Líneas curvas y asimetrías, formas redondeadas, delicadas y gráciles figuras femeninas, así como la representación de elementos de la naturaleza y de animales; y la ornamentación, sobre todo, ostentosa.

El llamado modernismo es un movimiento artístico, arquitectónico y literario que se expresó desde fines del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX. Si puede nombrarse con un apellido, ese es Gaudí (Antonio) y si deseamos pensar en una obra, no puede ser otra que la basílica de la Sagrada Familia, aún inconclusa, de Barcelona.

El modernismo se denominó en Francia y en otros países de América Latina Art Nouveau, y se manifestó en las inconfundibles estaciones del metro de París.

EX CASA SUCAR. Otro exponente del modernismo, en Salta al 500, donde funciona actualmente la Casa Museo de la Ciudad.

Pero lo poco conocido es que en la arquitectura de Tucumán no son pocas las fachadas que responden a ese estilo. Y que la provincia está incorporada desde 2018 a la Ruta Nacional de Art Nouveau que se inicia en la confitería El Molino (en Plaza Congreso, Buenos Aires) y recorre seis ciudades. Según la asociación que nuclea a los estudiosos, hay un edificio emblemático en esta ciudad y es la misma Casa de Gobierno, lo que se difundió en 2017. En rigor, debe aclararse que se trata de una construcción ecléctica.

Cuando una delegación de esa asociación visitó la provincia, en 2017, identificó 50 edificios con estas características, pero algunos de los cuales ya sufrieron el rigor de la aplicación de la piqueta.

El ubicado en Alberdi 150 (ex sede del municipio, ex Escuela de Bellas Artes) se inscribió como tal en 2017. Lamentablemente, cuando hace poco LA GACETA recorrió el lugar vio que funciona allí una playa de estacionamiento; nada queda de la casa ni de sus atractivas y coloridas mamparas.

Espacios

Sobre las calles Santiago del Estero y Congreso, y avenida Salta son numerosas estas construcciones. En esta última, al 500 se encuentra la Casa Sucar, hoy sede del Museo de la Ciudad. Y al 300, en las alturas, el frontispicio del Círculo de Odontólogos. También sucede por Virgen de la Merced, Las Heras y Congreso.

Cuando la Asociación de Art Nouveau de Buenos Aires (Aanba) detecta estos espacios es necesario precisar que, en algunos casos, se trata de un balcón, la mampostería o una puerta; capiteles y verjas, ventanas.

VERJAS Y PORTONES. Los detalles del art nouveau están presentes en varios espacios arquitectónicos de nuestra provincia.

Un período

El art nouveau se desarrolló en un período de expansión de la burguesía y la aristocracia, cuando se consolidó el imperio austrohúngaro y concluyó la guerra franco prusiana.

Es lo que la sociedad llamó Belle Époque, cuando esas naciones industrializadas europeas desarrollaron una política de expansión colonial, sobre todo en Asia y África, y se globalizó la cultura liberal y burguesa y el capitalismo como modelo económico. Esta expansión también llegó al país en el arte y la arquitectura, principalmente.

Como se indicó líneas arriba hay una evidente inspiración en la naturaleza: vegetales y formas orgánicas se entrelazan con el motivo central; todo es más sensual, buscando complacer los sentidos. Es así que flores, hojas, tallos retorcidos, insectos o cabellos femeninos rellenan todo el espacio

Incluso hay un Día Mundial del Modernismo, conmemoración que se estableció en 2013, en homenaje a Antonio Gaudí, que falleció el 10 de junio de 1926, y de Ödön Lechner, que murió en la misma fecha de 1914.

Parte de los estilos europeos llegaron al país y a Tucumán en la primera década del siglo pasado. En 1908 el gobernador de la provincia Juan Luis Nougués encargó la construcción de la sede administrativa al ingeniero porteño Domingo Selva. Y en 1912, quedó inaugurada. En junio de 2017 fue incorporado a la Ruta Argentina del Art Nouveau, una iniciativa de la Asociación de Art Nouveau. Cuando Juan Manzur recibió la distinción estaba preocupado por el proyecto, trunco, de César Pelli.

En el centro

El espacio central del Palacio Gubernamental concentra las principales características del modernismo. Desde abajo ya se advierte en las escaleras de acceso, por ejemplo, en los jarrones que no pasan inadvertidos. Si se observa con atención, se puede ver que cuando miramos arriba, descubrimos un paisaje urbano poco conocido.

Y, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno las molduras barrocas y las representaciones del techo captan la atención del público. Se trata de pinturas en tela que fueron aplicadas en el techo. Y los historiadores consignan que representan la lucha de la independencia.

Pero, en la superficie, en las cuatro esquinas del salón hay cuatro floreros pintados con fuertes colores: son cabezas de dragones. A la par, detrás de una de las puertas espejadas, se encontraba el salón comedor; pequeño y austero, exhibía numerosas piezas de platería.

En el exterior se hace presente la ornamentación de las escuelas vienesa e italiana.

ARAÑAS Y PINTURAS. La decoración en las alturas del Salón Blanco de la Casa de Gobierno cuenta algunas historias sobre la independencia.

Paneles

Los paneles pintados sobre telas pegadas en el techo eran 16. Tres representan la Fe conduciendo al pueblo argentino, entre cardos y espinas, emblema de las dificultades. Otros tres representaban a la Victoria, coronada de laureles, todos ellos en figuras al desnudo y ecuestres.

Como uno de los referentes del modernismo se observaron las enormes arañas que cuelgan desde el techo y las pinturas del artista español Julio Vila y Prades, que era discípulo de Joaquín Sorolla.