Un tráfico vehicular cargado, pero fluido. Autos a toda velocidad. De ese modo la gente de Ucrania dejaba todo y huía, en pos de salvar su vida, una vez iniciados los bombardeos, por parte del Ejército de Rusia.

Las autopistas mostraban un tráfico cargado; no se producían, sin embargo, embotellamientos: los vehículos iban a gran velocidad, sin detenrse.

Ni bien empezaron a caer las bombas las personas empezaron a dejar las ciudades ucranianas -las más afectadas, Kiev (la capital), Jarkov, Kharkiv, Dnipropetrovsk y Mariupol-, por el oeste. La huida fue algo constante; durante toda la jornada se repitieron las imágenes de vehículos cargados, que llenaban las principales salidas de las ciudades.

Por ejemplo, en pocas horas unas 2.000 personas cruzaron la frontera hacia Moldavia, según las autoridades de ese país.