“Salí a liquidar a los tres ¿sabe por qué no maté a los otros dos? Porque escuché el llanto de unos niños que estaban ahí y comprendí que estaba actuando mal. Yo me equivoqué con lo que hice, no debí matar, pero no me equivoqué de persona, él fue uno de los que agredió a mi hija”, sostuvo el policía A.D., durante una declaración de imputado que tuvo un estilo pocas veces vista antes. El efectivo, que fue apartado de la Fuerza por este hecho, afronta el juicio por el homicidio de Yonathan Diego Caro, ocurrido el 4 de diciembre.

En la audiencia de ayer, el auxiliar Guillermo Di Lella, de la Fiscalía de Homicidios I, que está a cargo de Ignacio López Bustos, solicitó que se reprodujeran tres videos en los cuales el acusado hablaba sobre el hecho. Ayer además habían declarado algunos peritos de la causa.

El caso

Según la investigación, el día del hecho A.D. regresó a su casa y su hija le dijo que había sido víctima de un delito de carácter sexual por parte de unos ladrones que habían irrumpido minutos antes en la vivienda. Esto llevó a que el policía fuera a buscar a Rodrigo Nicolás Cáceres, a unos siete kilómetros de la localidad Carbón Pozo, para que le diera información sobre los posibles agresores.

Cáceres le habló de un tal Nahuel Armas y le dijo dónde podría encontrarse. A.D. fue a los lugares señalados, entre ellos a casa de Adriana María Aragón, en El Cevilar, a quien amenazó con su arma (hizo un disparo) para que le diera datos (el mismo imputado lo admitió en su primera declaración). Según la acusación fiscal, al no hallar al tal Nahuel en casa de Aragón, con intenciones de causarle la muerte, le disparó a la mujer, pero sólo consiguió herirla en una oreja.

A.D. volvió a casa sin encontrar a quien buscaba. Horas más tarde Cáceres le envió una foto de Armas y le informó que podía encontrarse en casa de “Yohny” Caro, en Romera Pozo.

Uno de los videos que el auxiliar Di Lella pidió que se reprodujeran en la sala fue el de la primera declaración de A.D.. Según dijo entonces, su hija le pidió acompañarlo a buscar a quienes la habrían atacado. “Yo le dije que debía hacer esto solo, pero ella me insistió, me dijo que sentía asco por lo que le habían hecho. Y yo accedí”, contó llorando el imputado en ese momento.

Cuando llegaron a la despensa de Romera Pozo, la víctima dormía con su pareja. Al escuchar que golpeaban la puerta, Caro se acercó y abrió. El efectivo lo acusó de haber abusado de su hija y le disparó en el pecho, causándole la muerte. Según lo que se viene exhibiendo hasta el momento en el juicio, Caro no habría tenido nada que ver con el hecho, es decir que lo habrían matado por error. En los alegatos se conocerá más sobre las teorías de las partes.

En esa primera declaración, el acusado lamentó el hecho; dijo que debió actuar de otra manera y adelantó que aceptaría la pena que se le impusiera.

Otro video que la Fiscalía pidió reproducir fue uno que el acusado grabó con la cámara frontal de su celular en el cual manifestaba: “son cosas que pasan, qué se va a hacer. A veces uno peca, porque somos humanos. Hay situaciones límite que nos llevan a un estado donde uno pierde u poco la cordura y la guía de las cosas que nos enseñaron”.

El último video correspondía a la ampliación de la declaración que dio el policía en julio, cuando se elevó esta causa a juicio. En esa oportunidad el juez de instrucción Gonzalo Ortega le dio la palabra para que se expresara.

“Me acusan de un homicidio que yo mismo confesé. El estudio toxicológico me dio positivo a droga, porque estuve en una fiesta. Si yo hubiera sabido que este Nahuel Armas, que en realidad era apellido Caro, iba a entrar a mi casa a hacer lo que hizo, yo no me iba a bailar”, señaló ofuscado. Eso era sólo el principio de una manifestación lapidaria en contra de la víctima. “Si hubieran entrado a mi casa solo a robar... si sólo hubieran robado, quizás le perdonaba la vida... pero no, ahora estoy preso por matar al ‘buenito’ del delincuente que ultrajó a mi hija”, aseveró.

A.D. le pidió al magistrado que empatizara con él de la siguiente manera: “dígame, señor juez, si a usted le pasaba lo que me pasó a mí; si a su hija le hacían esto ¿usted qué hacía? ¡Usted los iba a buscar y los liquidaba! No iba a decir no voy a reaccionar porque soy juez”. Allí el magistrado lo interrumpió para aclararle que esto no se trataba de una conversación y que todo lo que estaba diciendo correspondía a una nueva declaración judicial.

Aún exaltado, según su propia apreciación, A.D. continuó: “yo soy policía y reaccioné. Me habían robado armas y sabía que me iban a estar esperando y que seguramente me dispararían. Salí decidido a liquidar a los tres pero me detuve porque estaban esas criaturas y no quería herir a alguien inocente. Me equivoqué de acción, pero no de persona (por la víctima)”.

Esas comparaciones entre las declaraciones de cada video le servirían a la Fiscalía para marcar contradicciones, entre otras cuestiones.

Testigos

En la audiencia de ayer se agotaron los testigos de la Fiscalía y fueron citados los propuestos por la defensa y por la querella. Entre ellos estuvieron dos efectivos de la división Antecedentes, que reconocieron sus firmas en los informes en los cuales se explicaba las infracciones por las cuales A.D. había sido pasado a disponibilidad en el pasado. Es decir, que había sido apartado (hasta 14 días) de la Fuerza por algunas acusaciones o inconductas previas a este hecho.

En la semana declararon también los peritos y profesionales que intervinieron en el proceso. El miércoles expusieron expertos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y del Cuerpo Médico Forense (CMF) del Ministerio Público Fiscal (MPF). Entre otros puntos, informaron sobre los análisis a los celulares secuestrados, exámenes físicos y psicológicos, pericias sobre material balístico y presencia de residuos de disparos, y medidas para esclarecer la línea temporal en que sucedió la secuencia.

Finalmente, ayer el tribunal, integrado por los jueces Lucas Taboada, Isolina Apás Pérez de Nucci y Fernando Zóttoli, adelantó que se espera que en la próxima jornada expongan los últimos cinco testigos pedidos por la defensa. De cumplirse con los plazos, el lunes serán los alegatos de clausura y se daría la sentencia.