HBO concreta su primer lanzamiento del año, y con mucha fuerza. Tanto en su señal de origen como en HBO Max, a las 23 debutará en la pantalla chica “The last of us”, que se presenta como una de las grandes apuestas de la productora propiedad de Warner junto a la futura segunda temporada de “La casa del dragón”.
La serie futurista mantiene el formato de una entrega semanal, y cuenta con las firmas de Craig Mazin, entre cuyos antecedentes figura haber sido el creador de la multipremiada “Chernobyl”, y de Neil Druckmann, el director creativo del videojuego “The last...” para PlayStation, con fanáticos en todo el mundo en el que se basa el guión de la producción que hoy comienza. Ese traslado de las pantallas interactivas a una pasiva sólo para mirar lo que pasa no es novedad: ya ha ocurrido varias veces con diverso resultado (ver una selección de reconocidas producciones al pie, buenas y malas), pero garantiza un público fiel de inicio aunque sea para decir que no le gustó y que era mejor cuando podían intervenir en la trama. Es la forma de las nuevas generaciones de la veterana -eterna- “el libro es mejor”.
La acción se sitúa en 2023, pero en la ficción se ubica 20 años después de que la civilización moderna fuera destruida por una pandemia producida por un extraño hongo (fruto de una mutación), una referencia propicia para los tiempos posCovid 19. En el argumento (quizás como en la realidad) hay pocas ilusiones de las que agarrarse y las ganas de reconstruir lo que era antes está tamizada por el desafío de que no todo vuelva a ser como era, sino que sólo se rescate lo bueno.
Y esa tensión atraviesa el guión de una producción que, en definitiva, va más allá de la carrera contra la muerte personificada en contagiados y deformes zombies que atacan a todos los que se les atraviesan. Porque aparte de las peleas, persecuciones y huídas, lo que discurre en pantalla es la discusión -la esperanza- entre objetivos, deseos y propósitos de los protagonistas.
En ese entorno devastado, Joel (interpretado por Pedro Pascal), un experimentado y endurecido sobreviviente del desastre que sólo piensa en su día a día, es contratado para sacar de contrabando a Ellie (Bella Ramsey) -una niña huérfana de 14 años- de una opresiva zona de cuarentena, una de las tantas ciudades en ruinas. Ella representa la última esperanza que tiene la humanidad para que todo vuelva a ser como antes: nació inmune a la infección y a partir de su sangre se podría procesar una vacuna.
Lo que comienza como un pequeño trabajo, pronto se convertirá en un viaje brutal y desgarrador, ya que ambos deberán atravesar EEUU dependiendo el uno del otro para sobrevivir, según adelanta la sinopsis. Ellie lucha por equilibrar su instinto de ira y rebeldía con su necesidad de conexión y pertenencia, mientras que Joel está atormentado por traumas y fracasos del pasado que han costado muchas vidas.
No están solos: Gabriel Luna interpreta a Tommy, el hermano pequeño de Joel, un exsoldado que mantiene su idealismo y la esperanza en un mundo mejor; Anna Torv es Tess, una sagaz contrabandista; Nico Parker aparece como Sarah, la hija de 14 años de Joel y Melanie Lynskey es Kathleen, la despiadada líder de un movimiento revolucionario en Kansas City, entre otros personajes variopintos. De ellos sobresale Merle Dandridge como Marlene, líder de las Luciérnagas, un grupo de resistencia que lucha por la libertad contra el régimen militar opresor que controla el país (o lo que quedó de él), y faro para soñar con un mundo mejor.
El dueto
Una pareja que tiene antecedentes
Pedro Pascal es un rostro reconocido para los grandes estudios. El actor chileno criado en Estados Unidos (nació en 1975 y al poco tiempo su familia emigró para huir de la dictadura de Augusto Pinochet) estuvo en los elencos de “Juegos de tronos”, “Narcos” y “The Mandalorian”. Su coprotagonista es Bella Ramsey, quien también pasó por “Juego de tronos” (en una temporada distinta a la de Pascal, fue Lyanna Mormont), “Catherine called birdy” y “Judy”. La serie tiene presencia argentina, ya que la música fue compuesta por Gustavo Santaolalla para reforzar los momentos de tensión e introspección. Cada uno de los nueve episodios de “The last of us” costó de U$S10 a U$S15 millones.