Tucumán. Peatonal Mendoza. Es mediodía y transeúntes se alejan con su sombra al paso. Una vez, el compositor salteño, Luis Espinoza, escribió la "Vidala para mi sombra". Lo hizo a sus 27 años de edad, escrita en noches de peñas, vinos, bombos y guitarras. Las estrofas se popularizaron hasta la actualidad, y aún se las puedes escuchar en canciones reversionadas por los nuevos valores de la música popular.

Espinosa murió en soledad entre tenues luces y sombras de los pasillos del hospital neuropsiquiátrico Christofredo Jacob. Pero nunca es tarde para recordar sus palabras: "Y tal vez deseas quedarte y no me quieras seguir, pero, a quién has de arrimarte... ¡Me tienes tan solo a mí! Achatadita y callada donde podrás encontrar una sombra compañera que sufra igual".

"Sombrita cuidame mucho, lo que tengas que dejar cuando me moje hasta adentro la oscuridad", describe su relación poética con la muerte...".