Ferro es una herida abierta en el universo de clubes de la Ciudad de Buenos Aires. “Un dolor muy grande” describió su sentir un hincha del “Verdolaga” a LG Deportiva, en referencia a este aciago período en la rica historia de la institución.

“Que 20 años no es nada”, dice la letra del tango. Pero para los simpatizantes de la tradicional institución de Caballito es una eternidad: justo para el cambio de milenio, en 2000, Ferro se despidió de la Primera división para ya no volver (hasta el presente).

El estadio “Rodolfo Echeverry” que visitó ayer San Martín lució muy diferente al de finales de noviembre pasado, cuando “Oeste” y el “Santo” dirimieron uno de los pasaportes a semifinales del Reducido por el segundo ascenso.

Aquella noche de primavera avanzada, los hinchas de Ferro se ilusionaron como hacía muchos años no lo hacían. Con la dupla de Favio Orsi y Sergio Gómez en la conducción técnica, el equipo daba señales de que podía precipitar la ansiada vuelta a la elite del fútbol local.

Más aún, la victoria 3-1 en La Ciudadela en el cotejo de ida provocó que la revancha se jugara a aforo lleno, con la tribuna local y la gran platea techada rebalsando de hinchas en éxtasis. Ferro cayó 1-0, pero la diferencia cosechada en Tucumán posibilitó que sacara boleto a “semis” y dejara a San Martín sin un mañana en ese 2021.

“El año pasado tuvimos la opción, pero se nos negó la posibilidad (de seguir peleando) por un error arbitral puntual frente a Quilmes”, recordó el hincha consultado, antes de admitir: “Paralelamente, este año la cosa parece no venir muy bien desde lo futbolístico”.

Ya en la previa a la goleada 4-1 que el “Santo” le infligió a Ferro en la víspera, el escenario era muy diferente al de hace casi cinco meses atrás. En la soleada tarde otoñal de Buenos Aires, los hinchas estuvieron lejos de poblar las gradas y las butacas.

El estadio, que de por sí está en reconstrucción, lució raleado. Y el entusiasmo fue medido, incluso cuando el equipo de Juan Branda y Tobías Kohan logró descontar y se puso a tiro de empate, más por las falencias en el retroceso de la visita que por méritos propios.

Es que Ferro está flaco. No sólo de fútbol, sino también en los bolsillos. La dirigencia no pudo mantener a muchos de los jugadores que lo depositaron entre los mejores de la categoría la temporada pasada ni tampoco conseguir refuerzos a la altura, a diferencia de lo que aconteció con este San Martín versión 2022, candidato y escolta.

Por eso, no extrañó que antes del pitazo final de Andrés Gariano, la popular y la platea estallaran en insultos a la “comisión” y al presidente Daniel Pandolfi. Y rezó en forma de cántico que “se vayan todos” (curiosamente, algo similar a lo ocurrido casi en simultáneo en el Nuevo Gasómetro, con los “vecinos” hinchas de San Lorenzo).

¿Qué pasó para que Ferro no sólo se cayera del Olimpo futbolístico, sino para que permaneciera prácticamente “vegetando” en la segunda categoría durante tanto tiempo? “Se combinaron varias cosas: una muy mala administración a partir del descenso, después un gerenciamiento en que los hinchas pensaron más en lo personal que en lo general… hubo además una quiebra muy mal manejada por la Justicia, que motivó demandas contra los propios jueces, todo eso perjudicó las posibilidades de armar planteles competitivos”, describió el hincha, al que le cuesta creer que un club como el suyo esté atravesando una situación como esta (Ferro sólo ganó un partido en la temporada, el primero).

En el fútbol profesional, claro. Porque desde lo social, el club sigue teniendo una ascendencia muy grande en la zona, con cientos de niños y jóvenes que practican los más variados deportes.

Ferro es, en ese sentido, un club polideportivo. “Confiamos en que ese panorama va a hacer que el ascenso llegue indefectiblemente en algún momento”, confió el fanático “verdolaga” antes de despedirse.

Una caricatura del gran Timoteo (Griguol), técnico del equipo que obtuvo las dos estrellas de 1982 y 1984, miró ayer desconcertado desde una bandera cómo San Martín empequeñecía a su querido Ferro.

Aniversario

Ayer, se cumplieron 90 años del primer juego oficial en La Ciudadela. El 16 de abril de 1932, San Martín y Bomberos igualaron 1 a 1, por la primera fecha del Anual. Antonio Amilaga marcó el gol “santo”.