“Ya era la cuarta vez que me robaba, llegué a mi casa y vi que estaba el portón abierto y que me habían sacado todo. Los vecinos me dijeron que fue él. Yo iba a hacer la denuncia por robo, pero en el camino me encontré con él y me empezó a insultar. Forcejeamos y terminó pasando eso”, declaró ayer Karen Stefanía “Huevuda” Paz (27 años), una de las acusadas del crimen de Juan Leonel Ibáñez, de 18 años, que fue asesinado el 16 de octubre en Villa 9 de Julio.

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Martina Florencia “Gallina” Ledesma (23 años), la segunda acusada, negó haberle entregado el arma a Paz y dijo que “no tenía idea de que eso iba a pasar”.

En la primera jornada del juicio, iniciado ayer, también declararon frente al tribunal, integrado por los jueces Elizabeth Raddi, Isabel de los Ángeles Méndez y Matías Graña, la madre y hermanos de la víctima, personal del ECIF, de la división policial de Homicidios y el primer efectivo que tomó intervención en el caso.

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Según la acusación realizada por la Fiscalía de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, Ibáñez se encontraba con algunos amigos en Benjamín Villafañe al 1.000 (intersección con las vías férreas), en Villa 9 de Julio, cuando aproximadamente a las 19.30 llegaron al lugar Paz y Ledesma a bordo de una moto tipo enduro conducida por esta última. En ese momento, “Gallina” le entregó un cuchillo a “Huevuda”, diciéndole: “asegurá la bocha”. Paz se bajó del rodado, se aproximó a la víctima, sacó de entre sus ropas un cuchillo tipo sierrita y le asestó tres puñaladas: una en el pecho, otra en el cuello y la tercera en la región dorsal de la espalda, produciéndole lesiones que lo llevaron a la muerte. “Huevuda” salió corriendo, fue hasta el rodado donde la esperaba “Gallina” y juntas se dieron a la fuga.

Embarazadas

Una particularidad del caso es que ambas imputadas se encontraban atravesando un embarazo cuando fue el crimen. Por este motivo, y por tener a su cuidado a sus hijos menores de edad, estas mujeres, en lugar de ser detenidas con prisión preventiva común, estuvieron durante el proceso con arresto domiciliario.

En los alegatos de apertura, el auxiliar fiscal Miguel Fernández sostuvo que el crimen fue algo planificado. “Hubo un acuerdo previo, no fue una decisión espontánea que llegaran ese día y rápidamente decidieran acabar con la vida de Leonel”. Acto seguido acusó a “Huevuda” y a “Gallina” de ser coautoras del delito de homicidio simple y anticipó que solicitará la pena de 15 años de prisión para cada una.

Por su parte, la abogada querellante, Romina Campero, no coincidió con la Fiscalía en cuanto a la calificación legal y pidió que ambas fueran acusadas como coautoras del delito de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria y que, como tal, sean condenadas a prisión perpetua.

Por último, la defensa, representada por el abogado Álvaro Zelarayán, adelantó que solicitará la absolución de Ledesma y la pena mínima (ocho años) para Paz.

La primera en declarar fue María Mercedes Alfaro, la madre de Ibáñez, que además de describir los momentos previos del crimen, manifestó ser testigo presencial del asesinato de su hijo. En su relato contó que esa tarde estaba junto a su mamá y algunos de sus hijos festejando el día de la madre cuando escuchó que una mujer estaba en la puerta de su casa gritando “Lo voy a matar a Leo”. Preocupada por su hijo, María salió a buscarlo por el vecindario hasta que lo encontró en la calle Benjamín Villafañe al 1.000 junto con otros jóvenes. “Cuando me disponía a ir hacia él veo que una chica pasa corriendo. Al comienzo me descoloqué, porque no había reconocido que era la misma mujer que había estado minutos antes en mi casa. Ahí vi que agarró a mi hijo del cuello y le empezó a pegar, yo pensaba que eran golpes de puño, no que lo estaba apuñalando. Cuando lo soltó, mi hijo cayó hacia atrás, y ella se fue del lugar. Cuando llegué a donde estaba vi que Leo estaba amarillo y que tenía un agujero debajo de la tetilla y otro en el cuello”, dijo la madre de la víctima.

Alfaro, junto a otro de sus hijos y un vecino, llevaron rápidamente a Leonel al Centro de Salud donde recibió una intervención quirúrgica, pero no pudieron estabilizarlo: luego de sufrir tres paros cardíacos perdió la vida. Además, la madre denunció que las imputadas no solo no cumplieron con el arresto domiciliario, sino que también la amenazaron. “Me dijeron que si no aceptaba un juicio abreviado me matarían a otro hijo”. Sofía Ibáñez, Maximiliano y María del Milagro Alfaro, hermanos de la víctima, reforzaron el testimonio de su madre y reconocieron que su hermano padecía una adicción a las drogas. “Mi hermano se fue a Salta a rehabilitar y cuando volvió a casa recayó en las drogas porque la ‘Huevuda’ le vendía. Yo lo retaba cuando lo veía así y él me contó que le compraba a ella, pero nunca hice una denuncia”, dijo Maximiliano. También declararon los policías Oscar Leiva, de la comisaría 10ª, Alberto Barbaro, de Homicidios, y el perito del ECIF, Javier Hidalgo, sobre la intervención que tuvieron tras el hecho en la escena. (Producción periodística: Micaela Pinna Otero).