“Antes venían de vez en cuando, pero ahora vienen todas las noches. No se puede vivir así”, Luciano Medina, vecino del barrio San Ramón no da más. Está entre indignado y resignado. Gustavo Décima, cuya casa está en el barrio Parque, a varios kilómetros de distancia, tiene la misma sensación: “por la noche salen como hormigas a buscar lo que sea para comprar drogas. Son una desgracia”, sentencia.

Lo que sucede en esos dos barrios se repite en otros sectores de la capital. En Tribunales ya se habla de un nuevo fenómeno: una ola de delitos contra la propiedad que están estrictamente ligados al consumo problemático de las drogas y a la grave crisis social que atraviesa el país.

El botín que buscan estos jóvenes es menor: un pedazo de caño de cobre o de bronce, los cables del alumbrado público o de un domicilio particular.

Dos hombres de seguridad del cementerio del Norte resultaron heridos cuando intentaron evitar que cuatro delincuentes ingresaran a la necrópolis a sustraer las piezas de bronce o las figuras de yeso. “La zona es muy complicada. Hay muchas personas con problemas de adicción que andan circulando para encontrar qué robar. Siempre hubo muchos robos de estas características, pero nunca llegaron tan lejos. Estamos muy preocupados porque no podemos controlarlo”, explicó el titular de la Patrulla de Prevención Ciudadana Luis Macome.

Medidores para uno

Ese mismo día, un solitario joven se encargó de sustraer los caños de los medidores de gas de varios domicilios de avenida Mate de Luna y avenida Ejército del Norte. “No se puede creer lo que hicieron. El daño fue terrible y en un enero donde los trámites son más lentos. Pusieron en peligro a todo un vecindario”, comentó Pedro Estévez.

Moto, choque y muerte

También en la madrugada del miércoles, en el sur de la capital, un muchacho le robó la moto a una pareja. Y cómo no estaba en condiciones de conducirla, a las pocas cuadras chocó contra un cesto de basura. Murió en el acto. “Sentimos el ruido y fuimos a ver qué había pasado. Cuando llegamos, el muchacho ya estaba sin vida. A los pocos minutos llegó corriendo otro chico diciendo que el fallecido le había robado el rodado. Estaba blanco del susto porque sabía que estaba muy drogado”, relató Josefina Luna.

Estadísticas

Según los informes de Seguridad en la primera quincena de este mes, se registraron unas 130 aprehensiones y detenciones. De ese número de acusados, unos 107 quedaron tras las rejas o le dictaron prisión preventiva bajo la modalidad de arresto domiciliario y tres fueron condenados.

El 35% fueron procesados por delitos contra la propiedad que, por primera vez en mucho tiempo, superan a los acusados por violencia de género en los primeros 15 días de este año. Desde hace tiempo este delito lideraba las estadísticas.

Quedaron en libertad aquellos que no tenían antecedentes o que resolvieron el conflicto penal a través de soluciones alternativas. Ayer, por ejemplo, a un joven que fue sorprendido robando mercadería en una iglesia, le dictaron la prisión preventiva, a pesar de que está acusado de un delito excarcelable. Pero el sospechoso, en menos de dos años, había accedido a una “probation” y a una condena condicional a través de un juicio abreviado. Ahora no podrá tener ningún beneficio, Si llega a recibir una condena, sin importar los plazos, será efectiva.

En el Ministerio Público Fiscal consideran que se están observando algunos fenómenos. Dicen que estos robos menores son cometidos principalmente por personas que tienen severos problemas de adicción o que están pasando por una grave situación económica y se dedican al robo de ciertos materiales que luego venden para alimentarse.

No pueden dormir

La inseguridad ha cambiado los hábitos en barrio Parque y en las zonas cercanas. “No podemos dormir de noche. Antes nos acostábamos tranquilos porque no dejábamos nada afuera. Pero ahora se roban cualquier cosa. Los cables de la luz, los medidores de la energía eléctrica y los del gas son su nuevo botín. No les interesa nada, ni siquiera su vida ni la de los demás”, comentó Esteban Duarte.

Silvina sufrió dos veces en menos de un año el robo de los elementos del medidor de gas. “No se puede creer con la impunidad que se manejan estas personas. Con lo que me sacaron, a lo mejor se compraron dos dosis, pero tuve que invertir más de $60.000 para reponer lo que se llevaron y para poner otras medidas de seguridad. Así es imposible poder llevar una vida digna”, aseguró la comerciante.

Se fueron

Barrio Parque es todo un ejemplo. Hasta hace no muchos meses atrás, ese sector del Este de la ciudad que se encuentra a pocas cuadras de La Costanera, formaba parte del Programa de Cuadrículas. “Durante un tiempo estuvimos tranquilos porque al menos había efectivos que estaban desde las 7 hasta las 23. Pero después se fueron y nos quedamos sin prevención. Esto es tierra de nadie”, indicó Marcos Jiménez.

Los vecinos, hartos de que se registren estos ilícitos, organizaron una reunión con las autoridades policiales que se concretará el lunes. “Estamos hartos. Aceptamos el encuentro porque pretendemos que nos escuchen y nos den una respuesta”, finalizó María Laura de Herrera.