De acuerdo a lo dispuesto por el calendario electoral nacional, los ciudadanos argentinos vamos a tener que asistir a las urnas el 13 de agosto y el 22 de octubre para elegir, nada más ni nada menos, a los responsables de administrar el futuro del país durante los próximos cuatro años.

De momento, el escenario preelectoral se va armando en medio de un contexto socioeconómico complejo, marcado por el avance sin escalas del proceso inflacionario, el crecimiento de la pobreza y la devaluación de la moneda nacional. Pero aún resta que se termine de definir quiénes serán los protagonistas que competirán para suceder a Alberto Fernández en el sillón de Rivadavia. De momento las definiciones son escuetas. Mientras que Mauricio Macri, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández renunciaron a la posibilidad de competir, el diputado nacional Javier Milei (La Libertad Avanza) ya confirmó su candidatura y hasta presentó el programa electoral que pretende llevar adelante en caso de resultar electo. Las principales dudas están en Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente de Todos (FdT), donde sus principales exponentes anunciaron la decisión de no competir y eso ha generado una interminable danza de nombres.

¿Nuevos tiempos?

Consultados por LA GACETA, los analistas políticos Carlos Fara y Carlos Germano opinaron sobre lo que puede representar para la escena política local afrontar un nuevo proceso electivo sin la presencia de estos referentes.

En relación a esto, Fara consideró que hay oportunidad para un nuevo tiempo y destacó que ante la ausencia de los líderes del FdT y JxC, ambas coaliciones ponen en primera línea a las figuras alternativas. “Eso creo que es positivo, digamos, para los dos espacios, en la medida en la cual necesitan mostrar como cierta renovación, más allá de también de delatar la limitación de los propios personajes. Creo que existe alguna posibilidad de que pueda haber durante la campaña una cierta moderación del debate, teniendo en cuenta que Cristina y Macri iban a tensar, digamos, un poco a polarizar el debate ideológico en Argentina”, dijo.

Por su parte, Germano también afirmó que esto puede representar un nuevo período para el país, pero advirtió también que en el fondo hay un problema central marcado por la falta de “liderazgos consolidados”. “Creo que ese fue el gran fracaso del presidente de la República, Alberto Fernández, que nunca pudo liderar a la coalición oficialista y que indudablemente le afectó muchísimo en su gestión. Un gobierno, digamos, donde no pudo ni dominar su propio gabinete. Este me parece que fue el hecho grave de este gobierno y que indudablemente en el escenario electoral lo que estamos viendo es eso. O sea, por eso con una opinión pública muy fatigada, una opinión pública muy descreída, una opinión pública que le está costando prever el futuro”, aseguró el analista. Y remarcó que las PASO pueden favorecer a la aparición de nuevas figuras o nuevos liderazgos que nuestro país está necesitando.

Ausencias

Las redes sociales se convirtieron en los canales elegidos por el ex presidente, el actual mandatario y su compañera de fórmula para anunciar su renunciamiento a cualquier posibilidad de competir nuevamente por la presidencia. Ante estas decisiones, que desde cada sector se ocuparon de calificar de “históricas”, Fara desarrolló que en realidad todas ellas “están empujadas por el contexto y las encuestas”. “Actualmente, los tres dirigentes cuentan con un alto nivel de rechazo, con votos propios sí, pero, digamos, llevando a una gran disyuntiva respecto de por qué no se va a la competencia con los mejores prospectos. El caso de Alberto es otra cosa porque nunca fue líder del espacio, pero que claramente tampoco era la mejor opción en un oficialismo muy golpeado, donde tampoco hay mucha mejor opción”.

A su turno, Germano dijo que el panorama actual guarda una relación con un escenario anterior y trazó un paralelismo entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner con lo que sucedió con Carlos Menem en 2003. “Ambos están con un muy buen piso electoral, pero indudablemente tienen serios problemas para poder ampliar el techo, tienen un techo muy limitado. El problema grave que tiene Cristina o el problema grave que tiene Macri es que ninguno de los dos puede construir más. Son figuras que indudablemente tienen un peso muy importante tanto en la coalición del FdT como en la coalición de JxC, pero ninguno de los dos puede hoy estar liderando una boleta electoral, porque indudablemente el techo que tienen es un techo muy bajo y lo del Presidente creo que cae de maduro”, expresó. Y puntualizó que aunque las dos fuerzas políticas más competitivas del país se hayan quedado sin sus principales referentes (en referencia a Macri y Fernández de Kirchner), su figura seguirá siendo importante y representativa porque siguen manteniendo un valor o poder político para la conformación de lo que viene en ambas coaliciones.

¿Marcan tendencia?

Hasta el momento, un total de ocho provincias fueron a las urnas para elegir a sus representantes y los resultados fueron dispares para las distintas fuerzas. Mientras el resultado de Jujuy fue, hasta ahora, el único triunfo de JxC, el FdT celebró las victorias de La Rioja, La Pampa y Tierra del Fuego. En Salta, Misiones, Neuquén y Río Negro, triunfaron fuerzas provinciales con algunas vinculaciones con el Gobierno nacional. Ante estos resultados que empezaron a pintar al país de distintas maneras, los analistas consultados por este medio indicaron que esto aún no puede tomarse como una tendencia para determinar lo que sucederá en los comicios nacionales. “Los resultados de las provincias no dan una pauta de lo que puede pasar en el escenario nacional. Ya sucedió dos veces, en 1999 y 2015, con cataratas de triunfos peronistas en provincias, pero sin alterar la tendencia electoral nacional”, enfatizó Fara.

Finalmente, Germano aseveró que ante una mayoritaria victoria de los oficialismos provinciales se puede determinar que los resultados provinciales no pueden nacionalizarse. “El gran acierto de los gobernadores que plantearon elecciones desenganchadas del proceso nacional han sido muy exitosas porque indudablemente percibían que había mucho enojo con todas las políticas nacionales. Creo que hasta ahora los ejecutivos y la sociedad de cada una de las provincias, votaron las dificultades, las despreocupaciones y las necesidades de las provincias. Por todo esto sería muy difícil querer nacionalizar elecciones totalmente provinciales”, concluyó.