¿Tengo tuberculosis? ¿No era una enfermedad del pasado?

El diagnóstico suele sorprender a los pacientes cuando reciben la noticia. Al igual que ellos, muchas personas consideran que la tuberculosis es parte de la historia. Nada más errado. Hablamos de una patología cada vez más presente, que enferma y que mata: en Argentina, provoca más de 11.600 casos nuevos por año y unos 700 decesos.

La tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa que se transmite por el aire y que afecta el aparato respiratorio. Se calcula que un tercio de la población mundial está infectada, pero solo una de cada 10 personas desarrolla la forma activa de la patología.

Hoy, que se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis (TB), los profesionales de la salud advierten que la pandemia de la covid-19 ha revertido años de progreso mundial en la lucha contra la patología. Por primera vez en más de una década, las muertes por tuberculosis han aumentado, según el informe Global TB 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, menos personas fueron diagnosticadas y tratadas.

Un número creciente de pacientes no sabe que padece la enfermedad, para la que existe tratamiento y se puede curar.

Tucumán no es ajeno a esta realidad. Se registran entre 200 y 250 casos nuevos cada año, según manifestó el doctor Luis Raya, a cargo de la División Tuberculosis del Programa Integrado de Salud (PRIS). Hay otra cifra similar de pacientes que están en tratamiento. No obstante, en los últimos dos años esos números han bajado principalmente porque muchas personas no asistieron a los centros de salud a buscar ayuda.

“Hay menos casos registrados, pero eso no significa que haya bajado la incidencia de la enfermedad”, precisó. “Lo que ocurrió es que mucha gente no consultó por temor a ir a un centro de atención y contagiarse de covid. Hay muchos diagnósticos que se realizaron tarde. Lo mismo ocurrió entre quienes tenían que continuar un tratamiento y no lo hicieron”, agregó.

Raya explica que la tuberculosis es una enfermedad que ha resistido al paso del tiempo y sigue siendo una de las infecciones más mortíferas. “Ya existía 300 años antes de Cristo. Es una patología endémica y está en todo el mundo. Es difícil de erradicar, pero sí se puede controlar”, sostuvo.

Según detalla, la tos es uno de los síntomas característicos de la enfermedad, especialmente si esta persiste por más de 15 días. Otras señales son expectoración, sudoración profunda y pérdida de peso.

“Es contagiosa, se transmite al igual que la covid y la influenza, por medio de las vías respiratorias. La diferencia es que no se trata de un virus, sino de un bacilo. Para contagiarse hay que estar varias horas en contacto con una persona enferma”, describió. También hay una predisposición individual a enfermarse: las patologías inmunopresoras influyen mucho.

La tos y los estornudos son la vía de salida al exterior del Bacilo de Koch, que afecta principalmente a los pulmones. Cuando alguien sano se contagia puede que desarrolle la enfermedad, que su sistema inmune destruya los bacilos, o que la infección permanezca en estado de latencia por años (lo que no implica estar enfermo ni contagiar en ese momento). Pero en este caso puede haber una reactivación de la enfermedad o una reinfección, señaló.

En Argentina, el 86% de los casos es de localización pulmonar: la forma más frecuente de la enfermedad. Aunque existe una vacuna, la BCG, esta no previene los contagios sino las formas graves de la enfermedad. Este punto es lo que suele generar confusión. “Mucha gente desconoce sobre la vigencia de la enfermedad. Lleva meses con tos y no consulta por tuberculosis porque cree que al estar vacunado no se puede enfermar”, apunta.

“El examen de esputo (flema) o baciloscopía es la prueba fundamental para diagnosticar la tuberculosis en las personas que presentan tos y flema por más de dos semanas para poder tratar la enfermedad. Con el tratamiento, el paciente deja de contagiar, de ahí que es tan importante”, concluyó Raya.