En septiembre y octubre pasados se hizo la sexta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina, que llevan a cabo diferentes organizaciones de las principales ciudades de la Costa Atlántica. El objetivo es analizar la cantidad y el tipo de residuos que hay en la zona, se informó en la página dedicada a temas ambientales ComunicarSe.

Los resultados recopilados registraron un total de 35.741 residuos, de los cuales el 73,7% estuvo constituido por plásticos, lo que indica una vez más que son los residuos más abundantes de la costa. Este es un dato más que relevante considerando que la contaminación por plástico es uno de los problemas ambientales globales que más empeoró en los últimos años, generando graves consecuencias: daña especies y hábitats marinos muy valiosos y, al pasar a través de la red trófica y llegar al ser humano, pone en riesgo nuestra propia salud.

Degradación

De todos los residuos sólidos posibles, los plásticos son los más abundantes en el mar y en las costas. Esto se debe, en parte, a cómo se degradan: debido a la erosión producida por el sol, el mar o los microorganismos, estos residuos de plástico se van transformando en fragmentos cada vez más pequeños, como los microplásticos (menores de 5 mm) y los nanoplásticos (menores de 1 um). Al ser consumidos por los organismos marinos, estos contaminantes pasan a través de la red trófica y llegan inclusive al ser humano.

De esta manera, y de acuerdo con el estudio “Ningún plástico en la naturaleza: evaluación de la ingestión de plástico de la naturaleza a las personas”, elaborado por la consultora Dalberg, los seres humanos estamos consumiendo unos 5 gramos de microplásticos por semana a través de los alimentos, del agua y del aire; es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito.

Difícil de retirar

“Una realidad incontrastable es que el plástico que llega al mar es difícil de retirar. En los últimos 80 años, la vida promedio de un ser humano, contaminamos nuestros ecosistemas marinos con un material que, por económico y práctico, fabricamos y consumimos por demás. Lejos de demonizarlo, la realidad es que ni los riesgos de su producción ni el destino final de su gestión fueron considerados”, puntualizó Verónica García, especialista Ecosistemas Marinos y Pesca Sustentable, de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la producción de plástico creció exponencialmente desde 1950 y llegó a los 322 millones de toneladas en 2015. Según proyecciones de esa entidad, se llegará a los 600 millones de toneladas y se superará las 1.000 en 2050. El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica que, sin medidas urgentes, la cantidad de plástico que llegará a los mares se triplicará en 20 años.

Afectados

Los residuos plásticos afectan al menos a 32 especies marinas: desde plancton hasta mamíferos marinos (como ballena franca austral, delfín franciscana, lobos y elefantes marinos), pasando por aves marinas (albatros, petreles, gaviotas y pingüinos) hasta tortugas (como la tortuga verde), sin dejar afuera peces (pejerrey, anchoa de banco, pescadilla real y de red, corvina rubia) e invertebrados (como cholga y mejillón), así como a una variedad de organismos marinos.

En Argentina, el 90% de las tortugas marinas atendidas en la Fundación Mundo Marino tiene plástico en su estómago o intestino. En nuestro país más del 81% de quienes participaron en una encuesta dijo que es muy importante prohibir los plásticos de un solo uso innecesarios, mientras que el 85% piensa que se deberían responsabilizar a los fabricantes y minoristas de reducir, reutilizar y reciclar los envases de plástico.