El 23 de marzo de 1981 Marta “Paty” Altamirano (de 20 años en aquel momento) salió en una expedición junto a su hermana Corina y al experimentado alpinista Sergio Bossini. El objetivo era llegar a la cumbre del cerro Mercedario, en San Juan. Pero algo sucedió: el 27, ya a 6.000 metros sobre el nivel del mar, Paty sufrió una caída y falleció. Y aunque se intentó recuperar su cuerpo, fue imposible. Ahora, la historia podría tener otro final: el martes pasado se encontró en esa misma montaña el cuerpo de una mujer.

Pero volvamos un poco en el tiempo. Las hermanas se habían preparado durante dos años para la salida; hacía pocos meses, habían sido noticia en este medio por alcanzar la cima del Chañi, en Jujuy. Bossini, que las acompañaba, ya era para aquel momento, un reconocido andinista que había hecho cima en el Aconcagua. Según relata una nota de LA GACETA de abril de 1981, “el lunes 23 de marzo -informó un comunicado difundido por el Club Andino de Tucumán- se trasladaron hasta la localidad de Hornillas, donde tiene su asiento el destacamento ‘Álvarez Condarco’ de Gendarmería Nacional. Luego de ponerse en contacto con un baqueano de la zona, comenzaron el día martes la aproximación al campamento base, el cual fue instalado al pie del glaciar sur (4.500 metros aproximadamente) que lleva a la cumbre. El viernes iniciaron la ascensión por el glaciar y ese día mientras se ponían a instalar el campamento 1 sobre el hielo, una de las integrantes, en un reconocimiento de terreno, perdió pie y se deslizó cientos de metros más abajo”.

Dificultades

Una vez que Paty cayó -contó a LA GACETA su hermana Corina- los dos integrantes restantes descendieron durante horas hasta encontrarla. “Estuvimos toda la noche bajando la pared de hielo -relató-; cuando llegamos abajo la encontramos”. Ante la imposibilidad de llevarla nuevamente al campamento, Corina y Bossini retornaron a pie y dieron aviso a las autoridades. “Pero apenas ella cayó empezó a nevar, tanto que la nieve la cubrió como cuatro o cinco metros. Entonces los helicópteros no pudieron hacer el rescate”, recordó.

Más tarde -dice LA GACETA ya en diciembre de 1981- su madre, Martha Dichiara de Altamirano, solicitó la colaboración del Club Andino Tucumán para encontrar el punto exacto donde descansaban los restos de su hija. En aquella expedición también participaron el doctor Orlando Bravo, Corina y su hermano Marcelo, y Bossini. “El 31 de diciembre se emprendió la marcha de aproximación al Mercedario, con la colaboración del arriero César Rubilar. El 2 de enero de 1982 Bossini alcanzó el escenario del fatal accidente, comunicando que el glaciar estaba fracturado y surcado por profundas grietas”, relata la nota de archivo.

En aquel momento se investigó en la extensión de más de una hectárea, en los alrededores del punto donde debía estar el cuerpo de Paty. Para reconocer el lugar exacto del deceso, habían llevado algunas fotos que tomaron los andinistas en marzo de 1981. Pero el terreno había cambiado completamente y se hizo imposible dar con el paradero de la joven.

Siempre en la búsqueda

“Cuando fuimos en diciembre de 1981, ya había una grieta, porque los glaciares tienen movimientos permanentes. Creemos que (el cuerpo) cayó en la grieta. En el invierno siguiente volvió a nevar y la grieta se cubrió de hielo... y es lo que pasa en la montaña: la nieve se va compactando y formando capas de hielo. Después fue Sergio Bossini, que la buscó en todos lados”, agregó Corina.

CRÓNICAS. Así informó LA GACETA en enero de 1982 los resultados de la segunda expedición para dar con el cuerpo de Marta.

En 1984, el andinista quiso completar el ascenso por la misma pared que en 1981. Y lo logró, superando la parte más peligrosa, que consistía en escalar más de 2.000 metros sobre hielo. Cuando hizo cumbre el 9 de enero, dejó instalada una cruz de aluminio en recuerdo de Paty. “Al regresar a San Juan -relata otra nota de archivo- luego del éxito logrado, Bossini sólo pensó ‘Paty Altamirano ya puede descansar en paz’”.

Con el pasar de los años -recordó Corina- siguieron informándose de forma esporádica. “Los andinistas siempre están buscando... pero nunca la encontramos. Es probable que el calor y el deshielo hayan hecho que el cuerpo aparezca sobre la superficie”.

Examen de ADN

Según lo difundido, fue un grupo de andinistas norteamericanos los que realizaron el hallazgo, cerca de los 5.000 metros sobre el nivel del mar (casi 1.000 metros menos de los que, se supone, Paty cayó).

Por el momento no se ha confirmado que realmente se trate de la tucumana fallecida, pero se espera que realizar en los próximos días un examen de ADN. Para ello se harán hoy extracciones de ADN a los padres de Altamirano, que luego se cotejarán con muestras del cuerpo. Además, sus hermanos (que viajarán pronto a San Juan) deberán reconocer ropa y otros elementos encontrados.