El ilusionismo, el juego de cartas, la prestidigitación, la desaparición ante los ojos del público, el escape de cajas cerradas y todo aquel espectáculo que vence las leyes de la física podríamos decir que es magia. El espectáculo de magia busca mediante ciertas técnicas de expresión escénica interferir en las operaciones lógicas del espectador. Eso es lo maravilloso de esos actos en los que el espectador participa sabiendo que lo que ocurre frente suyo no es real. Hacia fines del siglo XIX y a lo largo de las primeras décadas del siglo pasado los escenarios del mundo eran usados para presentar a estos artistas de la magia. Llenaban teatros de grandes ciudades como de pueblos pequeños.

Quizás una de las mayores celebridades de entonces fuera Harry Houdini pero hubo otros menos famosos pero tan admirables como él. Ya hablamos del mago más famoso a nivel mundial y diestro de nuestro país que fuera tucumano. Estamos hablando de Manuel Gerónimo Alcalde. Según su propio relato “hace 19 años salí de Tucumán a recorrer el mundo; año tras año aumentaba mi nostalgia y debía soportar largos años antes de regresar”. Esto nos permite sumar el personaje de nuestra historia estamos hablando de Maurice Raymond, cuyo verdadero nombre era Raymond Morris Saunders, y cuyo nombre artístico era El Gran Raymond (The Great Raymond). Era un mago de renombre mundial que se presentó en nuestra provincia allá por 1911 y a cuya troupe se incorporó el joven Alcalde. El tucumano siguió con él unos pocos años más recorriendo los escenarios de América, al llegar a Europa se independizó y comenzó su fulgurante carrera.

En el Alberdi

Raymond regresó a Tucumán en 1927 para actuar en dos temporadas en el teatro Alberdi. La primera entre los últimos días de abril y principios de mayo. Tras ella siguió hacia Salta y Jujuy. Para regresar hacia el 20 de mayo para otra serie de presentaciones que se extendieron más de diez días. Todas las actuaciones fueron un éxito de público y siempre actuó a sala llena. Nuestro diario expresaba entonces que “el debut de Raymond en el Alberdi superó todas las expectativas; el rey de los magos ratificó su fama de prestidigitador e ilusionista a la alta escuela, ofreciendo un espectáculo admirable, fantástico y verdaderamente asombroso”. De acuerdo a la información “el público asistió a un desfile interminable de experimentos a cual más sugestivo, cuya ejecución limpia y de gran efecto, provocó el estallido de ovaciones estruendosas, con que fue premiada la labor del insuperable artista”.

EN TUCUMAN. El artista actuó en el teatro Alberdi y hasta pasó su cumpleaños número 50 en nuestra provincia.

El destino, o quizás mejor la magia unió los caminos de Raymond con el de nuestro comprovinciano. Además hay una serie de coincidencias entre ambas historias. Raymond nació en la pequeña localidad de Akron en el estado de Ohio al norte de Estados Unidos y lindante con el lago Eire. Alcalde nació en al norte de Argentina en la ciudad de San Miguel de Tucumán y pasó parte de su vida en la pequeña localidad de Ranchillos. El norteamericano nació el 30 de mayo de 1877 mientras que el tucumano vino al mundo un 30 de septiembre de 1889. Mientras el yanqui murió a los 70, cuando se preparaba para iniciar una gira por Europa, el 27 de enero de 1948; el argentino falleció actuando en la localidad bonaerense de Facundo Quiroga, el 28 de octubre de 1960 a los 71 años. Como vemos nacieron con 12 años de diferencia y murieron también con 12 años de diferencia.

Recuperar la historia de Alcalde permite encontrar una serie de relaciones entre las figuras del ilusionismo de entonces. En la compañía de Raymond estaba un artista panameño de ascendencia china, Juan José Jesorum. Habían nacido en el mismo año y compartieron trabajo y aprendizaje. Al igual que el tucumano, Jesorum decidió abrirse camino por sí solo y pasó a llamarse Li Ho Chang también conocido como el “Mago Chang”. En 1921 Raymond es contactado por otro joven mago: David Bamberg, nacido en la ciudad inglesa de Derby en 1904, que lo acompañó como asistente en su gira Sudamericana. Cuando concluyó el raid en Buenos Aires, Bamberg decidió quedarse en la Reina del Plata con su espectáculo. Tomó el nombre artístico de Fu Manchú. Tuvo una carrera fulgurante, llenaba teatros y hasta fue una figura cinematográfica importante en el país.

Maestro de magos

Al parecer El Gran Raymond fue maestro de magos. Nuestro cronista señalaba que “entre los números que más destacaron estaba el de la ‘máquina para divorciarse’, en la cual desaparece una mujer a la vista del público; como si fuera una visión que se desvanece, la mujer se esfumó por efecto de un pistoletazo, a escenario abierto, sin cámaras, ni cajas, ni baúles que disimularan el truco”. Otro de los actos más recordado fue “el baúl misterioso”, “trabajo realizado por todos o casi todos los ilusionistas con mayor o menor limpieza; pero Raymond ha superado a todos en la rapidez de la ejecución pareciendo verdaderamente increíble que, en tan corto tiempo, pueda aparecer dentro de baúl utilizado para el experimento, y en la forma que lo hace”.

La admiración del público por su espectáculo era superior. “Su solo nombre es coeficiente de éxito; sobradamente conocidos son los méritos de este mago moderno, cuyo arte asombra, por la perfección con que ejecuta todos los trabajos de ocultismo, prestidigitación e ilusionismo” señalaba la crónica.

En la segunda etapa de la gira el público tucumano brindó todo su apoyo volviendo a llenar la sala teatral. “Nada más lógico desde el punto de vista artístico de los trabajos ejecutados por Raymond, su destreza y profundo conocimiento del género que cultivar”.

PROPAGANDA. Publicidad de las presentaciones del artista yanki.

Otro dato curiosos es que se desarrolló “el concurso infantil Raymond”. Este consistió en formar el mayor número de palabras con las letras de Raymond, sin repetir ninguna de ellas; habiendo instituido ocho premios, que se entregaron a los concursantes que estaban en la sala. Además como estrategia promocional se informaba que los conscriptos que vayan de uniforme iban a pagar la mitad de la entrada. De igual manera se invitaba a las maestras para que vayan con sus alumnos y recibirían un descuento del 50%.

El mago cumplió 50 años de vida en nuestra provincia quizás le hayan cantado el “happy birthday” en la intimidad del escenario ya que no se informó que el público haya cantado el cumpleaños feliz el 30 de mayo de 1927.

El famoso ilusionista fue maestro de nuestro mayor mago, el profesor Alcalde. Actuó a sala llena en 1927