17 Mayo 2008
PASEO. Harrison Ford junto a una amiga, camina por la playa en la Riviera.
CANNES.- Las grandes historias no precisan de lugares remotos ni viajes extraordinarios. A veces, las cuatro paredes de un hogar pueden encerrar una galaxia de mundos desconcertantes, como ocurre en "Un conte de Noel", el drama del francés Arnaud Desplechin, que parte como la gran esperanza de que la Palma de Oro se quede en casa.
La última vez que Francia se quedó con el premio mayor del festival fue hace 21 años, con "Sous le Soleil de Satan", 1987. Por eso, la prensa especializada local tiene depositadas sus esperanzas en que este año sea diferente con la película presentada ayer en el concurso. El filme cuenta la vida de una familia aparentemente normal que libera sus fantasmas durante unas Navidades.
La tormenta liberadora, similar a la tromba de agua que ayer empapó la alfombra roja de Cannes, se desata a raíz de una extraña enfermedad de la madre (Catherine Deneuve) en la que sólo le puede ayudar el hijo (Mathieu Almaric) que ha sido repudiado por su hermana (Emile Berling).
Con referencia al teatro de Shakespeare, una ecléctica mezcla musical, fiel eco de la fusión de sonidos que actualmente se gestan en Francia, y una estructura narrativa que trata de explorar nuevas vías, Desplechin, admirado por los cinéfilos más radicales, aborda las relaciones entre padres e hijos. Tal vez se trate de un punto de partida clásico, pero la novedad reside en cómo lo tantea y explora, tanto en el fondo como en la forma. "Intento ser un actor entre otros actores", dijo Desplechin al explicar su trabajo. Este largometraje coral, el primero de las tres apuestas francesas en el certamen, cuenta también con la participación de la hija de Deneuve, Chiara Mastroianni, que lleva el apellido del padre escrito en el rostro. Deneuve, para quien el paso de los años sólo se nota en una cada vez más notable aura de diva, es una de las pocas actrices de su generación que sigue viniendo a Cannes cada año, y no sólo para rellenar la alfombra roja, sino con trabajos.
La segunda película presentada a concurso, la turca "UÁ Maymun" ("Tres monos"), de Nuri Bilge Ceylan, también se desarrolla dentro del ámbito familiar. El pequeño departamento a las afueras de Estambul donde vive la familia supone un infierno para un joven que no sabe qué hacer con su vida y un matrimonio que apenas consigue comunicarse. (DPA)
La última vez que Francia se quedó con el premio mayor del festival fue hace 21 años, con "Sous le Soleil de Satan", 1987. Por eso, la prensa especializada local tiene depositadas sus esperanzas en que este año sea diferente con la película presentada ayer en el concurso. El filme cuenta la vida de una familia aparentemente normal que libera sus fantasmas durante unas Navidades.
La tormenta liberadora, similar a la tromba de agua que ayer empapó la alfombra roja de Cannes, se desata a raíz de una extraña enfermedad de la madre (Catherine Deneuve) en la que sólo le puede ayudar el hijo (Mathieu Almaric) que ha sido repudiado por su hermana (Emile Berling).
Con referencia al teatro de Shakespeare, una ecléctica mezcla musical, fiel eco de la fusión de sonidos que actualmente se gestan en Francia, y una estructura narrativa que trata de explorar nuevas vías, Desplechin, admirado por los cinéfilos más radicales, aborda las relaciones entre padres e hijos. Tal vez se trate de un punto de partida clásico, pero la novedad reside en cómo lo tantea y explora, tanto en el fondo como en la forma. "Intento ser un actor entre otros actores", dijo Desplechin al explicar su trabajo. Este largometraje coral, el primero de las tres apuestas francesas en el certamen, cuenta también con la participación de la hija de Deneuve, Chiara Mastroianni, que lleva el apellido del padre escrito en el rostro. Deneuve, para quien el paso de los años sólo se nota en una cada vez más notable aura de diva, es una de las pocas actrices de su generación que sigue viniendo a Cannes cada año, y no sólo para rellenar la alfombra roja, sino con trabajos.
La segunda película presentada a concurso, la turca "UÁ Maymun" ("Tres monos"), de Nuri Bilge Ceylan, también se desarrolla dentro del ámbito familiar. El pequeño departamento a las afueras de Estambul donde vive la familia supone un infierno para un joven que no sabe qué hacer con su vida y un matrimonio que apenas consigue comunicarse. (DPA)
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