La violencia narco obligó a cerrar dos escuelas. La de Máximo Gérez, el niño asesinado en Rosario y otra que fue atacada a balazos ayer a la madrugada. El último establecimiento educativo tiene una particularidad: su portera fue detenida por comercialización de drogas. Los docentes rosarinos no se quedaron de brazos cruzados. Además de protestar por sus salarios, anunciaron que también reclamarán por la inseguridad bajo el lema “Basta de matar a nuestros alumnos”.
La Escuela Nº 6.430 fue la que resultó baleada. Los impactos perforaron puertas, rejas y un pizarrón ubicado en la entrada del edificio. Según indicaron vecinos, se escucharon más de una decena de tiros. Las autoridades de la institución decidieron suspender las clases tras el ataque
La Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafe), uno de los gremios de docentes más fuerte de esa provincia, emitió un comunicado para referirse a la situación que están viviendo. “Cada día son más los pibes y pibas asesinados. Hoy, en una escuela de la zona norte de Rosario tenemos otro banco vacío. No es que se mudó. No dejó la escuela. ‘Maxi’, un chico de apenas 11 años fue asesinado. No podemos permitir que esto siga así. No podemos aceptarlo con resignación. Dónde quedaron los derechos de las infancias cuando no se respeta ni el derecho a la vida”, se puede leer en el escrito publicado por el diario “La Capital”.
El delegado del gremio en Rosario Juan Pablo Casiello también habló del tema. “El territorio está manejado por las bandas narcopoliciales. ¿Qué se puede hacer frente al fusilamiento de cuatro chiquitos que están jugando en la vereda? Pareciera que todo pierde sentido”, señaló en una entrevista realizada por ese diario.
El gremialista contó que en las escuelas de los barrios los relatos de los niños están teñidos de violencia. “Es común que le cuenten a las seños que la noche anterior se tuvieron que tirar al piso porque hubo balazos, que les cuenten que hay un vecino que tiene un arma que está buenísima”, detalló.
Martín Lucero, referente de Sadop de Santa Fe, planteó que hay cuestiones que no dependen de las escuelas y se le escapan notoriamente. “No estamos preparados para que maten a nuestros alumnos, para que baleen nuestros colegios. Cómo evita un docente una balacera en la puerta de la escuela. La verdad no tengo respuesta”, comentó.
“Esto que estamos viviendo se fue de las manos hace bastante tiempo” y destacó que los docentes privados están dispuestos “a poner su parte” en un “un gran pacto social, sin identificación de sectores políticos, para hacerle frente a la inseguridad”.
“El poder político se tiene que poner al frente de este tema. Las escuelas no podemos ser la ambulancia de los defectos de otras políticas públicas”, remató.
Verónica Greco, es docente de la escuela donde fue asesinado el niño Qom. En una entrevista publicada por “La Capital”, explicó cómo trabajan las instituciones educativas la violencia que viven a diario los alumnos. “Tratamos de contener, escuchar cuando vienen las familias y nos cuentan las situaciones que viven o los temores que tienen cuando van a la escuela a la mañana temprano o cuando regresan por la tarde”, explicó. “Los niños cuentan lo que pasa y dicen la verdad. Creemos que si ellos cuentan algo de forma espontánea es porque hay alguien que no lo quiere ver”, sostuvo la docente.
Según la docente, todos sus compañeros tienen un objetivo que buscan cumplir y es que los chicos no dejen de ir a la escuela. “Notamos un miedo cada vez mayor. Se trabaja constantemente para ayudar en lo que se necesite, junto a los grupos socioeducativos, nuestros directivos comunican las situaciones que se presentan para tratar de buscar respuestas. Pero llega un momento que pasa un límite y se desborda”, finalizó.