La asamblea que redactaba una nueva Constitución política en Chile cerró sus funciones, tras un año de trabajo y entregó su propuesta al presidente Gabriel Boric, quien convocó formalmente a un plebiscito en septiembre para aprobar o rechazar el texto.

La labor de los 154 integrantes de la Convención Constitucional terminó en un ambiente distinto al de su instalación. Tras varias controversias en torno a los miembros del grupo y de algunas propuestas radicales, las encuestas señalan que la opción “rechazo” corre con ventaja de cara al referendo.

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Pero en sus intervenciones durante una ceremonia en el antiguo edificio del Congreso en el centro de Santiago, tanto los líderes del órgano redactor como Boric, cuya popularidad se ha desplomado desde que asumió en marzo pasado, llamaron a iniciar una nueva etapa y a enfocarse en el texto.

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“Los dos meses que vienen son muy importantes. El año que hemos terminado ha sido difícil, hemos cometido errores, pero la convención no es lo relevante, el protagonista es Chile y su futuro”, dijo el vicepresidente del órgano redactor, Gaspar Domínguez.

María Elisa Quinteros, presidenta de la convención, planteó que el texto “es perfectible” y que esperan que “sea el piso que contribuya a consolidar una sociedad con mayor equidad”.

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En octubre de 2020, una mayoría aplastante de casi 80% abrió la puerta a la redacción de una nueva carta magna que reemplace a la vigente de 1980, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, aunque con decenas de reformas a lo largo de los años. (Reuters)