El Gobierno de la Provincia anunció ayer la realización de un trabajo de fondo para reparar las filtraciones en el dique El Cadillal, que consistirá en aplicar inyecciones de cemento para sellar las grietas. Franklin Adler, ingeniero civil especialista en temas hidráulicos, dio su mirada de las obras que se realizarán en el embalse.

“Es una solución clásica, que se usa en todo el mundo. Como idea, es la correcta”, dijo a LA GACETA Adler, que admitió que las filtraciones, en estas construcciones, son muy comunes, y que son tolerables hasta cierto punto. En El Cadillal, las filtraciones recién adquirieron una magnitud considerable pocos meses atrás.

Adler advirtió que, si no se reparan en el corto plazo, la problemática a futuro podría ser mayor. “Los niveles de asentamiento que ha habido ya en las laderas son importantes, y no hay que jugar con eso. Pueden darse grietas importantes donde sí se produzcan fuertes filtraciones, que obliguen a bajar el dique de forma urgente, y eso implica ya no unos meses para reparar, sino uno o dos años”, señaló.

El proceso

Hablando ya de los trabajos en sí, el ingeniero explicó cómo es el proceso que se va a llevar adelante en El Cadillal. Según aclaró, lo que se inyecta es una mezcla llamada lechada, que está compuesta de agua y cemento, y que tiene una consistencia especial, que le permite sellar las grietas.

“Se hacen hileras de perforaciones a lo largo del coronamiento, que es la parte superior del dique. Estas atraviesan el cuerpo del dique, que es de tierra, y entran en las rocas a cierta profundidad. Y en ese agujero, se introducen cañerías con obturadores para levantar la presión adecuada, y se inyecta con fuerte presión la lechada, mediante bombas, para que penetre en las fisuras, para ir rellenándolas”, detalló Adler.

Según el ingeniero, en estos casos no se sabe con exactitud cuánto tiempo llevan los trabajos, ya que no se tiene una idea exacta de la magnitud de las filtraciones.

“En la etapa de ejecución de los trabajos, se va a ir investigando, y se van a ir adecuando los trabajos de inyección a las situaciones encontradas”, subrayó. Y agregó que en estos casos “se va experimentando a lo largo del proceso”, algo que, aclaró, es normal. Y por eso, lógicamente, podría conllevar demoras.

Preocupación

Más allá de considerar que la solución es la correcta, Adler advirtió que podría haber problemas en la provisión de agua para los ingenios que son abastecidos por el dique, que son La Florida, Concepción y Cruz Alta.

Esto, debido a la recomendación del ingeniero Roger Bremen, consultor externo que está guiando a las autoridades, de restringir el nivel de la cota del embalse, para evitar nuevas filtraciones, a 601, cuando el embalse tiene una capacidad máxima de 607.

“Para poder hacer la obra, hay que mantener el embalse bajo, y ese es el principal conflicto. “Si no se acumula agua suficiente, no se va a poder abastecer a todos los usuarios”, manifestó Adler, que señaló que la principal dificultad se vería en la zafra que viene. “Corre peligro la zafra de tres ingenios. Para ellos, es una cuestión de vida o muerte”, sentenció. (Producción periodística: Joel Katz)