo positivo, procurando enfriar la cabeza y actuar tranquilamente, buscando el consenso permanente.
El espíritu del hombre de campo está golpeado, pero a este tipo de situación se enfrentó muchas veces. De manera que no es un escenario nuevo a la hora de emprender el rumbo de seguir adelante y para pensar en el futuro y mirando solo el pasado para sacar ejemplos positivos.

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