Países de todo el mundo enviaron equipos para asistir en las tareas de rescate a Turquía y Siria, mientras la cifra de fallecidos asciende a cada momento. La agencia de gestión de desastres de Turquía dijo que sobre el terreno había ya más de 24.400 efectivos de emergencia.

Ante la inmensidad del territorio afectado por el temblor de la víspera y con cerca de 6.000 edificios derrumbados solo en el país, sus esfuerzos se han visto desbordados. Los intentos de dar con más sobrevivientes se veían obstaculizados también por las bajas temperaturas y las cerca de 200 réplicas, que sumaron peligrosidad a la búsqueda entre las inestables estructuras.

Según el Servicio Meteorológico Estatal turco, las temperaturas descenderán hasta los -3 grados Celsius y se prevén nevadas y lluvias durante al menos tres días de esta semana. Además, dado que el sismo, que se produjo el lunes cerca de la ciudad de Gaziantep, en el sur de Turquía, ocurrió durante la noche, las personas atrapadas llevaban ropa de dormir y poco abrigo cuando se produjo el terremoto. Muchos de los rescatados inclusive estaban sin calzado.

El “período dorado” para salvar vidas después de un terremoto es de uno a tres días, indicó Lody Korua, un experto en búsqueda y rescate de Indonesia que lleva más de 15 años trabajando como voluntario en operaciones de respuesta a sismos, a The New York Times.

En toda la provincia turca de Hatay, justo al suroeste del epicentro del movimiento telúrico, las autoridades indicaron que hay hasta 1.500 edificios destruidos y mucha gente reportó que sus familiares estaban atrapados bajo los restos. Miles de personas se cobijaron en pabellones deportivos o recintos para ferias, mientras que otros pasaron la noche a la intemperie, envueltos en mantas y alrededor de hogueras.

Rescates

Mientras tanto, se conocieron imágenes del momento en que unos hombres que cavaban entre los escombros rescataron a una niña pequeña, mientras su padre intentaba mantenerla calma. En el video, se escucha al padre decirle a su hija, Nour: “Papá está aquí, no tengas miedo”, mientras los rescatistas movían grandes rocas para lograr sacarla. Finalmente se ve el momento en que aparece el rostro cubierto de polvo de la pequeña Nour para reencontrarse con su padre en una zona del norte de Aleppo.

Ibrahim Haskologlu, un periodista turco basado en Estambul, dijo a la BBC que la gente le está enviando a él y a otros periodistas videos, notas de voz y sus localizaciones en directo desde debajo de los escombros. “Nos dicen dónde están y no podemos hacer nada”, explicó.