"Tenemos un humor de tipo agresivo"

Desde su espacio en LA GACETA con "Tucuñus" y su viñeta diaria o, desde la televisión local, con sus recurrentes monólogos, Alberto Calliera arrancó a miles de tucumanos más que una sonrisa. Y todo este humor tendrá su espacio en Buenos Aires en una charla, junto a Bernardo Erlich, con el auspicio del Fondo de las Letras.
Los humoristas disertarán hoy, a las 19, en la casa de la escritora Victoria Ocampo , sobre la importancia del humor tucumano en los medios de comunicación. "Considero que las viñetas deben ser un espacio de opinión en donde se debe reflejar los problemas actuales que se viven en la provincia. Es como una columna de opinión", afirma Calliera, en una charla en la que sobraron reflexiones y cuentos que reflejan la realidad social.

Representación
Según el humorista, lo más difícil de su trabajo es encontrar la forma de representar la realidad de una manera divertida y sin herir sensibilidades. "Un ejemplo de esto se dio en la época de (Carlos) Menem. Tenía que hablar sobre las privatizaciones. Entonces hice un dibujo de la estatua de San Martín, que leía un diario que estaba en sus pies, en donde anunciaba el paso de una empresa nacional a manos españolas. El prócer argentino lamentaba el gran esfuerzo en las sangrientas luchas por la independencia", comenta Calliera.
"En nuestra provincia, los políticos se acostumbraron a vivir con el humor crítico; sin embargo, esto no quiere decir que les guste, pero lo aceptan. Los tucumanos tenemos un humor de tipo agresivo que se refleja en los apodos, algo que queda para siempre en la mente de las personas", dice. Calliera remarca que hay ciertos temas en los que el humorista debe tener cuidado, como la prostitución infantil o lo religioso. "Se deben respetar los valores en la crítica social que se refleja desde las viñetas", dice.