La endeble situación de Juntos por el Cambio (JxC) en la provincia mantiene en vilo a toda la dirigencia y las próximas horas serán clave para las definiciones y para lo que viene. El posible quiebre del espacio más numeroso de la oposición no sólo tiene relevancia para los miembros de sus distintas líneas, sino que podría tener consecuencias que entusiasman a la Casa de Gobierno. Los referentes justicialistas están convencidos de que si el alfarismo y el sanchismo no acuerdan, tienen chances de ganar y gobernar esa Municipalidad.
La última gestión del oficialismo provincial en San Miguel de Tucumán fue durante el alperovichismo, de la mano de Domingo Amaya y terminó con el entonces intendente parado en la oposición. Históricamente, desde el retorno de la democracia, el electorado de la Ciudad había sido generalmente esquivo con el PJ y afín a la oposición. El peronista que más cerca había estado había sido Gerónimo Vargas Aignasse, que en 2003 había sido superado por un puñado de votos por Fuerza Republicana. Ahora, después de dos mandatos, Germán Alfaro (PJS-JxC) llegó al límite de reelecciones y todos en el PJ miran expectantes hacia la sede de 9 de Julio y Lavalle.
La Ciudad es un territorio electoral sumamente apetecido: es la segunda administración en magnitud de población (583.000) y de recursos por detrás de la Provincia. De hecho, de acuerdo con los datos del último Censo, uno de cada tres tucumanos vive en esta urbe. En 2019, votaron para intendente alrededor de 360.000 electores y Alfaro se consagró con la suma de 145.000 (el 40%). Un dato fundamental: dentro de las cuatro avenidas viven cerca de 120.000 votantes. En ese sector se concentran los adherentes de la oposición, mientras que el peronismo es más fuerte en el segundo y tercer cordón hacia la periferia.
Divididos y atemorizados
El futuro inmediato de JxC puede definirse pronto. Al menos hasta el cierre de este artículo, Alfaro y Roberto Sánchez (UCR-JxC) no habían acordado la unidad para las elecciones del 14 de Mayo y ambos sostenían, en frentes electorales separados, sus candidaturas a la gobernación. Quedan aún un par de días y de plazos que dan esperanza a la dirigencia que aún cree que pueden pactar. La Capital es, precisamente, uno de los puntos de discordia principales. A grandes rasgos, en el radicalismo consideran que si Alfaro pretende ir por la gobernación, debe ceder a la UCR la postulación a la intendencia. En el alfarismo, en cambio, sostienen que la Capital no debe entrar en la negociación porque el resto de los jefes municipales de JxC eligió su candidato para la sucesión y que si se pone como moneda de cambio, deberían entrar en la charla las otras administraciones.
En las filas de ambos líderes saben que la separación amplía las posibilidades del Frente de Todos. Temen lo que pueda suceder con la Ciudad, porque una pérdida de esa magnitud costaría caro. Analizan dos indicadores que les preocupan:
1-Los últimos votos: aunque son procesos y escenarios distintos, los resultados más recientes en las urnas que algunos toman como parámetro son los de las Primarias del 2021. En ese momento en JxC compitieron tres espacios que fueron separados: el de Alfaro; el de Sánchez-Mariano Campero y el de Silvia Elías-José Cano. Fueron contra el PJ, que estaba dividido en dos por la interna entre Juan Manzur y Osvaldo Jaldo. Sumadas las tres ramas, ganaban en votos al oficialismo en la Capital. Si se mantendrían esas cifras y por un lado está Alfaro y por el otro Sánchez-Campero-Elías-Cano, se impondría el PJ.
En el radicalismo aseguran que les corresponde elegir al postulante a jefe municipal porque los sufragios radicales superaron a los de Alfaro en ese entonces. En el alfarismo rechazan la posibilidad y apuntan a que la UCR capitalina -de Cano- viene de capas caídas y que ellos ya los superaron en las PASO (la lista de Elías-Cano salió tercera).
2- Las encuestas: los sondeos varían dependiendo de qué sector los aporte y no hay uniformidad en relación a los datos que tienen que ver con JxC. Gran parte de ellos, sin embargo, muestra dos aspectos: que la candidata justicialista Rossana Chahla mide bien y que si hay división, el FdT estaría cerca de poder ganar.
El sanchismo anotó como postulante a intendente a Cano, un dirigente que no sólo tiene experiencia y varias elecciones sobre sus hombros, sino que además es uno de los hombres de confianza del presidente de la UCR nacional Gerardo Morales. En el alfarismo aún no se formalizó una propuesta, pero hay dos nombres que seguirían en carrera, dependiendo de cómo sea el desenlace de la interna. Hay quienes creen en el PJS que si hay unidad, acercarán a la negociación el nombre del periodista Omar Nóblega. Si no la hay, la alternativa sería la senadora Beatriz Ávila. De hecho, la dirigenta tomó más notoriedad en las actividades municipales y en las publicidades.
En el alfarismo no están tan seguros de que el PJ pueda llevarse fácilmente la Municipalidad, aún si hay escisión. Creen que podría polarizarse la contienda entre los oficialismos municipal y provincial.
Aseguran que cuentan con dirigentes y estructura como para pelear por mantenerse en el poder. Al tiempo, afirman que Chahla tiene algunos factores en contra, como el Gobierno nacional. Saben que el elector capitalino tiene muy en cuenta la realidad nacional y sobre todo, la económica, por más que los comicios presidenciales sean más adelante.
El PJ se entusiasma y espera
En el Gobierno siguen con atención cada movimiento en JxC y apuestan, desde luego, a que haya una ruptura en la oposición. Gran parte de la dirigencia del peronismo de San Miguel de Tucumán afirma que la única manera de ganar el ejecutivo es si Alfaro y Sánchez no concilian. Reconocen que tendría un sabor especial arrebatarle la intendencia a uno de sus contendientes que más los irrita. Analizan que el intendente es quien más necesita de los votos cambiemistas y que tendrá una empresa complicada si en la boleta del frente están los radicales Sánchez y Cano. Suman un dato extra: en los sondeos comenzaría a notarse una molestia del electorado de los disidentes por los desencuentros entre la UCR y el PJS.
Subrayan desde distintos sectores que Chahla es una buena candidata y que viene bien en la campaña. Una de las ventajas que ven en ella es que, precisamente, no viene de la política partidaria sino de la gestión. Afirman que, por ello, tiene una buena incidencia en el electorado no afín al justicialismo. La diputada viene cumpliendo con una agenda muy intensa. Hay dos tipos de actividades principales: las que más se difunden tienen que ver con la clase media, con ese electorado que necesitan captar. Las otras son mítines con la dirigencia, un trabajo netamente interno de “peronización”.
Tal como ya se había comentado en este espacio, Chahla se ha convertido en una figura clave para el manzurismo ¿Por qué? La estrategia de Manzur para conservar su poder en la provincia si es electo vicegobernador sería generar dos reservorios: la Legislatura y la Municipalidad. Sabe que es altamente probable que los acoples fuertes tengan una buena cosecha de bancas legislativas. El gran desafío, entonces, sería ser gobierno en la Ciudad. Sucede que por más que la relación con Jaldo es buena, si ganan, el jaldismo desembarcaría en la Casa de Gobierno y el manzurismo tendría que encontrar su lugar.
Añaden cerca del gobernador que la ex ministra de Salud no sólo se asesoró sobre el funcionamiento de la administración y las problemáticas de los barrios, sino que ya cuenta con un plan de acción para cada área. Coinciden en que escucha a los dirigentes y que capitaliza la información; que es inteligente y ejecutiva.
En cuanto a lo dirigencial, la parlamentaria forma parte de Activar, que nació a mediados del año pasado y cuyo líder es otro diputado, Carlos Cisneros. La irrupción de este armado generó mucho ruido puertas adentro. En el nuevo espacio, que tendrá su propio acople, confluyen los ministros de Educación, Juan Pablo Lichtmajer y de Desarrollo Social, Lorena Málaga; el titular del Ente de Turismo, Sebastián Giobellina; el concejal José Luis Coronel y el dirigente Luis Romano, entre otros. Pronto definirán cómo se distribuirán estas figuras para aspirar a la Cámara y el Concejo. Entre sus referentes hay miembros de La Bancaria, de Atsa, del sector de la Educación y del MUP.
¿Puede el peronismo ganar la Capital? Desde todos los espacios, oficialistas y opositores, aseguran que las posibilidades existen, siempre y cuando JxC se rompa. Las próximas horas serán determinantes para que los de un lado aceleren la campaña y los otros, la inicien.