En la astronomía, como en todas las ciencias, tradicionalmente hubo menos mujeres que hombres. Pero esto está cambiando, cada vez hay más mujeres dedicadas a la investigación científica.
Se considera que la primera mujer científica fue Hipatia de Alejandría, que vivió en el siglo IV. Se destacó en filosofía, matemática y astronomía, por lo que podríamos decir que es la primera astrónoma.
Hubo y hay astrónomas destacadas y muy reconocidas, pero también muchas mujeres que hicieron importantes aportes a la astronomía y sus nombres son casi desconocidos, como el de Caroline Herschell (1750-1848), que estudió astronomía junto a su hermano William, reconocido diseñador de telescopios. Caroline trabajó mucho tiempo al lado de su hermano, haciéndole las anotaciones mientras él observaba. Ella también realizó sus propias observaciones, descubriendo cometas y nebulosas y elaboró diversos catálogos. A los 37 años el rey Jorge III le asignó un sueldo como ayudante de su hermano. Caroline Herschell es considerada la primera astrónoma profesional, pero su trabajo científico fue reconocido recién después de su muerte.
El sistema de clasificación espectral (de estrellas) de Harvard, usado actualmente, fue completado y simplificado por Annie Jump Cannon (1863-1941) quien, junto a un grupo de mujeres, medían y catalogaban los espectros estelares.
Joselyn Bell Burnell realizó las observaciones que llevaron al descubrimiento de los pulsares. Recibió muchos premios, pero el Nobel por este descubrimiento se lo dieron a los coautores del trabajo y ella no fue mencionada.
En la Unión Astronómica Internacional hay un grupo de trabajo (Working Group Women in Astronomy) que es el encargado de tratar todos los temas relacionados con las mujeres en la astronomía. La UAI tiene aproximadamente 14.000 integrantes de más de 90 países, de los cuales el 21% son mujeres. El porcentaje de mujeres es muy variable en los distintos países, siendo en América Latina un poco mayor que en el total. Argentina es uno de los países con un porcentaje más alto de mujeres: el 41%.
En nuestro país el porcentaje de mujeres en astronomía ha ido creciendo en el tiempo y se han ido incorporando a todo tipo de trabajo. Miriani Pastoriza, la primera licenciada en Astronomía egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, necesitó un permiso especial para trabajar en el Observatorio de Bosque Alegre y realizar sus propias observaciones.
Muchas astrónomas argentinas han sido reconocidas internacionalmente, como Virpi Niemela (1936-2006), nacida en Finlandia, que de chica vino a Argentina y estudió en la Universidad Nacional de La Plata, destacándose en el estudio de estrellas masivas; Catherine Cesarsky, que fue directora del Observatorio Europeo del Sur; Felicitas Arias estuvo a cargo de la sección del tiempo, frecuencias y gravimetría del Buró Internacional de Pesas y Medidas de Francia. Son muchas más y es imposible nombrarlas a todas. No puedo dejar de mencionar a Zulema González de López García, que recientemente fue homenajeada en nuestra provincia, una de las iniciadoras de la investigación en astrofísica estelar, en particular del estudio de atmósferas estelares, en nuestro país
Aunque en Argentina el porcentaje de mujeres en astronomía es alto, el porcentaje de directoras de proyectos de investigación y que sean convocadas para comisiones y consejos de organismos de ciencia es bajo, y menor aún el de directoras de instituciones dedicadas a la astronomía. Debemos recordar que la primera mujer que presidió el Conicet fue Marta Rovira, destacada investigadora de astrofísica solar.
Se ha avanzado mucho en la participación de mujeres en la ciencia en general y en astronomía en particular, pero falta mucho por hacer.