Durante la tradicional Misa de Gallo que celebró hoy desde la basílica de San Pedro, el papa Francisco lamentó que exista una humanidad "insaciable de poder" y le dedicó la ceremonia a los niños que sufren las guerras, la pobreza y la injusticia.

Sentado a un lado del altar durante la mayor parte de la celebración, el máximo representante de la Iglesia estructuró su homilía en torno al tema de la codicia y el consumo en varios niveles, pidiendo a la gente que mire más allá del consumismo que ha "envuelto" a las fiestas, que redescubra su significado y recuerde a los que sufren a causa de la guerra y la pobreza.

"Los hombres y mujeres de nuestro mundo, en su hambre de riqueza y poder, consumen incluso a sus vecinos, a sus hermanos y hermanas", afirmó. Y agregó: "¡Cuántas guerras hemos visto! Y en cuántos lugares, aún hoy, se desprecia la dignidad humana y la libertad".

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El sumo pontífice recordó, además, que siempre las principales víctimas de esta codicia humana son “los débiles y los vulnerables” y denunció “un mundo voraz de dinero, poder y placer”.

“Pienso sobre todo en los niños devorados por la guerra, la pobreza y la injusticia”, dijo y recordó a “los niños no nacidos, pobres y olvidados”.

La ceremonia inició a las 19.30 (15.30 de Argentina) y el pontífice estuvo acompañado por 25 cardenales, 15 obispos y 200 sacerdotes de todo el mundo.

Haciendo un paralelismo entre el niño Jesús nacido en un pesebre y la pobreza de hoy, el Santo Padre dijo: “En el pesebre del rechazo y del malestar, Dios se hace presente”.

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“Él viene allí porque allí vemos el problema de nuestra humanidad: la indiferencia producida por la prisa codiciosa de poseer y consumir”, sostuvo. (Reuters)