En los últimos días circulan por las redes una gran cantidad de imágenes generadas por inteligencia artificial. Lo novedoso ahora es su aplicación en el periodismo, que hace que genere imágenes tan reales que nos pueden hacer dudar de su veracidad.

Así empezaron a circular fotos de Donald Trump arrestado en la ciudad de Nueva York. El ex presidente había escrito en la red social que posiblemente sería arrestado el día martes por una posible malversación de datos de financiación en su campaña y llamó a sus seguidores a protestas el día de su presentación.

Luego de su supuesta premonición, la Inteligencia Artificial manejada por aquellos fanáticos de las fake news hicieron lo suyo y las fotos circularon rápidamente por todos esos lugares del no chequeo de la información.

Otro caso muy interesante ocurrió esta misma semana Francia. Las protestas en reclamo de un aumento de la edad jubilatoria enfrentarían en las imágenes a una falso presidente Emmanuel Macron golpeándose a puños con los manifestantes. Aquí fue el artista visual David Fathi, quién utilizó la AI para que nos preguntemos si seríamos capaces de poder distinguir lo que es real en cada una de las imágenes.

El resultado que llega es impresionante, no dejan de sorprender y me genera hasta siento temor por los alcances que puede tener en manos equivocadas este uso y difusión de imágenes.

En esta época de tanta evolución de imágenes y necesidad de consumo inmediato nos enfrentamos a la obligación del chequeo de la información en sitios confiables y seguros del material que nos informa. No seguir a cualquiera en redes y conocer al fotógrafo o medio que nos informa. Dependerá de tener criterio para leer, escuchar y ahora con más razón  para saber mirar un poco mejor. 

Dudar un poco más y chequear, antes que reenviar imágenes que aparentemente son reales, pero esconden una necesidad mayor detrás de ellas.