Los que hemos transitado ya unos cuantos años en la trinchera médica, y más específicamente en una especialidad como la cardiología, en la que los avances científico-tecnológicos nos marcaron el rumbo, hemos visto y asistido en los últimos años al advenimiento de algo impensado allá en nuestros comienzos por los años ’80: la cirugía para resolver las arritmias cardíacas. Y creo, a la distancia y no sin esbozar una sonrisa que, hasta nos hubieran tildado de delirantes si hubiéramos osado pensar o proponer algo por el estilo entonces. Resultados poco satisfactorios y efectos adversos del tratamiento con fármacos estimularon la búsqueda de nuevas terapéuticas, en este caso invasivas, para el control del ritmo cardíaco. Pero ¿qué es una arritmia? Pues bien, es un latido anormal del corazón, irregular, o demasiado rápido, o lento, que se produce cuando los impulsos eléctricos no funcionan correctamente. Existen grados de arritmia y según su severidad irá la propuesta terapéutica a ofrecer al paciente: farmacológica, quirúrgica o con dispositivos implantables. En cuanto a síntomas diremos que los mismos podrán incluir: palpitaciones, mareos, molestia torácica o tos, pero también puede que sea asintomática. Lo indicado será siempre consultar al médico quien será quien evalúe cuáles serán los caminos a seguir. Hoy por hoy, si el paciente padece: una fibrilación auricular, una taquiarritmia supraventricular o un síndrome de pre excitación (tipo Wolff-Parkinson- White) la propuesta casi segura será la quirúrgica, es decir, la ablación cardíaca, y ella utilizará la energía del calor (radiofrecuencia) o el frío (crio ablación) para crear diminutas cicatrices en las paredes de las cavidades cardíacas y bloquear con ello las señales eléctricas irregulares restableciendo el ritmo cardíaco normal. Esto se conseguirá mediante tubos finos y flexibles (catéteres) que se introducirán por arterias y venas y por las que se arribará hasta el interior del mismo corazón. Solucionado el problema, el enfermo mejorará en su expectativa y calidad de vida y no necesitará tomar más medicación. Sin dudas esta alternativa moderna constituye un hito dentro de la historia de los adelantos de nuestra especialidad, por supuesto que en esa dirección asistiremos pronto a más novedades. El mar de posibilidades terapéuticas hacia nuestros pacientes no nos dejará de sorprender con sus avances para el bien de la humanidad toda y sin fronteras. Porque, así como la covid 19 (como algo negativo) no tuvo inconvenientes para expandirse por el mundo entero, pues bien, pensemos positivamente que lo bueno, en este caso, los adelantos científicos en medicina también habrán de llegar a todos los confines y todos los países de la tierra: más temprano, o más tarde...

Juan L. Marcotullio 

marcotulliojuan@gmail.com