“Estoy muy contento de estar nuevamente en Tucumán. Hace tiempo que no venía, pero vine varias veces por trabajo o en familia, y la verdad es que siempre lo disfruto mucho”, abrió el diálogo Enrique Avogadro,

El ministro de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires habló con LA GACETA antes de tomar parte de la Vigilia Patriótica por el 206° aniversario de la Declaración de la Independencia, que organizó la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, en coordinación con el Museo Casa Histórica de la Independencia.

“Participar de esta vigilia es algo que desde la ciudad de Buenos Aires nos interesa mucho ahora que estamos finalmente saliendo de la pandemia; estamos muy vinculados a la cultura de todo el país y a nuestra identidad. Nos interesa seguir construyendo puentes culturales con todo el país y por eso vinimos. Cada vez que viajo aprovecho para visitar espacios culturales oficiales e independientes, reuniéndome con artistas de distintas disciplinas, algo que hacemos permanentemente en Buenos Aires, que es escuchar a los artistas para que sean parte de esta conversación”, explicó.

- Antes de venir convocó a reuniones con artistas de Catamarca y de Tucumán residentes en CABA. ¿Con qué objetivo?

- Buenos Aires es la ciudad de todos los argentinos. Tenemos la suerte de recibir a compatriotas de todo el país que nos eligen para venir a trabajar, a estudiar, a formar una familia o a desarrollar una carrera, y muchos de ellos son artistas. Por eso, semana de por medio una de las reuniones que hago es con artistas de distintos lugares del país, con la intención de conocer sus experiencias, para que nos ayuden a pensar cómo ayudar a otros que vienen tras de ellos. En definitiva, la riqueza cultural de Buenos Aires tiene que ver en gran medida justamente por esa diversidad, y el reflejo cultural de toda la Argentina. Por eso es tan importante fortalecer estos vínculos culturales. Son varias las iniciativas que venimos llevando adelante.

- ¿Qué iniciativas se relacionan con Tucumán?

- En el caso particular de San Miguel de Tucumán tuvimos en mayo las instancias preliminares del Festival Mundial de Tango 2022 (6 al 18 de septiembre). Justamente resultó ganadora la pareja de Noelia Frías y Luis Canseco, oriundos de esta ciudad, así que vamos a estar muy contentos de compartir con ellos todo su talento. Es una entre las muchas iniciativas que tenemos en carpeta. Otra es a partir de Bafici (Festival de Cine Independiente de Buenos Aires) el más importante de Latinoamérica. Estamos viendo la posibilidad de organizar una edición itinerante del Bafici, en paralelo a la edición habitual. Por otro lado están las posibilidades para artistas de todo el país de presentarse a convocatorias para participar de nuestras diferentes iniciativas en Buenos Aires, por lo cual también esta visita es para darlas a conocer. Existe la posibilidad de sumarse a cualquiera de estas convocatorias para ser parte de los festivales y de la programación de los museos de la ciudad de Buenos Aires. Nuevamente: nos interesa mucho ser un puente, un ida y vuelta porque entendemos que nuestra responsabilidad es ayudar por un lado a los artistas de CABA para que puedan tener un vínculo con la escena culttural tucumana, pero también a los artistas. De lo que se trata es de fortalecer los vínculos culturales entre CABA y Tucumán.

- En cada crisis como la actual vuelve el histórico debate acerca de que la inversión en cultura parece suntuaria.

- Nuestra visión de la cultura es que es clave en el desarrollo. Es una herramienta importantísima en tiempos de crisis como los que atravesamos. Con la cultura, además de una experiencia de entretenimiento, estética y artística, se tiene la posibilidad de desarrollar identidad individual y colectiva. Lo pongo en un ejemplo muy concreto: tengo dos hijas muy chicas, de seis y tes años, a quienes les leo antes de ir a dormir, las llevo a los museos, van al teatro, viven en una casa donde hay libros, donde están estimuladas, y te aseguro que cuando crezcan y salgan a la vida, a los 15 o 16 años van a tener una diferencia enorme con alguien que no por diferentes razones, o porque la vida no se lo permitió, no tuvo esos estímulos. Por eso es una tarea central la que tenemos entre manos. Nosotros hemos lanzado, por ejemplo, hace cuatro años en la Ciudad un programa que se llama Pase Cultural. Es muy sencillo; es una tarjeta que les damos a los alumnos secundarios de la escuela pública. En esa tarjeta tienen dinero que sólo pueden usar en cultura, es decir exclusivamente para actividades culturales. Lo importante es que la pueden usar para lo que quieran. Son libres de elegir entre comprarse un libro, ir al teatro, ir al cine, ir a escuchar música en vivo, porque creemos que de esa manera, con una participación cultural más activa, fortalecemos la ciudadanía y por lo tanto la democracia. Les estamos dando oportunidades concretas para que desarrollen su proyecto de vida. A la vez la cultura, en momentos tan difíciles en términos de desunión entre los argentinos, siento que es una oportunidad para encontrarnos, porque en todo compartimos el orgullo común de nuestra cultura, de nuestra identidad. Lo digo en Tucumán, una provincia que ha aportado tanto a la cultura nacional, y que lo sigue haciendo. Me parece que es más importante que nunca el debate acerca de para qué sirve la cultura. Estamos convencidos de que sirve para que crezca la Argentina. Además de, por supuesto, del impacto económico que conlleva. Hablamos del valor simbólico, pero pensemos en el aporte económico. En CABA el 10 % de nuestro producto está vinculado a las industrias culturales y creativas. Eso es mucho trabajo. La cultura no sólo es importante en lo simbólico; además le da trabajo a mucha gente de forma directa o indirecta. En Buenos Aires acabamos de lanzar las vacaciones de invierno y vamos a tener más de 500 actividades previstas, y lo hicimos en conjunto con los colegas de las áreas de Desarrollo Económico, de Gastronomía y de Turismo, porque es evidente que se generan puestos de trabajo y que la gente se conecta. Esperamos que nos visiten muchísimos turistas y aprovecho para decir que vamos a recibir con los brazos abiertos a los todos los comprovincianos que nos visiten en las vacaciones, y que nos interesa que nos vengan a visitar porque se van a encontrar con una Buenos Aires dispuesta a agasajarlos en todo sentido.

- ¿Cómo se hace para salir de la inercia pospandemia, para reestimular los consumos culturales?

- Nosotros creemos en la importancia que tiene el diálogo y la posibilidad de generar consensos. La pandemia fue un ejemplo: hemos trabajado mucho por el cuidado de la salud, y a medida que la situación fue mejorando, la CABA fue pionera en impulsar aperturas para que el sector cultura pudiera trabajar. Tuvimos discusiones porque propiciábamos que la gente pudiera reencontrarse a través de la cultura. Primero fue con actividades sin público, después con aperturas graduales, pero siempre estuvimos a la vanguardia, abriendo teatros y cines y museos, buscando que la gente volviera a los espacios culturales, y asimismo que los trabajadores del sector cultural. Ahora se da una combinación de actividades gratuitas y actividades pagadas con entradas muy accesibles. Además siempre nos ocupamos de promover las actividades que desarrolla el sector privado porque en definitiva es un gran ecosistema cultural. Vale la pena darse una vuelta por la avenida Corrientes, que está renovada, peatonalizada de noche, y es una fiesta de librerías, teatros y pizzerías con muchísima gente. Eso es una muestra de cómo una combinación de políticas públicas apoyan a un sector privado para que pueda desarrollar sus actividades. Y de vuelta, cómo la cultura está en el centro del desarrollo.

- ¿Qué le sucede cuando percibe realidades culturales y sociales tan diferentes?

- Mi agenda es sobre todo con artistas. Nos interesa mucho escuchar directamente a los protagonistas. Siento que Argentina es un país de oportunidades. Tucumán es un buen ejemplo de que cada rincón del país tiene en su identidad, en su historia y también en su presente en materia cultural una enorme oportunidad de generar desarrollo y crecimiento, también por el lado económico. Hay que apostar por aquello que nos hace únicos y al mismo tiempo mirar al resto del mundo sin miedo, con orgullo, invitándolos a ser parte de nuestra cultura. Por supuesto, eso implica también la necesidad de acompañar desde los distintos roles, el apoyo, en este caso el sector cultural, de la mano de turismo y gastronomía. Soy una persona esperanzada; siento que en nuestra cultura está una de las claves del desarrollo de la Argentina.