Solamente en un sistema de gobierno en el que las normas vigentes (leyes y ordenanzas, y por supuesto las constituciones, nacional y provincial) tienen relativa validez pueden ser realidad las excepciones a tales normas. En el caso de las excepciones solicitadas por el Gobierno de la Provincia para ejecutar una serie de torres de varios pisos y sin cocheras en los terrenos del fondo del edificio histórico del Registro Civil en nuestra ciudad (de calle 24 de Septiembre al 800) se está ante una gravísima medida que cuenta con dictamen favorable y sometido al Concejo Deliberante para que conceda la excepción a la Ordenanza 2.648 que prohíbe a toda la ciudadanía construir en el “centro de manzana” y en caso de hacer “torres” en lugar permitido en el caótico centro de la ciudad obliga, además, a construir cocheras. Es de suponer cómo se verá afectado el sistema de oxigenación de los “centros de manzana” y como se endiablará el tránsito de vehículos densificando el sistema aún más. Si bien la Comisión de Patrimonio Cultural de Tucumán pidió (casi ingenuamente) que se construya en el fondo “lo más alejado posible del edificio con protección cultural” (El del antiguo Registro Civil) estaba poniendo de manifiesto que ni sabía o ni le importaban las prohibiciones de la Ordenanza 2648 sobre el Código de Planeamiento Urbano. Un caso emblemático de excepciones: En año 2011 a comienzos, un supermercado solicita que se le permita “por vía de excepción” construir un local de 700 metros cuadrados, en el “sector histórico” (calle 25 de Mayo al 600, vereda oeste). El proyecto de ordenanza aprobada (En ¡24 horas!) fue enviado a la Intendencia. El titular Amaya la vetó. Vuelto al Concejo Deliberante se aprobó por la vigencia del número de votos propios del oficialismo. Y se dictó la Ordenanza de excepción. Con una modificación al pedido original de 700 metros. Lo fue por 900 metros cuadrados. Un amigo concejal, ante una denuncia pública que hice en este medio, me llamó y me dijo que era justa la observación pero que “lo había pedido José”. Las trampas de la tramitación: el pedido del supermercado estaba suscripto por un “apoderado” legal que nunca presentó poder a pesar de que en su nota manifestaba esa cualidad de apoderado de la empresa solicitante. La otra trampa es que si por escrito se pidió 700 metros cuadrados se autorizaron por la ordenanza de excepción 900 metros.
Carlos Duguech
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