- Se cumplen 10 años del día en que usted fue ungido Papa. ¿Tiene recuerdos de ese día?

- Quise recordar varias veces lo que pasó. Realmente yo no me di cuenta de lo que iba a pasar. ¿Cómo, usted no tenía voto? Sí, muchos tenían votos ahí, pero en el cónclave está el fenómeno de los votos depósito. A veces uno no sabe a quién votar y entonces espera un poco, y se lo da a uno que no va a salir, a ver cómo va la cosa. Es cómo el Espíritu Santo lo mueve a uno, ¿no? Yo a la mañana me vine tranquilo aquí, al mediodía, y algunos me hicieron chistes de paso, que no los entendí. Incluso cuando llegué al comedor algunos obispos del centro de Europa me decían: “venga, eminencia, ¿qué nos cuenta de Latinoamérica?”. Me tomaron examen. Al salir del comedor un cardenal viene corriendo de atrás y me dice: “un momentito por favor, ¿es verdad que a usted le sacaron un pulmón?”. Le dije: “no, me sacaron el lóbulo superior derecho porque tenía quistes”. “Ah, ¿y esto cuándo fue?”. Y yo le dije: “en el año 57″. Y dijo: “estas maniobras de último momento…” y se dio vuelta. Y ahí me avivé. Ahí me di cuenta que había campaña a favor y campaña en contra. Fui, dormí la siesta tranquilo.

- ¿Fue muy diferente a la elección del 2005?

- No. La dinámica es la misma. Ésta tuvo una votación más. En la del 2005 fue en la primera votación de la tarde. En ésta fue en la segunda de la tarde. En la primera ya se vio la tendencia. Y ahí quiero rendir homenaje a un gran amigo, el cardenal (Cláudio) Hummes, que estaba sentado atrás mío y se me acercó en la primera votación y me dijo: “no tengas miedo, así obra el Espíritu Santo”. Me emociono porque se murió hace poquito y lo quería mucho. Y cuando en la segunda votación salí elegido -llegué a los dos tercios y seguía el escrutinio, ahí aplauden todos mientras sigue el escrutinio-, él se levantó, me abrazó y me dijo: “no te olvides de los pobres”. Esto me toca. Un gran tipo, Hummes, un gran hombre. Un gran hombre. Murió hace unos meses. Silencioso, pero marcaba el rumbo. Bueno, los pobres, qué sé yo: San Francisco. Francisco, punto. Entonces cuando el cardenal [Giovanni Battista] Re me preguntó: ¿qué nombre quiere ponerse?, le dije: Francisco.

- ¿Le puedo preguntar, Santo Padre, si identificó a quienes le hacían campaña en contra?

- No.

-¿No?

- No, sinceramente no. No sé si hubo campaña en contra. Evidentemente había otros que votaban a otra gente. Es verdad que al final casi fue… no digo unánime, pero sí bastante. La votación fue masiva a lo último. Pero en contra no. (infobae.com)