Un distrito de Wuhan, la región donde la covid-19 empezó a propagarse hace más de dos años, fue confinado nuevamente este miércoles por una decisión del régimen de China.

El distrito de Jiangxia confinó a su millón de habitantes, pidiéndoles que permanezcan en sus hogares y que no salgan a no ser que sea estrictamente necesario.

Las medidas incluyen el paro del transporte público y el cierre de los locales de entretenimiento durante tres días, tras confirmarse cuatro casos asintomáticos en el distrito el martes.

China, aferrada a una estricta política de “cero covid” que descarta convivir con el virus, lleva más de cinco meses lidiando con rebrotes de la variante ómicron, con el caso más serio ilustrado por el confinamiento de la megalópolis de Shanghái (26 millones de habitantes) durante más de dos meses.

Además de incalculables pérdidas económicas, estas duras medidas han provocado también por primera vez muestras visibles de irritación y descontento en la población, que hasta ahora había apoyado mayoritariamente esta política gubernamental.

Según las cuentas oficiales de China, con una población de más de 1.400 millones de habitantes, desde el inicio de la pandemia unas 229.000 personas se contagiaron de covid en el país, entre las que aproximadamente 222.000 han logrado recuperarse y 5.226 fallecieron, aunque la cifra total de infectados excluye a los asintomáticos.