Las feromonas son sustancias que producen los seres vivos, capaces de modificar el comportamiento de los individuos que las perciben, provocando en ellos una respuesta social. Muchas plantas y animales las usan en aromas o mensajes químicos para comunicarse, como señal de reconocimiento, reclutamiento y dominio, territorialidad, alarma y rastreo. Los ejemplos conocidos como maravillas del reino animal son los de abejas, hormigas, gusanos de seda. Cada colonia actúa con mentalidad de colmena o de conciencia colectiva en el comportamiento. En Utah, llamado el estado de las colmenas, se las considera como sinónimo de industria y de perseverancia. La iglesia mormona las ve como metáforas de laboriosidad y arduo trabajo y la colmena aparece en la bandera del Estado, con el lema de Estado Industrial. La mente colmena es beneficiosa si ayuda a un grupo a permanecer conectado, a reforzar valores compartidos, si permite que la información se difunda entre los miembros de una comunidad, pero es destructiva si actúa con mentalidad de turba, en forma violenta y rebelde. La ciencia se inspiró en la mente colmena para generar la inteligencia de enjambre, que es una rama de la inteligencia artificial que estudia el comportamiento colectivo de sistemas descentralizados. Ojalá algún funcionario en educación, o a un maestro le interese acercarse y acercar la información, el conocimiento de la organización y el comportamiento de los animales que viven en colmenas y el efecto del factor feromona en todos los seres vivos, como un camino para comparar y para cambiar lo que sucede con la gente en nuestro país, sobre todo los que gobiernan con mentalidad de enjambres de abejas cuando se trata de defender privilegios, poder y dinero que les otorga el pueblo. Y este, sin darse cuenta, como en los cuentos de la rana o del escorpión, se deja impregnar con planes, subsidios, dádivas, sin avizorar ni sospechar que con la mente colmena de vivir sin trabajar ni educarse están destruyendo a este hermoso país que alguna vez fue el granero del mundo, y a nuestro Tucumán, que fue Jardín de la República y Edén americano. Será que se está aspirando una feromona segregada por políticos que cada vez son más, que están en la bolsa de gatos de las frases de Perón, que se refirió a los que no se están peleando por el bien común sino que se están reproduciendo en la bolsa, y que pueden volverse como las arañas viudas negras, que se devoran entre sí. El tema es que se devoran la dignidad y la felicidad del pueblo.
Elvira Arnedo
La Rioja 151
San Miguel de Tucumán