El pensamiento crítico despierta el interés por el conocimiento y la creatividad

El pensamiento crítico despierta el interés por el conocimiento y la creatividad

La arquitecta y psicóloga María Blanca Nuri dijo que la gente con pobreza extrema en el lenguaje y en el pensamiento es incapaz para movilizar cambios en la sociedad.

24 Febrero 2008
“Es importante desarrollar la capacidad de pensar y tener quien  nos sostenga al momento de dar los primeros pasos, para después volar, y sostener a otros en sus primeros vuelos”, afirmó la arquitecta y psicóloga María Blanca Nuri, que recuerda especialmente entre quienes fueron sus profesores al arquitecto Alberto Nicolini.
“Con entusiasmo, él me enseñó a leer la relación entre lo que los hombres hacen y su concepción del mundo. También recuerdo al doctor Roberto Rojo, que despliega el pensamiento con maestría de filósofo, y a muchos otros que ejercitaron ante mí un pensamiento crítico, con matices, con rigor, con creatividad y en algunos casos con humor -dijo-, y a los que, desde su escritura contribuyeron al fortalecimiento de mi subjetividad y mi propia inclusión social”. Entre estos últimos destacó a Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, y al filósofo Friederich Nietzsche.
Nuri sostiene que la tarea fundamental del docente es propiciar el pensamiento. Para ello, es necesario desarrollar la palabra y una ética basada en la libertad.
“Capacidad de pensar y riqueza del lenguaje son solidarios entre sí, o sea que la precariedad en el lenguaje limita las posibilidades de un pensamiento, que básicamente debe ser crítico y de ser así  siempre resulta liberador para las personas y para la sociedad”, agregó.
Al respecto, mencionó a Octavio Paz, que en su libro “Pasión Crítica” dice: “Nada hay sagrado o intocable salvo la libertad de pensar… Sin crítica, sin experimentación, no hay ciencia, no hay arte,...no hay una sociedad sana”.
La experta señaló que los ciudadanos que tienen pobreza extrema en el lenguaje y en el pensamiento no pueden asumir la conducción de sus propias vidas y ven limitadas las posibilidades de trazar estrategias de acción para producir cambios.
“No podemos desestimar los datos que se observan: mayor proporción de analfabetismo entre jóvenes con causa penal, entre madres de niños desnutridos, entre los que están por debajo de la línea de pobreza, por citar algunos ejemplos”, explicó.
En este sentido, considera que la indigencia material está en correlación directa con la indigencia simbólica y, por lo tanto, la indigencia de pensamiento.
“Si el docente es motor de un pensamiento crítico que despierta el interés por el conocimiento, la creatividad, el análisis, la pregunta, el debate, la argumentación, respeta la diversidad y relaciona los efectos de las ideas con la acción, contribuirá a la formación de personas responsables de su propia vida, a la vez que ciudadanos protagonistas de su cultura”, advirtió.


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